Los jóvenes españoles aún se forman en profesiones que no existirán en unos años, según la escuela internacional Wild Code School

La directora de la escuela internacional Wild Code School Madrid afirma que hay mucha demanda de profesionales digitales y pocos estudiantes que opten por carreras tecnológicas

María López

María López-Obrero, directora de la escuela de programación internacional Wild Code School (WCS), afirma que existe una gran preocupación en cuanto a la formación de competencias digitales de los jóvenes. En España siguen haciendo falta programadores y se produce una escasez de personal cualificado en relación a la cantidad de profesionales que se demandan.

Para María López-Obrero los jóvenes aún no se están formando en profesiones que se denominan del futuro, pero que son, según ella «del presente», ya que «se desconocen las profesiones que surgirán con seguridad. Sin embargo, creo que es importante hablar de habilidades o capacidades, más que de profesiones: uno aprende algo ahora que puede no servirle en unos años. Lo importante es que un profesional sea capaz de reciclarse por sí solo, aprendiendo nuevas habilidades o asistiendo a cursos».

La falta de información y de propuestas educativas es un grave problema, según su apreciación. El interés de los jóvenes por estudiar ingenierías se ha visto reducido,  llegando a caer el número de estudiantes que optan por esta vía hasta en un 40%. En opinión de López-Obrero, la problemática radica en que las universidades son lentas y se muestras reacias a la hora de crear carreras adaptadas a los nuevos tiempos, además de en la desinformación acerca del gran cambio en el paradigma laboral que está por venir: «Hay una necesidad ya palpable para las empresas, pero la única opción en las universidades es estudiar ingeniería informática. Por otro lado, la población aún desconoce la importancia de las capacidades digitales, su necesidad en la actualidad como fuente de trabajo estable y de calidad, y su relevancia futura debido a la mayor digitalización y automatización del empleo».

En 2018 se estimó que solo en España quedaron 10.000 puestos digitales sin cubrir debido a falta de profesionales capacitados, defiende María López-Obrero, quien además afirma que estos números crecen, y seguirán creciendo, cada año, debido a la dependencia económica cada vez mayor de la tecnología.

«Hablamos de profesiones del futuro, pero lo cierto es que hay ya una necesidad clara en las empresas, y de no hacer algo, la brecha irá en aumento, con un efecto directo en la economía del país. Esto se debe principalmente a la lentitud del sistema educativo tradicional de generar programas educativos adaptados con la velocidad necesaria», explica.

Para todos estos puestos, no es necesario estudiar informática y tampoco se requiere título universitario, y de ahí se genera el siguiente problema para la directora, quien opina que la población aún cree en la necesidad de títulos, mientras que las empresas se están dando cuenta de que no necesitan profesionales titulados, sino personas que técnicamente sean capaces de resolver problemas y que tengan una actitud de aprendizaje a lo largo de su carrera.

Los sectores más prometedores a corto plazo son las tecnologías de la información, los servicios financieros, la sanidad pública y el sector público, la industria, los recursos y energías naturales y la digitalización. Asimismo, la radiografía que nos hace López-Obrero de los empleos emergentes con una demanda laboral creciente son: Analista de datos; experto en Data Science; especialista en Ciberseguridad; User Experience developer; Robótica; gestor de la nube; experto Big Data y desarrollador de apps.

Aproximadamente 1 de cada 5 programadores declara ser autodidacta, pero para las personas que no lo son, se necesita una solución formativa de calidad, adaptada y efectiva. De esta falta de opciones nacen los bootcamps. Son programas formativos con gran efectividad y mucho más que los antiguos másteres de las escuelas de negocio: duran menos tiempo y las probabilidades de contratación son elevadas. En los bootcamps hay programas de todo tipo, pero entre las capacidades más importantes se encuentra la programación.

«Ser programador es en sí un trabajo, pero además abre un abanico de carreras increíbles, ya que te permite optar a especialidades en ciberseguridad, big data, product manager… En un país donde hay un 13% de paro (con cifras más altas según la región y un desempleo juvenil del 40%)», afirma María López-Obrero.

Acerca de Wild Code School

Wild Code School se desarrolló con el fin de reinventar la educación en la industria tecnológica y fue creado por Romain Coeur y Ana Stépanoff, considerada esta última como “una de las mujeres más influyentes” en el panorama tecnológico francés por la Inspiring Fifty.

Tras observar las carencias de la educación formal para crear profesionales adaptados a los cambios tecnológicos, se propusieron desarrollar una formación diferente que combinara aprendizaje virtual y presencial, y donde el estudiante estuviera en contacto con el mundo real de las empresas.

Durante la formación, los estudiantes trabajan en proyectos para empresas reales y cuentan en todo momento con el apoyo del formador, sus compañeros y los recursos de la plataforma de aprendizaje online.

Wild Code School forma a adultos desempleados, recién graduados o en reciclaje profesional, para ser programadores web y de aplicaciones móviles en las tecnologías más demandas por el mercado laboral ( PHP, Javascript, Java / Android ).

Gracias a la calidad de la formación, y la alta demanda del mercado, un 90% de los estudiantes de Wild Code School encuentra trabajo como programador junior durante los seis meses siguientes a la finalización del curso.



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