El centro Kumon Las Rozas – El Pinar / Punta Galea cumple 25 años en este 2018. María Arias es la instructora titular desde hace 5, pero trabaja en el centro desde hace una década. Tenía solo 15 años cuando su madre abrió el centro y, desde entonces, entiende y vive la filosofía Kumon en primera persona.
Actualmente 143 alumnos siguen los programas de Kumon Matemáticas y Kumon Lectura en este centro; además, presta esta actividad como extraescolar a unos 20 alumnos en dos colegios de la zona, el Colegio Europeo de Madrid y la E.I. Bebín.
En estos años María Arias ha vivido diversos momentos y situaciones, aunque apunta que «sería difícil de elegir el mejor de todos ellos». «Me quedaría con la cara de un niño pequeño que un día reconoce por sí mismo un número, o uno que, siendo mayor, por fin descubre que puede manejar las matemáticas con soltura».
Muchos son los alumnos que han pasado por el centro, de los que Maria destaca su esfuerzo y capacidad de superación. Con ellos, María también ha aprendido: «Trabajar con niños desde los 3 años hasta la universidad e incluso adultos, es una experiencia diaria y una motivación», añade.
Kumon es un método de aprendizaje individualizado basado en el trabajo diario, que desarrolla al máximo el potencial de cada niño. Mediante los programas de Kumon Matemáticas y Kumon Lectura los alumnos desarrollan autonomía en el aprendizaje, hábito de estudio, concentración y una base sólida en matemáticas y lectura, que les beneficiará también en el resto de asignaturas.
«Kumon es para todos los niños, para los que van bien y también para los que van mal, para los que por circunstancias van a un ritmo diferente, ya sea más rápido o más lento que el resto. Nos adaptamos a todos e individualizamos para todos y siempre y sin excepción, para lograr lo mejor de cada uno, alcanzar su máximo potencial», concreta.
María explica que los profesores de los centros Kumon actúan de «orientadores». «Hay que ayudarles con explicaciones cortas y eficaces para se hagan independientes y tengan confianza en sí mismos y en sus capacidades. Debemos enseñarles a pensar, a ser constantes y trabajadores y que vivan cada día la experiencia de aprender por sí mismos», añade.
Con respecto al futuro, confía en «seguir creciendo, aprendiendo y mejorando y, si todo va bien, viviendo la experiencia ya desde la perspectiva de madre, a través de los ojos de mis hijos», concluye María.
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