¿Cómo hacer pastel vasco ligero y sin lactosa?

Este año la Semana Grande de San Sebastián, Bilbao o Vitoria no podrán tener lugar, pero desde Kaiku Sin Lactosa -la gama más amplia de lácteos sin lactosa del mercado- proponemos celebrar esta festividad en casa con la receta de pastel vasco tradicional, una versión ligera y sin lactosa.

Algunos seguidores de Karlos Arguiñano o asiduos visitantes del País Vasco conocerán ya el sabor de este postre, que no es ligero, pero merece la pena guardarle un hueco. Se trata de un pastel redondo y dorado que recibe el nombre de “etxeko bixkotxa” en vasco.

La receta del pastel vasco se traduce en una gran galleta crujiente rellena de crema pastelera, o en otras versiones de crema de almendra o de mermelada de cerezas.

El origen de este postre como tal se encuentra a mediados del siglo XIX y más que un postre de alta cuna se trataba de un plato casero. Realmente, cada familia tenía su propia receta que se transmitía de generación en generación. El relleno variaba en función de la temporada y de los frutos que tenían más a mano: albaricoques, cerezas, ciruelas, crema…

Aunque hoy en día se encuentra en muchas casas y restaurantes, este pastel es sinónimo de celebración y es el clásico postre de los domingos en familia.

Desde Kaiku Sin Lactosa y su gama de productos sin lactosa, ricos y ligeros, te contamos cómo elaborar este pastel en su versión más ligera y sin lactosa para celebrar en casa la Semana Grande de Bilbao, Vitoria o San Sebastián que tendrían lugar este mes de agosto.

CÓMO HACER EL PASTEL VASCO

INGREDIENTES

Preparación: 40 minutos

Horno: 35 minutos

Masa

300 g de harina

200 g de azúcar

120 g de mantequilla

1 huevo

2 yemas

1 cucharadita de sal

1 ralladura de limón

1 sobre de levadura

1 yema de huevo para dorarlo

 

Crema pastelera sin lactosa

500 ml de leche Kaiku Sin Lactosa

50 g de harina/ maicena

70 g de azúcar

2 huevos

2 yemas de huevo

½ vaina de vainilla

 

ELABORACIÓN

1.Precalentar el horno a 180ºC

  • Para la masa:

2.Colocar toda la harina en un bol grande, hacer un hueco en el centro y añadir el huevo batido previamente, las 2 yemas de huevo, la levadura, el azúcar, la pizca de sal, la mantequilla (o la nata montada previamente y el aceite suave), la ralladura de limón. Ir mezclando todos los ingredientes con las varillas hasta conseguir una masa lisa que se pueda trabajar.

3.Hacer una bola con la masa, envolver en tela enharinada y dejar reposar durante al menos 2 horas a temperatura ambiente.

  • Para la crema pastelera

4.Calentar la leche con la vaina de vainilla.

5.Colocar en un recipiente el azúcar, las dos yemas de huevo, los dos huevos batidos.

6.Revolver la mezcla para ir blanqueándola con una cuchara de madera.

7.Espolvorear harina sobre el recipiente, adjuntar la sal, e ir vertiendo la leche caliente mientras se remueve bien la mezcla.

8.Si estás trabajando directamente en una olla, calentar a fuego suave. Si estás trabajando en un recipiente diferente, vuelca el contenido en una cacerola y enciende el fuego. Remueve lentamente a fuego lento hasta que veas que la crema empieza a espesar.

9.Retira la olla del fuego y sigue removiendo hasta que se atempere.

  • Montar el pastel:

10.Engrasa con aceite un molde de horno con cierta profundidad y enharina la superficie.

11.Divide la bola de masa en dos partes, una que sea algo más grande que la otra (proporción 1/3 y 2/3).

12.Extiende con un rodillo la parte más grande y coloca en el molde tratando de que los bordes sobresalgan. A continuación, vierte la crema fría en el molde.

13.Coge el resto de la masa, aplana con el rodillo y coloca sobre el pastel montado como si fuese la tapa. Une los bordes de arriba y de debajo humedeciendo la masa y pellizcando sin hacer agujeros.

14.Pinta con la yema la superficie del pastel vasco y con un palillo o tenedor, decora con un dibujo a tu estilo.

15.Mete tu pastel al horno previamente calentado y deja cocinar entre 30 y 35 minutos.

¡Listo! Ya tienes tu propio pastel vasco ligero y sin lactosa para disfrutar en familia o con amigos. Y te damos un truco… ¡Déjalo descansar y al día siguiente estará incluso más rico!



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