La conversión forzosa viola los derechos humanos causando un problema internacional

El 29 de noviembre, el Centro de Estudios sobre Nuevas Religiones (CESNUR por sus siglas en inglés) de Italia y Derechos Humanos sin Fronteras (HRWF) de Bélgica, organizaron un seminario sobre derechos humanos titulado “Intolerancia y discriminación contra nuevos movimientos religiosos: Un problema internacional”.

Este seminario que se llevó a cabo en Seúl, República de Corea, estuvo centrado en la protección de los derechos de minorías religiosas los cuales son el blanco de grupos mayoritarios. Particularmente, el seminario habló de la situación que va en contra de los derechos humanos, tales como la conversión de religión forzosa que ocurre en la República de Corea.

La conversión forzosa, también conocida como “desprogramación”, es una cuestión social que lleva a la violación de derechos humanos, como el secuestro y la detención de miembros de grupos religiosos a los que marcan como “cultos” por sus oponentes, para obligarlos a abandonar su creencia.

Más de 80 participantes, incluyendo expertos en derecho, periodistas, representantes de la sociedad civil, evaluaron la situación actual de la conversión forzosa y discutieron soluciones para defender la libertad religiosa y los derechos humanos que son la norma de la comunidad internacional.

Massimo Introvigne, el director general de CESNUR y también sociólogo italiano, ha expresado que la conversión forzosa ha sido llevado a cabo por el público diciendo: “Los desprogramadores coreanos son pastores especializados de iglesias generales, mayormente Presbiteranos”.

El Sr. Introvigne criticó que: “Los protestantes que conmemoran las víctimas de las conversiones forzosas fueron mencionadas en el Reporte de libertad religiosa del Departamento de Estado de los EE.UU. de 2019, el cual incluye violaciones en contra de la libertad religiosa en el año 2018. Sin embargo, existieron nuevos casos de desprogramación aún después de la muerte de estas víctimas”.

Con respecto a la estrategia multidimensional para resolver tal fenómeno, el fundador y director de HRWF, el Sr. Willy Fautré mencionó algunas sugerencias: Señaló la importancia del liderazgo de la iglesia Presbiterana, la cual tolera, apoya y alienta a tales prácticas; desarrollar la defensa y promoción en la ONU y en órganos que defienden la libertad religiosa y/o creencias; procesar a aquellos que apoyan a las personas a perpetuar el acto del secuestro y la detención.

Mediante una carta abierta firmada por 15 ONG internacionales, incluyendo CAP-LC (Coordinación de las asociaciones particulares para la libertad de conciencia) y HRWF, dirigida al presidente Moon Jae-In de la República de Corea el 24 de julio, se comunicó: “La República de Corea es uno de los últimos países democráticos en el mundo donde todavía se tolera la desprogramación”. Y se pidió al presidente a “investigar a fondo las acusaciones de las desprogramaciones forzosas, y a poner fin a estas repugnantes prácticas y responsabilizar a los que llevan a cabo estas conversiones forzosas”.

Entretanto, la República de Corea fue elegida a server su 5° término en el Consejo de Derechos Humanos de las Naciones Unidas el 17 de octubre. La Misión Permanente de la República de Corea ante las Naciones Unidas dijo que planea “participar en los esfuerzos internacionales para responder a la crisis de derechos humanos alrededor del mundo”. Los participantes del seminario exhortaron al gobierno coreano a responder a la cuestión de la conversión forzosa la cual es una amenaza contra los derechos humanos de sus ciudadanos.



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