Asegura que lo único imposible es aquello que no se intenta: una filosofía ganadora que expone con detalle en su ópera prima, el libro “Si lo sabes escuchar, el vino te habla”
Las Bodegas Emilio Moro son un referente en su sector y, sin duda, una de las bodegas más punteras a nivel mundial. Parte de este éxito se debe al carácter innovador de su actual CEO, José Moro, nieto del fundador de las Bodegas, que ha sabido conservar lo mejor de la tradición, lo natural y el amor por el vino, y adaptarlo a las grandes posibilidades que los tiempos actuales nos traen. No en vano, su buen hacer y su creatividad ha sido reconocida en numerosas ocasiones, como por Forbes, que le incluyó el año pasado en la lista Forbes España de los 100 empresarios líderes en innovación, convirtiéndole en el primer bodeguero de la historia en figurar en ella o, más recientemente, su premio como CEO del año en comunicación e influencia, otorgado por el Club CEO España.
El éxito a nivel global de estas bodegas no es fruto del azar; es más, lleva detrás grandes dosis de esfuerzo, trabajo y decisiones arriesgadas (a veces, muy difíciles de tomar), como nos cuenta el propio José Moro en su primera obra: Si lo sabes escuchar, el vino te habla. Un libro solidario en el que queda reflejada la pasión de tres generaciones dedicadas al arte de la enología y narra la tradición e historia de las Bodegas Emilio Moro. En él, Moro cuenta una humilde historia familiar y empresarial de éxito en torno a la tierra y el vino y comparte los secretos que llevaron a las Bodegas a su posición actual, y las dificultades a las que se han tenido que enfrentar en su camino al éxito. Lucha, superación, creatividad, fuerza y pasión son sus principales ingredientes.
Además de una inspiradora (y emotiva) historia familiar, José Moro comparte en el libro algunas de las claves más importantes para convertir una empresa en un negocio próspero, que pueden aplicarse a todos los sectores.
Decálogo para convertir una empresa en un negocio de éxito
- Ir siempre con la cabeza bien alta
Dentro de esta simple frase, hay encerrados gran cantidad de valores positivos, no solo a nivel personal sino también como emprendedor/a o empresario/a. Y, en general, en cualquier proyecto de la vida que se quiera llevar a cabo. “Ir con la cabeza muy alta significa que tienes que hacer las cosas debidamente, y la única manera para ello es ofreciendo siempre lo mejor que puedes ofrecer”, explica José Moro en su libro.
- No conformarse
Ligado al primer punto, llegamos a uno de los más importantes para lograr el éxito en los negocios. La experiencia demuestra que conformarnos con un resultado mediocre no suele funcionar, que no hay que quedarse a medias y que se debe ofrecer lo máximo, especialmente en un mundo tan competitivo como el actual.
- Trabajar con pasión y dedicación
Quizá esto es la base de todo. Los cimientos en los que nuestro negocio se asentará. A la hora de elegir en qué sector o en qué proyecto vamos a trabajar, es mejor elegir algo que nos apasione, que nos despierte, y que cada día seamos capaces de levantarnos con ganas y con ilusión.
- Que el producto (o servicio) despierte emociones
La primera persona que debe creer en el producto o servicio que se ofrece es el creador. El verdadero reto es intentar con un producto capaz de emocionar ser diferenciadores, incluso hacer todo lo posible para que sea único. Los vinos de Bodegas Emilio Moro son vinos con alma.
- Ser cumplidor, honesto y coherente
De poco sirve tener un buen producto si una empresa o proyecto está liderado por una persona que no cumple los compromisos. “Ser una persona trabajadora que intenta cumplir con sus compromisos es, según mi punto de vista, la única manera de gestionar una empresa a largo plazo. A lo mejor hay otras formas de ganar dinero a corto plazo, pero sin trabajo y responsabilidad no se puede mantener una empresa año tras año y crecer de manera orgánica”, asegura el empresario.
Para él, valores como la confianza, la coherencia, transparencia u honestidad son vitales para alcanzar el éxito. Ser una persona de fiar y cultivar una relación de seriedad con trabajadores, socios, otros empresarios o clientes es una de las máximas más fundamentales a la hora de sentar las bases de un negocio próspero y duradero en el tiempo.
- Preguntarnos si lo que ofrecemos hace bien a los demás
A la hora de gestionar un negocio o emprender uno nuevo, es conveniente no pensar únicamente en lo que nos aporta a nosotros, sino en si va ligado a satisfacer una necesidad existente o, en definitiva, ayudar a personas. Saber que esto es así hará que creamos y nos apasionemos aún más con nuestro negocio, luchemos con más ganas y nos levantemos ante las adversidades con mucha más ligereza. El empresario José Moro cuenta con la solidaridad entre sus valores, como demuestran los proyectos que lleva a cabo a través de la Fundación Emilio Moro y otras iniciativas. El propio libro es 100% solidario: los beneficios obtenidos de las ventas de su libro se destinan a los proyectos sociales de la Fundación.
- Prepararse a fondo y luchar cada día
La preparación y formación son fundamentales para saber más cada día y, por tanto, tener más que ofrecer. Una empresa tiene que ser dinámica y estar continuamente reinventándose. Es una lucha diaria y el emprendedor que quiera tener un negocio de éxito debe saber que es así. El éxito es también sinónimo de sacrificio.
- No impacientarse
La impaciencia, el querer conseguir resultados demasiado pronto es, a menudo, una de las mayores barreras para lograr el éxito en un negocio. Es raro que las cosas salgan bien y se mantengan bien si no hay un esfuerzo constante detrás. “Valoro más la actitud y el esfuerzo que los resultados”, dice José Moro.
- Creer en lo que hacemos
Además de apasionarnos nuestro negocio, también hay que creer en él. Despertarnos cada mañana con la seguridad de que, si nuestra idea es de calidad, es honesta, es beneficiosa para el prójimo y es organizada, acabará por triunfar. José Moro, no concibe la gestión de un negocio si no nos hace levantarnos cada día “con mariposas en el estómago, enamorados y llenos de ilusión”.
- Asumir que lo único imposible es aquello que no se intenta
Este último punto es la máxima más importante que sigue el premiado empresario. Hay que estar dispuesto a esforzarnos día a día por alcanzar nuestros sueños, ser conscientes de que en la vida hay riesgos y hay dificultades, pero que no existen las cosas imposibles y que, hasta lo más arriesgado, puede salir bien. “En mi caso, la felicidad consiste en luchar a destajo por un sueño”, comenta el empresario.
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