Una empresa española desarrolla y patenta una innovadora máquina de abrazos

• La máquina, que tendrá un uso terapéutico, es especialmente interesante en la ‘nueva normalidad’, donde el distanciamiento social físico impide abrazos que en muchas situaciones son altamente beneficiosos. Por ahora, de modo experimental se implementará en una asociación dedicada a personas con autismo, ubicada en Barcelona

La empresa española GDPI, afincada en el Centro Europeo de Empresas e Innovación de Cartagena (CEEIC) y dedicada a la investigación, desarrollo y protección de innovaciones ha desarrollado y patentado junto con la promotora y cofundadora de la asociación María Martí Esparza, una innovadora máquina de abrazos. La máquina se ha sido concebida a petición de una asociación de personas con autismo de Barcelona. “Las nuevas normas de distanciamiento social nos impiden el contacto físico, pero con esta innovadora máquina podremos conseguir grandes efectos en las personas con autismo” afirma María Martí Esparza.

Fue en la década de los años 60 cuando la reconocida científica Temple Grandin, diagnosticada con trastorno del espectro autista, descubriera que una ligera presión de dos paneles en los costados, a modo de abrazos, calmaba y desestresaba a las vacas. Desde entonces han sido varios los estudios e investigaciones llevados a cabo para determinar el efecto terapéutico de los abrazos en las personas y se han desarrollado varias (concretamente dos) modalidades de máquinas para simular la presión de un abrazo, entre ellas la realizada por la propia Temple Grandin.

¿En qué consiste la nueva Máquina de Abrazos?

Además de una actuación automática mediante control remoto, la innovación que presenta la máquina española respecto de los dos modelos preexistentes es la de abrazar al individuo de forma ergonómica cuando este se encuentra en posición vertical (de pie o sentado sobre un taburete), mientras que en los dos modelos antecesores la presión la ejercían unas palas rectas y con la persona en posición horizontal (tumbada sobre una colchoneta). De esta forma, aseguran desde GDPI, se percibe con más intensidad el abrazo y el efecto terapéutico es mayor.

Se trata de una innovadora máquina que, mediante la aproximación automática en forma de tenaza de dos palas acolchadas diseñadas con forma ergonómica, éstas envuelven y abrazan al individuo ejerciendo sobre él la presión idónea. Mediante un sistema gradual de elevación, las palas se pueden colocar a diferentes alturas con el fin de poder actuar sobre cualquier parte del cuerpo y para cualquier estatura del individuo, incluidos los niños. Al trabajar de forma automática la aproximación o separación de las palas mediante un mando a distancia, el propio usuario puede graduar y controlar la presión del abrazo a su gusto.

Otros usos

Dado que el origen del descubrimiento de su efecto terapéutico fue sobre animales, desde GDPI consideran aplicar el uso de la máquina al sector veterinario, ya que como aseguran, en bastantes ocasiones los animales se estresan y violentan en las consultas veterinarias.

Por otra parte, en la situación de pandemia actual, la máquina podría paliar la falta de abrazos que supone el mantener la distancia social en un amplio abanico de situaciones.



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