“La desnutrición sigue disminuyendo pero hay que apretar el acelerador para llegar a la meta en 2030”

Acción contra el Hambre aplaude la presentación del nuevo informe mundial sobre nutrición, un informe independiente que hace seguimiento de los progresos realizados por los países en sus metas de erradicación de la desnutrición en 2030 (Objetivo de Desarrollo Sostenible 2.2)

Imagen de archivo tomada en Níger

Aunque el hambre, entendido como la falta de disponibilidad o acceso a los alimentos, ha aumentado en 38 millones de personas respecto a 2015 debido a los conflictos y al cambio climático, este aumento no se ha visto reflejado todavía en su consecuencia más extrema: la desnutrición. Esta sigue reduciéndose, aunque no al ritmo necesario para alcanzar la meta de erradicación marcada para 2030. “Esto nos enseña que el fin de la desnutrición no dependerá solo del fin de la inseguridad alimentaria y que hay otros muchos factores que están influyendo en la reducción la desnutrición, como un mejor acceso a agua y saneamiento o los cambios en los hábitos alimenticios como la extensión de la lactancia materna. A su vez, el informe subraya claramente que el logro de gran parte de las metas marcadas en los 17 ODS dependerán de una buena nutrición para poder llevarse a término”, explica el Director Técnico de Acción contra el Hambre, Amador Gómez

Nutrición, inversión directa en desarrollo económico y estabilidad

“El informe presentado el 4 de noviembre insiste una vez más sobre los estrechos vínculos entre nutrición y desarrollo económico (la prevalencia de la desnutrición crónica se reduce un 3,2% por cada aumento del 10% en la renta per cápita y un aumento del 10% de los ingresos significa a su vez una reducción del 7,4% en la desnutrición aguda), y subraya también que la reducción de todas las formas de nutrición será un pilar para el cumplimiento del resto de ODS pero nos recuerda que solo un reducido número de donantes está dando el suficiente reconocimiento a esta realidad: cuatro donantes financian el 96% de las intervenciones sensibles a la nutrición, señala Gómez, advirtiendo de la necesidad de ampliar el número de gobiernos y otros actores implicados.

Este informe muestra cómo pese a que la nutrición reporta estabilidad, desarrollo económico, inclusión y paz, esta sigue estando sub-financiada por la comunidad internacional: se estima que se necesitan 2 500 millones de dólares anuales para cumplir las emtas marcadas por la comunidad internacional pero solo se están aportando 867 millones de dólares cada año para este fin. Para Acción contra el Hambre la tendencia es especialmente preocupante ya que los niveles actuales de financiación son inferiores a los de 2013 y recomienda el uso de mecanismos innovadores para financiar la nutrición, vinculando al sector privado, así como la mejora de los mecanismos de rendición de cuentas de la financiación de la nutrición. “El informe nos servirá, en cualquier caso, para hacer un seguimiento más cercano de los cumplimientos financieros por parte de los donantes.

El freno de la violencia

El informe deja patente también cómo la proliferación y sobre todo el enquistamiento de conflictos en cerca de 50 países ralentiza los avances hacia el fin de la desnutrición: los países sin conflictos logran reducir un 1,1% anualmente sus niveles de desnutrición pero esta reducción es solo del 0,26% den países en guerra.  “Desde Acción contra el Hambre estamos enormemente preocupados no solo por el impacto directo de las guerras en la salud nutricional de la población civil sino también por el creciente uso del hambre como un arma de guerra”, apunta el director de incidencia y relaciones institucional de la organización, Manuel Sánchez-Montero.



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