La lluvia y la nieve ya están aquí: ¿está preparado tu vehículo para afrontar con seguridad el invierno?

Imagen de Jo Knopf en Pixabay

Tras un mes de meteorología propia de la época estival tras la llegada del otoño hace prácticamente un mes, por fin han empezado a descender las temperaturas y comienza a hacer frío y a llover con persistencia en muchas zonas de nuestra geografía. Incluso han caído ya las primeras nevadas en cumbres y montañas, con escarchas, hielos y finos mantos de nieve que han cubierto en dichas zonas carreteras y autovías, especialmente en horarios nocturnos y de madrugada, resultando arriesgado y hasta peligroso circular por las mismas si nuestro automóvil no se encuentra en las debidas condiciones. Es el momento por lo tanto de llevar el coche al taller para su revisión y mantenimiento, especialmente para verificar el estado de sus neumáticos, elementos esenciales del vehículo para poder conducir con seguridad y evitar accidentes.

Además es muy importante acudir a un taller de confianza, donde trabajen con profesionalidad y dispongan de herramientas neumáticas adecuadas para poder llevar a cabo con eficacia la comprobación de los distintos componentes del coche pero especialmente de las ruedas. Y es que debe tenerse en cuenta en las tareas de mantenimiento que los neumáticos cuenten con la presión adecuada, fundamental para la adherencia y agarre del neumático a la calzada y para la frenada, así como verificar su desgaste. Por debajo de los 2 mm. de grosor de las gomas es recomendable cambiarlo, siendo el límite 1,6 mm. En similar sentido, debe comprobarse también la profundidad de sus dibujos para evitar el efecto aquaplaning (deslizamiento en carreteras con agua que hacen que el vehículo sea difícil de controlar) y la alineación y equilibrado.

Una alineación correcta de los ejes, a realizar de modo imprescindible en un taller mecánico, contribuye al ahorro de combustible pero, sobre todo, favorece una conducción segura, como también el equilibrado de las ruedas para controlar que no vibren los neumáticos e impedir el desgaste del chasis y la dirección, entre otros componentes. Este equilibrado ha de hacerlo igualmente un mecánico en un taller provisto del material y maquinaria idónea, pues en este caso se necesita una máquina que simula los movimientos y calcula el desequilibrio que haya con el fin de corregirlo.

Debemos valorar además la necesidad de sustituir los neumáticos en esta época del año por los específicos de invierno, mucho más eficaces, por su adherencia, que el uso de cadenas como dispositivos antideslizantes, ya que en invierno, según la climatología que reine y por dónde transitemos con nuestro coche, podemos encontrarnos con hasta diez variedades de suelo, cada una distinta: carreteras con barro, mojadas, húmedas, secas, con nieve reciente o fresca, con nieve helada, con nieve sopa, con escarcha y/o con hielo –frío o caliente-, superficies algunas de ellas en las que los neumáticos estándar no son nada apropiados.

En lo que respecta a las cadenas, normalmente suelen ser de uso temporal y solo son útiles para atravesar zonas donde los itinerarios se hacen complejos por estar cubiertos de hielo o nieve. Muchos conductores además no saben montarlas y, si no se hace adecuadamente, se puede estropear el neumático e incluso el automóvil, cuya velocidad por otra parte se ve bastante afectada pues las cadenas para uso como antideslizantes frenan mucho el vehículo.

Cabe la opción, por último, de utilizar “neumáticos cuatro estaciones” o neumáticos “All Season” u “All Weather”, cuyas características sitúan este modelo de ruedas de forma intermedia entre los de invierno y los de verano, lo cual resulta ventajoso y muy cómodo pues se evita con ellas tener que cambiar los neumáticos dos veces al año.



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