HM Hospitales pone en marcha la Unidad de Ginecología de la Adolescencia

Ubicada en el Hospital Universitario HM Torrelodones

A partir de los 10 años de edad y hasta los 18, las niñas se encuentran en un proceso en el que poco a poco van dejando de serlo. En esta etapa hay que asegurarse de que su desarrollo ginecológico es el adecuado y para ello es importante contar con un equipo multidisciplinar en el que madres, padres e hijas se encuentren a gusto.

Con esta finalidad surge la Unidad de Ginecología de la Adolescencia, ubicada en el Hospital Universitario HM Torrelodones. Su responsable y miembro del Equipo Médico de Ginecología y Obstetricia (EGOM), la Dra. Patricia Calvo González, nos comenta por qué son importantes las revisiones ginecológicas a esta edad y cuáles son los motivos de consulta más frecuentes.

Especialistas en Ginecología, Pediatría, Medicina Interna, Endocrinología, Dermatología, Neurología y Psicología Clínica conforman el equipo de la Unidad de Ginecología de la Adolescencia. Esta consulta, cuenta su responsable, se pone en marcha con el objetivo de “ofrecer atención ginecológica y educación sexual en el marco de la promoción de hábitos saludables y detección precoz de problemas”.

“La acogida –explica la Dra. Calvo- ha sido fantástica. Poco a poco, vamos viendo en consulta a más adolescentes y son ya muchas las madres que traen a sus hijas para una primera valoración ginecológica”.

Problemas más frecuentes

La consulta va dirigida a niñas entre los 10 y los 18 años que acuden, bien a una primera revisión ginecológica o bien para atender algún problema concreto. A estas edades, apunta la Dra. Calvo, los motivos de consulta más frecuentes son:

-Amenorrea secundaria y oligomenorrea (alteraciones por defecto del ritmo menstrual) y amenorrea primaria (retraso en la aparición de la primera menstruación o menarquia).

-Alteraciones por el aumento en la cantidad del sangrado menstrual (menstruación excesiva, frecuente o prolongada).

-Dismenorrea (dolor con la menstruación).

-Patología infecciosa y dermatológica del tracto genital.

-Tumoraciones ováricas.

-Patología mamaria.

-Educación sexual y prevención del embarazo.

Cuándo acudir

Cada vez estamos más concienciados de la importancia de la prevención y de las revisiones ginecológicas, sin embargo, no siempre sabemos cuándo es el momento adecuado para iniciarlas. Según la Dra. Calvo, “en el momento en el que una mujer comienza a mantener relaciones sexuales, la asistencia a la consulta de ginecología debería ser anual: para hacer el cribado de patología cervical y para controlar la eficacia del tratamiento anticonceptivo (si es que se está utilizando)”.

En el caso de una adolescente cuyo ciclo menstrual funciona adecuadamente, matiza, la frecuencia de estas revisiones es menor y será el ginecólogo quien, tras una primera consulta, pautará la más adecuada.

Del mismo modo, añade, “cuando se está controlando o tratando a una paciente adolescente por alguna patología, la frecuencia en la asistencia va a venir dada por la necesidad de vigilar algún tratamiento prescrito o la evolución del proceso”.

Las dudas

Con respecto a la sexualidad, apunta la Dra. Calvo, “la adolescente de hoy en día tiene una buena educación y es consciente de los riesgos que conlleva para su salud no tener hábitos saludables”. En esta línea, subraya, “nuestra misión es atender sus necesidades y problemas específicos estableciendo cauces de apoyo y seguimiento”.

A pesar de esa buena educación, como es lógico, la adolescente tiene muchas dudas con respecto a su desarrollo, entre ellas, destaca la Dra. Calvo, “sobre la regularidad de sus periodos menstruales, el desarrollo de los caracteres sexuales secundarios o hábitos alimenticios y peso corporal”. A estas se añaden otras relacionadas con la prevención de enfermedades de transmisión sexual y los anticonceptivos, temas que, apunta, “a menudo, no se atreven a preguntar a sus padres”.

Para la Dra. Calvo, “la información es positiva en todas las facetas de la vida y aún más en la sanitaria, pero hay que tener cuidado de dónde se obtiene dicha información. No se debe buscar información de manera indiscriminada sino a través de fuentes sanitarias de calidad y, en ese sentido, hay que enseñar a las adolescentes (como al resto de la población) a obtenerla. Y, por supuesto, ofrecerles respuesta a todas las dudas que les puedan surgir”.



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