Las causas del naufragio del PP

Pablo Perpinyà

Si alguno tenía dudas sobre la conveniencia de la moción de censura, Rafael Hernando las despejó todas en su intervención. Unas palabras que fueron un auténtico compendio de los errores que han hecho al PP perder el Gobierno y que se resumen en un enroncamiento en  sus convicciones que, desde hace algún tiempo, no son las del país. Si el PP algún día logró convencer a muchos de que sus intereses de partido eran coincidentes con los de la sociedad, la sentencia de Gürtel ha quebrado esta asociación.

Habrá tiempo para analizar con pausa las oportunidades que ofrece la nueva coyuntura, pero para ello es importante identificar con claridad cuáles han sido las circunstancias que han llevado a Rajoy a peder el Gobierno.

1. La mentira. Es probablemente uno de los pecados que más cuesta perdonar en política particularmente en un país en el que la moral y la ética juegan un papel fundamental en la formación de la opinión pública. En España no basta con ser honesto, sino que además hay que parecerlo y en caso del PP no concurrían ninguna de las dos. Han sido condenados por lucrarse a través de una trama corrupta y pretender negar la mayor en un momento en el que ya se ha dictado sentencia, en el que hay dirigentes del PP que han ingresado en prisión e incluso algunos han reconocido los hechos, es sencillamente insostenible.

También es insostenible que un Presidente pretenda hacernos creer a última hora, después de haberles defendido a capa y espada, que Gürtel era un problema focalizado en los ayuntamientos de Pozuelo y Majadahonda. Quienes conocemos de cerca cómo operan las redes clientelares del PP en los ayuntamientos sabemos que, por despreciables que resulten, no son más que el último eslabón de una cadena bien engrasada que se inicia en las más altas instancias del partido.

Más allá de cualquier otra consideración la mentira, para funcionar, no puede dejar cabos sueltos. Es difícil no parecer un farsante cuando anuncias que un gobierno alternativo al PP generaría poco menos que un apocalipsis económico si poco después se comprueba precisamente lo contrario. La prima de riesgo ha bajado hoy a los 107 puntos y el IBEX ha subido un 1,5%.

2. La arrogancia. La premura en la convocatoria del debate de la moción de censura impuesta por la Presidenta Ana Pastor, parte de una cierta convicción de que el PP tenía más afianzados los acuerdos que el resto. Al final al PP le ha faltado tiempo para ofrecer alternativas creíbles a sus socios incluso a pesar de la fidelidad mesiánica mostrada por C´s.  Le faltó humildad al Gobierno durante su mandato y le ha faltado en su reacción a la moción de censura. Para ejemplo las declaraciones de Floriano pocos minutos antes de la votación en las que afirmaba sin ruborizarse que el PP no tenía ninguna responsabilidad que asumir y que la moción de censura, a pesar de ser un instrumento constitucional, violentaba la democracia.

3. El sectarismo. Un mal representado a la perfección en la política territorial del Gobierno y en la defensa encendida de una identidad nacional que comienza y termina en la concepción de España que tiene PP. Una actitud tan excluyente en cuestiones tan transversales daña la estabilidad y la convivencia, pero también rompe la posibilidad de dialogar con otros. En un contexto pluripartidista, sin mayorías absolutas, esta estrategia te condena a la soledad y por tanto a la derrota.

Se abre una etapa muy interesante que atisba oportunidades para el cambio político. Indudablemente el camino estará repleto de dificultades a todos los niveles, más allá incluso de la correlación de fuerzas en el Parlamento. En realidad siempre intuimos que no sería un camino de rosas y quizás en los próximos meses podamos dar fe de ello. En todo caso estamos donde debemos. Sí se puede.


Pablo Perpinyà
Portavoz del grupo municipal Somos Pozuelo


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