El Teatro Real regala una Navidad melancólica con una Bohème puesta al día

Los protagonistas de la ópera equivalen a los actuales estudiantes de Erasmus

® ROH. PHOTO CATHERINE ASHMORE

El Teatro Real afronta las navidades con una de las óperas más conocidas, ambientada en un París mísero y melancólico pero lleno de esperanza e inocencia. La Bohème de Giacomo Puccini, con Paolo Carignani, en la dirección musical, y Richard Jones, en la de escena, con el Coro y Orquesta Titulares del Teatro Real con dos repartos distintos encabezados por las sopranos Anita Hartig y Yolanda Auyanet (Mimì) y los tenores Stephen Costello y Piero Pretti (Rodolfo), llega al Teatro Real en coproducción con la Royal Opera House de Londres y la Lyric Opera de Chicago, entre los días 11 de diciembre y 8 de enero, con un total de 19 funciones. Puccini construye una historia protagonizada por personajes juveniles, cargados de inocencia y esperanza, cuyos sueños se truncan en medio de la miseria y cuyas vidas siguen conmoviendo hoy en día. La belleza musical, la eficacia dramática, los motivos orquestales y la narración sentimental propia del melodrama italiano hacen de La Bohème una de las óperas más queridas.

Como viene ocurriendo últimamente la dirección de escena busca tener un protagonismo que en cierto modo resta a los autores. No hay más que pensar en la reciente y polémica puesta en escena de Carmen, hace apenas unas semanas en este mismo escenario. Joan Matabosch, Director Artístico del Teatro Real ya lo adviderte en su presentación de la ópera: “Desde antes de levantarse el telón, la nieve cae suavemente y brilla sobre el cielo nocturno de París. Esa omnipresencia de la nieve en la puesta en escena de Richard Jones quiere ser a la vez un elemento realista y poético, pero también propone leer “La Bohème” como algo más que un melodrama convencional con pretensiones naturalistas. Esa nieve cae mediante un artilugio teatral que está expresamente a la vista, como lo estarán los numerosos artificios del resto del espectáculo. Por ejemplo, los cambios de los decorados, que transcurren frente al público y que, en el segundo acto, crean expresamente una tensión irónica entre los exquisitos detalles del diseño, que invitan a la verosimilitud, y los mecanismos visibles del teatro, que nos recuerdan que somos “voyeurs”. “

Pero con independencia de una puesta en escena más o menos atrevida, muy pocas obras en la historia de la ópera han logrado transmitir la fragilidad de la felicidad como La Bohème. El arrollador amor de Mimì y Rodolfo lucha por sobrevivir, sin lograrlo, en un contexto de miseria, frío y enfermedad, y con su final trágico ilustra la descarnada realidad típica del verismo italiano. Giacomo Puccini se valió, para poner música a su historia, de un refinado lenguaje armónico y de unas melodías de sobrecogedora belleza, a través de las cuales dio vida al grupo de jóvenes artistas del París del siglo XIX que sueña con un golpe de suerte con el que alcanzar la gloria. Como ocurre con frecuencia en la historia de la ópera, su estreno no fue bien acogido en Turín en 1896, aunque hoy se considera la obra maestra de Puccini.

Muchas son las razones por las que la ópera La Bohème ha llegado a ser considerada una de las más originales creaciones del teatro lirico por su sólida estructura dramática, en la que se produce un perfecto equilibrio entre unos momentos alegres y otros patéticos, revestidos de elementos realistas y sugestivos trazos impresionistas, por su determinante caracterización de los personajes y por la belleza de su música, orquestada con exquisita factura, en la que la melodía adquiere tal importancia que realza el efecto romántico que quiere dar el compositor al canto de los protagonistas, cargando constantemente la acción de enorme emotividad.

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Una historia triste y actual

La historia de amor trágica entre uno de ellos, Rodolfo, aspirante a poeta, y la sastrecilla Mimì, cuya muerte, inexorable, les sorprende, articula una especie de camino iniciático que despide los desenfrenos y sueños de la juventud y revela la vida real, con toda su contundencia y transcendencia. Con su genial paleta orquestal, su dominio de la prosodia y su enorme talento dramático, Puccini va construyendo la personalidad de los jóvenes con su característica habilidad para articular los destellos más anecdóticos y divertidos de lo cotidiano con los sentimientos más hondos, pasionales y arrebatadores. Así, entrelaza sus frases cortas “de conversación” con otras de enorme aliento melódico y dramático. Su orquestación sugiere, con enorme eficacia tímbrica, desde detalles tan nimios como el serpenteo de las llamas o el tintineo de las monedas, hasta las ‘ambientaciones’ casi cinematográficas de la desangelada buhardilla, del bullicio del París navideño, o de la soledad y privaciones de la pobreza.

La evocación de momentos pasados como si fueran destellos que la memoria revive y actualiza está magistralmente recreada con la utilización de motivos musicales asociados a emociones, sentimientos, o incluso a objetos a los que Puccini concede un enorme poder simbólico, como la vela de Mimì, la cofia rosa que le compra Rodolfo, el gabán de Colline, o el manguito que calienta las manos frías de la protagonista en su lecho de muerte… Son estos momentos que vienen y vuelven con la memoria, que están escondidos y asoman con las vivencias que suman y construyen el camino la vida, los que vertebran la nueva producción de La Bohème que se podrá ver en el Teatro Real.

Los dos directores, Paolo Carignani y Julia Burbach, así como Joan Matabosch han identificado a los artistas que protagonizan la historia con los actuales estudiantes “Erasmus” en el viaje a la madurez de todos ellos, por encima del melodrama. Son grupos con los mismos sentimientos de resistencia juvenil que abanderaban esos bohemios parisinos de hace dos siglos frente a los valores de la burguesía imperante, aunque ahora se den en un contexto político y social diferente. “Son como los estudiantes Erasmus, que estudian, van a fiestas, tienen proyectos, se enamoran, se dejan, no vuelven a casa de los padres, o sí vuelven…”, ha resumido el italiano para añadir que en lugar de pintores o poetas ahora son “ingenieros de software”.

El Teatro Real, donde se estrenó ‘La Bohème’ en 1900, ha ofrecido 60 funciones desde su reapertura. En esta ocasión, habrá también función el Día de Navidad, 25 de diciembre. Además, el próximo 29 de diciembre, se retransmitirá en directo en Facebook. Las funciones de ‘La Bohème’ cuentan con el patrocinio de la Fundación Banco Santander.

En torno a ‘La Bohème’ se han organizado diferentes actividades en el Teatro Real: el curso para jóvenes La ópera al descubierto (hasta el 12 de diciembre); el taller familiar `Todos a la Gayarre! (doble función, el 3 de diciembre); el coloquio con los artistas, Enfoques (4 de diciembre), un concierto con música italiana dentro del ciclo Los domingos de cámara (17 de diciembre) y la proyección de Cavalleria rusticana y Pagliacci en el ciclo Opera en cine. En colaboración con el Teatro Real, el Institut Français realizará un Taller creativo para niños (16 de diciembre) y la Filmoteca Española proyectará la película Addio Mimì, de Carmine Gallone (1949), dentro de su ciclo Teatro Real: Noche de ópera.



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