¡Me declaro muy fan! De las Torrijas

HAPPY IN THE KITCHEN BY GABRIELA TASSILE

El jueves tuve la suerte de tener una larga charla con Raquel Martos a pleno sol en el Rastro de Madrid  y hablamos de lo permanente  e intensos que suelen ser nuestros recuerdos asociados a la comida. Una vez que algo te ha impactado en la diana de los sentimientos, es difícil no retrotraerte a ese instante de tu vida, cuando vuelves a probarlo.

También comentamos lo curioso que era que  determinadas preparaciones sólo las consumimos en una fecha especial, a pesar de disponer de todos los ingredientes durante todo el año.

En Semana Santa entre otros momentos señalados, justamente pasa eso. Es pensar en ella y nuestra cocina huele a leche caliente aromatizada con vainilla, canela y limón para embeber con ella las rodajas de pan … ¡Uy! ¡Qué bocado del cielo!

Yo soy muy fan de las Torrijas y es verdad que las comería todo el año con gran deleite, pero sinceramente me reservo ese placer único para los días de la Semana Santa.

A mi me hace recordar a mis 5 o 6 añitos cuando mi bisabuela Julia, la catalana, las hacía para toda la familia. Todo era una fiesta: desde la cita obligada en su casa para echarle una mano a la abuela que ya estaba muy mayor, a cruzar su jardín lleno de dalias gigantes, a rallar los limones y machacar la canela… y ni hablar de acercarme a la sartén con el aceite caliente.

Teníamos que ser super precisos con los pasos y rituales que tenía la abuela Julia, pero ahora que ya ha pasado mucho tiempo, sigo completando la rutina para que el éxito sea asegurado y, por supuesto, para cultivar ese recuerdo y por qué no, volver a tenerla por un ratito cerquita mío.

Seguramente vosotros tenéis una historia diferente tejida con recuerdos, sabores y olores alrededor esta preparación, tan humana como la mía, claro está.

Los invito a cultivar esas emociones que nos abrigan el alma y nos deleitan el paladar en estas próximas vacaciones de Semana Santa.

¡Felices Pascuas!

Las Torrijas de mi bisa Julia
(Receta)

Ingredientes:

  • 1 hogaza de pan del día anterior
  • Leche cantidad necesaria (mínimo litro y medio)
  • Ralladura gruesa de limón
  • 1 palo de canela machado en el mortero
  • 2 cm de rama de vainilla
  • 4 huevos
  • Aceite para freír
  • Canela molida
  • Azúcar glas

Preparación:

Cortar el pan en rodajas de 2 cm de ancho.

Mientras tanto hervir la leche un par de minutos con la canela machacada, la vainilla cortada y raspada y la ralladura de limón. Dejar enfriar tapada para que infusione bien la leche con los aromas añadidos.

Disponer las rodajas de pan en una bandeja grande. Regar las rodajas de pan con la leche casi tibia. Dejar una media hora para se impregnen bien de leche.

¡Chausito!

Gabriela Tassile
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1 Comment

  1. ¡Que buenas! cómo me gusta, y cómo las preparaba mi madre y mi suegra. Hace poco comí una de postre en un restaurante. Quizás las haga para estos días. Un abrazo

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