Las consecuencias de una mala construcción

Guillermo Cortés

Los meses de invierno, en la sierra noroeste de Madrid, son los más duros del año para nuestros hogares debido a la climatología de la zona. El frío, la lluvia y la nieve típica de estas fechas, pueden afectar a nuestra vivienda si no contamos con un buen sistema de aislamiento e impermeabilización.

En los últimos años, con la creciente construcción de chalets y edificios de viviendas, hemos podido comprobar cómo el aislamiento térmico en las casas no ha tenido el protagonismo que se merece en el proceso de obra. Se ha optado por la rapidez y la cantidad, antes que por la calidad y el trabajo bien hecho en cada paso de la construcción. Una de las consecuencias es la aparición de humedades dentro de las viviendas y en zonas comunes, como garajes y trasteros. Y en el caso de chalets y viviendas unifamiliares, son las plantas que se encuentran por debajo del nivel del suelo las que están más afectadas por el contacto directo con la tierra, que no es capaz de absorber toda el agua y se filtra por los muros.

Las primeras consecuencias que vamos a experimentar, si nuestra vivienda no cuenta con un buen sistema de aislamiento, son las manchas oscuras en la pared. La falta de impermeabilización de los materiales que se han empleado en la construcción hace que el agua que se deposita en fachadas y suelo sea absorbida por su exceso de porosidad. Así, el agua sobrante, en busca de una zona de transpiración, va ascendiendo por los muros y paredes de la casa dejando marcas indeseables.

Existen tres tipos de humedades atendiendo a sus diferentes orígenes:

La humedad por capilaridad, producida por los defectos en la construcción. Al no haberse tomado medidas preventivas adecuadas el muro absorbe el agua del terreno provocando un remonte capilar.

El segundo tipo es la humedad por filtración, que se genera en muros y paredes soterradas por la filtración del agua del terreno exterior, como consecuencia de una mala impermeabilización y falta de drenaje.

En tercer lugar, la humedad por condensación. Aparece por la diferencia térmica entre el ambiente y la pared. El vapor de agua que contiene el ambiente, y el originado en nuestra convivencia, se deposita en aquellas zonas de la vivienda más frías (paredes, perfiles de aluminio, vigas, etc.) y se condensa en forma líquida, originando las temibles manchas de moho.

Una vez conocemos los tipos de humedades que pueden presentarse en nuestra vivienda, somos conscientes de la importancia que tiene el proceso de aislamiento a la hora de la construcción. Si echamos la vista atrás vemos que no es hasta 1979 cuando se establece la primera norma básica que exigía incorporar elementos de aislamiento térmico como un componente más en las edificaciones. Teniendo este dato como referencia, llegamos a la conclusión de que una gran cantidad de viviendas, que fueron construidas con anterioridad, sufren o han sufrido el problema de las humedades.

Pero, no por tener una vivienda que ha sido construida en los años posteriores nos libramos de esta patología. La ley de Ordenación de la Edificación reguló el sector e impuso una normativa técnica que garantizaba las exigencias de seguridad y habitabilidad, pero a pesar de ello no aseguraba la ausencia de humedades en el interior de las casas. Si las humedades irrumpen en nuestras viviendas, la salud de los que habitan en ella es lo primero. Para solucionar el problema y sus consecuencias, basta con consultar a una empresa especializada en erradicar de forma definitiva y con garantías el tipo de humedad que sufre nuestro inmueble.

Ahora mismo toda nuestra esperanza está en manos de multitud de entidades que apuestan por la eficiencia de los edificios y el ahorro energético. Nuestro objetivo es que con su ayuda, el aislamiento térmico se convierta en un aspecto fundamental en el proceso de construcción de una vivienda, imprescindible para su habitabilidad y que garantice la máxima calidad y confort a sus habitantes. Así no tendrán que invertir a posteriori en preservar su salud.


Autor: Guillermo Cortés
Director General de Humetek



1 Comment

  1. Hola Guillermo, gran artículo.
    Llevamos 20 años en procesos de licitación para construcción y hemos visto de todo. Trabajos de baja calidad, negligencias en la construcción, “ahorros” en los materiales… un sector que ha ido tirando el precio y que en ciertos casos ha bajado la calidad de manera alarmante.
    Espero que poco a poco se valore el valor añadido de ciertas constructoras e ingenierías y no se valore únicamente el precio.
    Saludos cordiales desde JyRingenieros

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