La prevención, principal medida de seguridad en la lucha contra el fuego

Imagen de Patrick Neufelder en Pixabay

Incendios como el que el pasado 15 de abril devastó buena parte del edificio de la Catedral de Notre Dame, por su gran impacto, nos hacen reflexionar y replantearnos nuestra seguridad en materia de incendios en los distintos sitios en los que se desenvuelve nuestro día a día, fundamentalmente en nuestro hogar y en nuestros lugares de trabajo y ocio, además del espacio en el que transcurre buena parte de la jornada de nuestros hijos: su colegio.

En el ámbito de la seguridad contra incendios, el primer aspecto a tener en cuenta es la prevención. A tal fin es imprescindible, tal y como nos comentan desde Extintores Presman, contar con equipos de seguridad e instalar sistemas de protección contra incendios idóneos para cada edificio, en función de sus características: extintores, martillos para la rotura de cristales, aspersores en techos o elementos de detección de humos y alarmas, entre otros.

Además, dichos equipos, que han de ser fiables y seguros, deben ser revisados y estar sometidos a mantenimientos periódicos rigurosos, que los conserven en buen estado para cuando haya que usarlos, en el caso de que surja esta necesidad. Y es que, aunque prácticamente durante su vida útil estos equipos se encuentran en reposo, si fuera precisa su utilización, su respuesta debe de ser inmediata y eficaz en evitación de daños en las personas y en los bienes.

Los sistemas de seguridad a utilizar deben ser en todo caso reglamentarios y han de acompañarse de una señalización correcta de las salidas de emergencia, como también de los espacios donde los podemos encontrar para su uso prácticamente instantáneo. Por ello su instalación debe ser realizada por empresas serias y solventes, que cuenten con expertos y profesionales cualificados, inscritas en los correspondientes registros y con experiencia contrastada en la labor que realizan.

Siguiente paso: evitar la propagación del incendio

Junto a la prevención, otro aspecto determinante en una acertada lucha contra el fuego es saber actuar ante un incendio cuando éste se produce para impedir que se propague. El fuego, de hecho, se expande de forma horizontal o vertical. En el primer caso resulta eficaz habilitar puertas cortafuegos y evitar elementos que faciliten la comunicación de unas dependencias con otras, como por ejemplo alfombras. Asimismo, deben evitarse cortinas fácilmente inflamables y procurar que las estancias estén ordenadas, sin polvo acumulado ni papeles amontonados, sin basuras, etc.

La propagación del fuego en vertical tiene lugar a través de huecos de escalera, puertas de madera, las propias cortinas inflamables antes citadas, etc., por lo que hay que tener especial cuidado y actuar con prevención en relación con todos esos elementos.

Los expertos nos recuerdan también que el fuego se nutre del oxígeno y de las altas temperaturas, por lo que, una vez se produce, hay que tratar de disminuir el oxígeno del aire cerrando puertas y ventanas y tratar de ahogarlo concentrándolo en espacios cerrados. En paralelo, para reducirlo o extinguirlo hay que enfriar las estancias, fundamentalmente con agua.

Adicionalmente, para evitar daños humanos y materiales en un incendio, sobre todo en grandes edificios, oficinas de trabajo y centros de enseñanza o educativos, es preciso contar con planes de evacuación de sus ocupantes, que han de estar bien revisados e implantados adecuadamente. Todo ello de manera adicional al debido y estricto cumplimiento de la normativa vigente en materia de incendios.



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