María Ángela Astorch

María Ángela Astorch

Todo ser humano es un misterio y un enigma para sí mismo y para los demás, de existir Dios, quizás sea el Único Ser que ningún ser, ninguna criatura que exista o haya existido no es un enigma o misterio para Él. Nos encontramos aquí en nuestro pequeño artículo con el misterio y el enigma de María Ángela Astorch.

María Ángela Astorch, Barcelona, 1592, + Murcia, 1665. Fue una monja franciscana capuchina o de las Clarisas capuchinas. Que vivió en Barcelona, Zaragoza, Murcia, en diferentes conventos. Podríamos indicar algunas notas:

– Dentro del volcán de ascética y mística que rodeó esos dos siglos, dieciséis y diecisiete en España y América, éste es un caso más, que de alguna manera ha estado un poco olvidado, cierto es que desde que Juan Pablo II la beatificó, diríamos que ha tenido un poco más eco.

Aquí habría que recordar que quizás sería necesario, antes que los documentos, papeles, cartas, libros, notas de conciencia y otros escritos de María Ángela Astorch que todavía existan, que todos, no solo biografías sobre ella, sino que se publiquen. Bueno sería recordarles, a cada orden religiosa actual, que miren en sus archivos e intenten recuperar obras ascéticas y místicas del pasado, antes que el tiempo venga y se lleve lo que haya quedado, porque ya se habrá perdido mucho, entre tantos avatares de la historia.

Quizás haya que recordar, que al menos, si no se pueden realizar ediciones de las obras en papel, al menos las escaneen, o las fotografíen y las expongan al público en Internet. Quizás, sería, entre otros motivos, una enorme riqueza teórica moral y espiritual y ascética y mística que no se pierda del todo. Quizás podría servir para que filólogos se encuentren con materiales, escritos, obras, cartas, personas y personajes de estos siglos anteriores, y quizás ellos si harían “ediciones” más correctas, ponderadas, estudiadas, analizadas, etc.

Tengo la sensación, desde hace muchas décadas, desde joven, que deben existir en los archivos de monasterios y conventos y parroquias y catedrales, después de todos los avatares de guerras y de desamortizaciones, que todavía deben quedar materiales que se deberían recuperar. Y hoy, hoy la tecnología de la documentación y de la información, con un coste mínimo se pueden recuperar y difundir.

Creo que este trabajo o labor debería ser una más que las órdenes religiosas y los cabildos catedralicios deberían intentar realizar y recuperar, poner en conocimiento del mundo sus archivos, especialmente las obras de este tipo, porque creo que es una riqueza enorme, antes que se pueda ir destruyendo y deteriorando más…

– Narra en sus obras escritas, Relatos Autobiográficos y en las Cuentas del Espíritu, su evolución espiritual. Bueno es mencionar, que desde muy joven entendía el latín, y le gustaba especialmente el Breviario en latín. Por lo cual, quizás es posible que sea una excepción para su tiempo y su edad y ser mujer y ser monja, pero la vida y la historia no solo tiene un color, sino que existen muchas mezclas de tonos de todos los colores.

Según los expertos aunque leyó a los místicos españoles, Juan de la Cruz, Teresa de Jesús, Tomás de Jesús, parece ser que su experiencia es más similar a la de Gertrudis de Helfta (1256-1302, Alemania).

En tiempos difíciles para la metafísica, la religiosidad, espiritualidad que se están pasando en Europa, quizás haya que plantearse muchas preguntas y muchas cuestiones, no es que estemos situados en una posición justa y equilibrada entre mundo secular y mundo religioso, sino que existen notas e indicios y muestras, claras y evidentes de aversión a lo religioso, en especial al cristianismo, en algunos ambientes, sectores sociales, grupos ideológicos.

Debemos recordar, que en la humanidad hasta dónde sabemos y conocemos, siempre han existido ese deseo y afán y necesidad de lo religioso-espiritual. Que el ser humano, sea por sus componentes neuronales psicológicos, conceptuales y mentales o sociales-culturales-históricos, aspira a lo Trascendente. Diríamos que el ser humano necesita a Dios, y sin Dios, un Dios moral y racional y prudente, por decirlo de alguna manera, y sin Dios el ser humano se infringe a si mismo mucho más sufrimiento, angustia, pena, desaliento y comete, en principio más errores, especialmente morales.

Ciertamente todas las religiones positivas, tanto las del pasado, las del presente, no son todas iguales, ni todas tienen las mismas concepciones sobre el concepto de Dios, ni sobre los fundamentos esenciales, pero debemos admitir, que Europa no habría sido lo que es, no habría podido evolucionar a ser lo que es, en todo lo bueno y positivo, si no hubiese sido por el cristianismo. Bueno es en tiempos de tantos huracanes recordarlo. Recordamos un supuesto o real hecho, negativo del cristianismo, en un momento de su historia, pero olvidamos, los cien o mil hechos positivos, en toda la historia.

Ciertamente, se sea agnóstico o ateo o deísta o panteísta o antiteísta o creyente en otra religión fuera del cristianismo, es necesario para la propia comprensión, que toda persona, se debe a si misma, en la medida de sus posibilidades y sus fuerzas, se acerque a beber de la fuente enorme, la fuente de los mil ríos que es el cristianismo, bueno es recordar, que quizás, podría empezar acercándose a una figura de carne y hueso, quizás con sus pequeñas luces y sus pequeñas sombras, que existió en este mundo, que se llamó María Ángela Astorch, beata.



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