Talleres de la Comunidad enseñan a los niños asmáticos a controlar sus crisis

La Consejería de Sanidad de la Comunidad de Madrid realiza seguimiento, control y proporciona tratamiento a los 307.000 pacientes con asma que residen en la región a través de los profesionales de los Centros de Salud. De ellos, 56.200 son menores de 14 años. Se calcula además que en la Comunidad de Madrid algo más del 11% de la población entre los 18 y los 44 años ha tenido asma alguna vez en su vida.

La Comunidad ofrece a todos estos pacientes la posibilidad de participar en talleres grupales de Educación para la Salud, en los que niños, adolescentes y adultos aprender a utilizar correctamente los tratamientos con inhaladores para las crisis y a conocer los factores de riesgo que pueden estas pueden desencadenar. El asma es una enfermedad crónica en la que la inflamación de las vías respiratorias y de los músculos que las rodean ante la inhalación de determinadas sustancias dificulta la respiración.

El servicio específico de atención al asma se introdujo en la cartera de Servicios de Atención Primaria de la Consejería de Sanidad en el año 2008. En adultos se realiza la valoración de los síntomas (la dificultad o los silbidos al respirar), exploración física y pruebas diagnósticas como radiografías, espirometrías (medición del aire espirado) y análisis. Del diagnóstico dependerá el tratamiento farmacológico y el uso de inhaladores para determinadas circunstancias.

Los pediatras también recaban los síntomas de los niños con sospecha de asma,  información sobre la aparición de las crisis o antecedentes en la familia de la enfermedad, además del contacto que puedan tener con desencadenantes de las crisis, como alérgenos o exposición al humo del tabaco. Tras un reconocimiento y una valoración similar a la del adulto se instaura tratamiento y se enseña a los padres, y a los niños cuando es posible, cómo actuar durante una crisis.

El Servicio de Neumología del Hospital General Universitario Gregorio Marañón está aplicando una nueva técnica para tratar los síntomas en enfermos con asma grave. Esta técnica ha reducido en un 84% las visitas de los pacientes a urgencias y un 73% sus ingresos hospitalarios; además, han disminuido también los ataques de asma y los días de trabajo o escuela perdidos por la enfermedad.

Se trata de una intervención que busca reducir la superficie del músculo liso bronquial, que rodea las vías respiratorias y es responsable en buena medida de las crisis asmáticas, teniendo en cuenta que el tamaño de ese músculo suele ser mayor en los enfermos asmáticos. La técnica está indicada en pacientes adultos, con asma grave y con síntomas y crisis que persisten pese a los tratamientos.

La intervención se realiza con sedación moderada y por vía endobroquial (a través de las mismas vías respiratorias), en tres sesiones y sin necesidad de hospitalización. Se introduce un catéter en el árbol bronquial y cuatro electrodos expansibles trasmiten radiofrecuencia y energía térmica a la mucosa respiratoria que hará que disminuya el tamaño del músculo y, por tanto, su capacidad de contraerse y de provocar una crisis asmática grave.



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