El equipo de Mercadona parece estar viviendo la paradoja que en 1935 presentó el físico Schrödinger (por la que un gato hipotético podía estar simultáneamente vivo y muerto). Sólo así se entiende que el supermercado se fuera a cerrar… pero ya no, que la colmena no sea una colmena…pero en realidad sí, que se vaya a contaminar menos… pero en realidad más, que quieran vender más… pero en realidad vayan a vender lo mismo.
Mercadona decidió, hace un año, cerrar el supermercado de El Bosque. Pero fruto de la situación derivada de la pandemia, decidieron reconvertirlo en otra cosa. ¿En qué?
La Directora de Comunicación de Mercadona compartió en TeleMadrid que “esto no es un centro logístico, no va a ser un centro logístico ni va a ser un centro de distribución”. Sin embargo, el equipo de Mercadona que atendió a los vecinos confirmó que la “sala coordinador colmena” que figura en el proyecto presentado al Ayuntamiento toma ese nombre porque la responsable del centro logístico ubicado en el polígono industrial de Getafe dirigirá ambos centros.
En aquella intervención la Directora no parecía tener claro si el tráfico se reduciría o no porque “como no van a poder venir los clientes a comprar tienen un centro a menos 10 minutos en coche para poder hacerlo, un Mercadona”, pero que “prevemos que se va a reducir un 60% el tráfico, que el ruido ambiental se vaya a reducir un 40%…”. Es decir, que seguro que el movimiento dentro de la parcela se reducirá porque sólo accederán sus 32 furgonetas y los tráileres, pero el tráfico, la contaminación y el ruido crecerán porque se espera que los actuales clientes se vayan al supermercado del pueblo (a 4.2km).
Curioso es, cuanto menos, que se esté acometiendo una inversión para soportar (según el equipo técnico del proyecto) un máximo de 800 pedidos diarios online (que es la misma cantidad de compras físicas que aquella Directora citó hace unos días: “aproximadamente, 800 clientes al día que venían a realizar esa compra ya no van a venir”).
A todas luces, el proyecto presentado por Mercadona huele a oportunismo, improvisación, venta de submarinos amarillos y notables carencias en el área de comunicación. Nada que dé un mínimo de tranquilidad a los vecinos que hasta hace poco la disfrutaban sin problemas.
Vecinos de El Bosque
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