Esta frase no es de tiempo atrás, es de hoy mismo y su autor soy yo, Carlos Machado. Lo que pretendo decir creo que está suficientemente claro. Según nuestra Constitución, en los tres puntos de su Art. 43, dice: 1. Se reconoce el derecho a la protección de la salud. 2. Compete a los poderes públicos organizar y tutelar la salud pública a través de medidas preventivas y de las prestaciones y servicios necesarios. La Ley establecerá los derechos y deberes de todos al respecto. 3. Los poderes públicos fomentarán la educación sanitaria, la educación física y el deporte. Así mismo, facilitarán la adecuada utilización del ocio.
Que España es diferente está claro. Lo que estaría bien, es que esa diferencia estuviese dirigida más hacia lo bueno que no hacia lo malo. Me explico, en 1960, Manuel Fraga, en aquel momento Ministro de Información y Turismo, ideó la famosa frase de “Spain is different”. Con ello lo que se pretendía era minimizar el que “África empezaba en los Pirineos”, concepto general del resto de Europa en aquel entonces. Evidentemente había una forma muy distinta de actuar, tanto cívica como mentalmente. En Europa se vivía de una forma más “pulida”, no valía el ejemplo de “Viva la Virgen” y si, el cumplir unas normas de convivencia pensando no solo en uno mismo, sino también en los demás.
El problema de todo esto, es que no se nace sabiendo. Y que desde que nuestro cerebro empieza a distinguir y a aprender, es cuando hay que empezar a trabajarlo, que no adoctrinarlo. El “educar” a una población es un trabajo largo y que compete, por lo tanto, a más de un gobierno. Estamos hablando de años y años. Pero ante situaciones como la que hemos vivido y estamos viviendo, hay otras opciones que servirían para mentalizar de inmediato. Una de ellas podría ser cuando te tocan el bolsillo. En el Tirol Austriaco se ha sancionado a una alemana de 54 años por saltarse reiteradamente la cuarentena, al haberse detectado que tenía la COVID-19. La primera vez se la sancionó con un día de prisión, y la segunda con 10.800 euros de multa. Sinceramente no creo que exista una tercera vez.
Pero retomando el hilo de que son los que gobiernan quienes tienen que tomar las decisiones correctas es que, desde mi punto de vista, la cuestión no es solo del ciudadano. Qué duda cabe que los españoles somos muy toreros y los “miuras” los toreamos, pero ante las imprudencias están las normas y en estos momentos las normas habrá que cumplirlas e incluso hacerlas más específicas y severas. Se echa la culpa a las concentraciones de jóvenes en playas, polígonos industriales, parques… Yo personalmente creo que ese tipo de contagios producidos por la falta de distanciamiento social, el no uso de mascarillas e higiene, se podrían solucionar con una buena intervención policial. Por descontado, no a una intervención agresiva sino disciplinaria, a base de sanciones y arrestos. Incluso más, a esas personas en el caso de reincidencia, los pondría a hacer servicios sociales en hospitales o centros donde se estén tratando a infectados de COVID.
La cuestión es la de siempre, se les echa la culpa a los más débiles. Es mucho más fácil hablar de las imprudencias, y no pretendo con ello quitarles su culpa, y no hablar de los que no hacen que se controlen las normas. Porque entre la libertad y el libertinaje, son los gobernantes los que tienen que tomar las medidas oportunas, para demostrar las diferencias entre las dos. Es más fácil decir que somos “ingobernables” y que “España es diferente”.
Si realmente tuviésemos políticos que supiesen defender nuestros intereses, capacitados tanto en conocimientos como en respeto entre ellos mismos, es probable que nuestros índices de contagio, enfermos y fallecidos fuesen más parecidos a los que tienen en otros países, a los que nosotros llamamos de mente cuadriculada, Alemania, por ejemplo.
Carlos Machado
Periodista
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