El estrés en las empresas: no basta con tomar un té relajante

Por David Somoza Mosquera

El manejo del estrés es una de las principales preocupaciones de las empresas con respecto a sus empleados. Sobre todo, cuando se ha pasado por un período complicado bien sea para el propio trabajador, para la compañía o para el entorno en general.

La crisis desatada por la COVID-19, por ejemplo, es en este momento una de las principales preocupaciones para la humanidad. No solo para tratar de minimizar los riesgos de contagio de la enfermedad, sino por todo el desafío económico que ha implicado trabajar bajo estrictas medidas sanitarias que alteran la rutina o por estar mucho tiempo sin laborar por las alertas sanitarias, las cuales, entre otras maneras para evitar contagio, recomiendan no salir de casa.

Manejar el estrés no es solo tomar un té relajante, o cualquier otro remedio que recomiendan las abuelas, para controlar los nervios. Significa todo un trabajo interno para evitar que los temores se apoderen de una persona, sobre todo ante esta situación que es inédita para el mundo y genera, con toda razón, una profunda zozobra y gran incertidumbre.

Una de las mejores herramientas que pueden ofrecer las empresas a sus empleados -bien sea para aquellos que no han parado de trabajar durante la pandemia o para los que se están reincorporando a sus labores- es educación para el manejo del estrés.

No saber cómo lidiar con la ira, la depresión y el miedo puede devenir en problemas más complicados que no solo pueden comprometer la salud mental del trabajador, sino incidir negativamente en su entorno laboral y personal.

En este sentido, hacer talleres, convivencias o charlas con especialistas en el área, sin duda, ayudará a hacer el proceso más llevadero tanto para quien está bajo presión como para las demás personas.

El acompañamiento en este tipo de situaciones por parte de la compañía es muy importante, porque de esta forma el empleado no se siente solo, sino que eso le sirve para establecer un nexo de confianza con los líderes y compañeros de labores.

Al sentirse motivado, el trabajador puede ayudar a otros que estén pasando por la misma situación. De hecho, cuando su situación mejora, también lo hace su interacción con el resto del personal y eso tiene una repercusión importante en su desempeño y en la productividad de la empresa.

La pandemia está lejos de acabarse, así lo ha expresado la Organización Mundial de Salud, sin embargo, hay países que han flexibilizado el confinamiento. Contar con las herramientas necesarias permite que el regreso a la llamada “nueva normalidad” sea lo menos traumática posible y eso incluye a los empleados.



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