Del yo y del correcto autocontrol de sí mismo, I

Foto: Juan Antonio Torrent Almela

0. ¿Quizás, sepamos-conocemos mucho de casi todo o de algunas cosas, pero apenas de una de las realidades más importantes, de nuestro propio yo?

¿El ser humano necesita para su correcto vivir-existir en el mundo y en sií mismo y en la sociedad y en todos los ámbitos de la vida-existencia un correcto conocimiento de sí mismo, de la realidad exterior, de un correcta acción o realización de actos a y en el mundo? ¿Consigo mismo y de si mismo a si mismo, de sí mismo en relación a los demás, en relación a la sociedad-cultura, incluso a la Naturaleza, y si existe el Ser Supremo, en relación a las cuestiones metafísicas?

1. Partimos el principio, creemos que una realidad en sí, que el ser humano encierra en sí mismo un enorme mundo psicobiológico o psicoafectivo o psicointelectual. Por lo cual, parece que uno de los deberes-derechos-obligaciones más imperiosas que el ser humano tiene consigo mismo y con los demás, es “conocerse de la forma más correcta ese mundo interior que tiene”, y en segundo lugar “conocido, actuar de la forma correcta con ese mundo interior, consigo mismo, y con el resto de seres humanos, sociedad, naturaleza, Dios”.

– Nadie, en el mundo de hoy, niega que no solo hay que conocer algo de la teorización o conceptualización de “cientos de aparatos que disponemos”, aunque ese algo sea muy poco, saber un poco como funciona un vehículo, una lavadora, y en segundo lugar, para que sirve o sirven, y en tercer lugar, cómo se pone en funcionamiento.

Pues esto mismo, deberíamos aplicar a nuestro ser, “cómo está formado, nuestro mundo interior”, al menos, unas líneas mínimas, y en segundo lugar “como debe funcionar de forma correcta…”. Todos admitimos que tenemos un sistema digestivo, que es el que nos sirve para obtener energía de los alimentos, pero nadie admitirá que se debe degustar cada comida tres kilos de garbanzos o tres kilos de jamón o tres kilos de sardinas…

De todo este mundo interior, debemos conocerlo mínimamente, y en segundo lugar, cómo actuar o actualizarlo de la forma más correcta y, si es posible, más eficiente…

– El yo va cambiando y evolucionando. Diríamos tiene una parte o estructura fija, no digo inmóvil, pero más inamovible, y otra parte más dinámica. De ahí la dificultad de entenderse, conocerse, además combinado con los cambios de la sociedad, de verse obligado en distintos parámetros de lo real, en todos los sentidos, etc. Además el individuo va cambiando interior y exteriormente en distintos niveles, aunque también permanecen partes diríamos casi inamovibles, ideas o heridas o traumas o concepciones, etc.

– Existen multitud de sistemas de concepción del yo. Existen multitud de subsistemas de entendimiento-comprensión del yo. Cada ser humano escoge o selecciona uno o dos. La cuestión es si son los más adecuados y verdaderos, teniendo en cuenta los baremos del saber ortodoxo y de la filosofía más correcta y de la moral suficiente y mínima.

– Quizás el yo, quizás cada individuo para si mismo es lo más misterioso y enigmático que desconoce. Quizás, lo que menos sabemos es de nosotros mismos, lo que menos nos conocemos es nosotros mismos. Y por eso, cometemos tantos errores, en todos los aspectos del existir, tanto de la economía, como de los afectos, de la familia, de la profesión, etc.

– El ser humano igual que debe utilizar y racionalizar de forma correcta los instrumentos que maneja, sea un cuchillo, sea un coche, sea el mismo caminar debe hacer lo mismo con sus actos en todos los sentidos, el hablar, el mirar, lo que siente, las pasiones-deseos-emociones, etc.

Ese enorme mundo racional e irracional que conforman su interioridad, y que se expone-expresa en su exterioridad, y como aceptar la exterioridad, cómo y cuánto en su interioridad.

– Tenemos que plantearnos que el ser humano al ser de carne-cuerpo, psique-mente-cerebro, y según algunos también de alma-espíritu, tiene que en su unidad indivisible de carne-cerebro-alma, debe intentar armonizar todas las necesidades interiores y exteriores, por un lado, que sean eficientes cada una en su función, un dentista que haga bien su trabajo igual que un panadero, pero al mismo tiempo, tiene que analizar-ver-actuar de forma correcta moral-ética, su producción o realización humana, sus actos humanos, en el nivel de actos en sí, de palabras, de gestos, de deseos-pasiones-pulsiones, etc.

– Demasiadas veces, el ser humano, no solo debe analizar si realiza muchos actos o poco, que en parte se deberá a sus obligaciones y estado de vida y multitud de otras circunstancias, si lo hace bien o menos bien, mal o regular…

Hacer lo que se debe hacer, en el deber, pero también sea correcto según la moralidad y según la legalidad vigente, y si es posible, según la espiritualidad, una espiritualidad-religiosidad racional y con sentido común y prudencia.

– Los humanos deben analizar, admitiendo que tiene necesidades, necesidades de muchos tipos, cuales son las primarias, secundarias, terciarias, cuales debe realizar, según su estado de vida, cuales debe aspirar a ellas, y cómo y cuánto.

Es decir, debe analizar su eficiencia-eficacia-racionalidad-moralidad, pero al mismo tiempo su correcta moralidad, y si es posible su correcta espiritualidad-religiosidad…

Entendemos que esto que indicamos en los tiempos actuales, es difícil, primero, no se nos enseña teóricamente de forma adecuada, en cantidad suficiente y en calidad suficiente, ni en los entornos educativos, ni en general, nadie se ofenda, en los familiares, menos en los ámbitos sociales-culturales-ambientales de todo tipo.

Por lo cual, el ser humano, en muchos sentidos, es un niño pequeño o un niño grande, que puede hacer muy bien su oficio-profesión, envolverse bastante bien en su medio ambiente-social-cultural, pero dentro de si mismo lleva un volcán de deseos-pasiones-ideas-conceptos-emociones-pulsiones, que difícilmente controla y autocontrola de forma correcta.

En el menor de los casos, es como una especie de “marioneta” en mano de multitud de pasiones o algunos tipos de ellas, interiores y muchas exteriores… Cómo parte de si mismo, de dentro de si mismo, esas pasiones no ordenadas, no equilibradas, no racionalizadas, no éticamente correctas, se cree que es libre y hace caso a su propia voluntad, y es como una hoja de papel movida por mil hilos de dentro y de fuera, y que él o ella no tiene suficiente autocontrol correcto, según el saber ortodoxo, según, la moralidad correcta…

2. Sé que expresar esto, en los tiempos que corren, es ir en contra de todo y de casi todos, porque incluso los que admitan, estos principios o conceptos, creerán que la solución es otra cosa o está en otra parte. Pero en fin, desearía, siento que es un poco mi deber hacia, diríamos los que quieran leer estos artículos, empezar una serie de textos sobre estos temas, aunque sean unos pequeños y modestos artículos. Hoy empiezo, diríamos con esta introducción…

http://twitter.com/jmmcaminero © jmm caminero (10 mayo-03 noviembre 2017 cr).



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