En la era de la conexión en la que nos ha tocado vivir, las nuevas tecnologías se han convertido en imprescindibles para todos, especialmente para los más jóvenes, para quienes el uso del teléfono móvil y otros dispositivos con los que navegar por internet son de uso indispensable o imprescindible. Sin embargo, la utilización de las tecnologías está facilitando que cada vez mayor número de jóvenes se estén convirtiendo en adictos al juego online, apuestas en línea, etc., que están causando similares efectos a los que provocan drogas como la heroína o la cocaína, ya que derivan en ludopatías. Éstas, según la Organización Mundial de la Salud OMS), son un trastorno caracterizado por la presencia de frecuentes y reiterados episodios de participación en juegos de apuestas, que terminan dominando la vida del enfermo en perjuicio de sus valores y obligaciones sociales, laborales, materiales y familiares.
Las ludopatías causan estragos en quienes sufren el trastorno, ya que la conducta descrita persiste y a menudo se incrementa a pesar de sus consecuencias sociales adversas, entre ellas la pérdida de la fortuna personal, el deterioro de las relaciones familiares y situaciones personales críticas, siendo recomendable por lo tanto actuar lo antes posible para prevenirlas y/o someterse a un tratamiento para deshabituarse y recuperar la propia vida.
Los especialistas dedicados a tratar adicciones en Madrid explican que el citado trastorno se ha convertido en una tendencia al alza entre los más jóvenes, precisamente por ser los más vulnerables, ya que se encuentran de lleno en un proceso de desarrollo y formación de su personalidad. Y es que además los adolescentes ven en los entornos virtuales en los que se mueven situaciones muy similares a las de la realidad, pudiendo llegar a acceder incluso a apuestas en línea con mayor facilidad chicos y chicas menores de edad que falsean sus datos al registrarse, sin que tengan que arriesgarse a someterse a los estrictos controles de los casinos físicos La adicción en la que caen, en todo caso, mina progresivamente la salud, tanto mental como física, ya que el que está enganchado al juego descuida su alimentación, come desordenadamente y mal, duerme poco y entra en una espiral de abandono de sí mismo en cuanto a cuidado e higiene.
Las adicciones, según los expertos, constituyen una enfermedad en la que intervienen múltiples factores: biológicos, psicológicos y sociales; una enfermedad que comienza por la fase del abuso y que termina convertirtiéndose en dependencia o adicción. El adicto, además, niega que lo es, se autoengaña y entra en un bucle en el que aparecen distorsiones cognitivas en las que se ve atrapado, cayendo progresivamente en un pozo de deterioro sin fondo, del que necesita ayuda para salir pues es incapaz de hacerlo por sí mismo.
La situación es sobre todo preocupante si tenemos en cuenta que diferentes organismos e instituciones han constatado, a través de estudios de prevalencia, que es muy elevado el número de adolescentes que presentan comportamientos de adicción a los juegos online, siendo completamente recomendable para ellos que acudan a un centro de desintoxicación Madrid para someterse a terapias o intervenciones en adicciones y recibir un tratamiento integral, adaptado a sus necesidades, con el que lograr su recuperación.
Cuando los afectados son adolescentes es más fundamental si cabe afrontar cuanto antes el problema porque su adicción interfiere seriamente y hasta impide los procesos esenciales de crecimiento y maduración de estos jóvenes, con repercusiones negativas muy diversas y de múltiples tipos: sociales, emocionales y de aislamiento, entre ellas. Además, el trastorno ejerce efectos perturbadores no solo en quien padece la enfermedad sino también en su familia, ya que se ven alterados los procesos familiares, a la vez que se producen alteraciones en los entornos académicos, generándose dinámicas disruptivas entre compañeros, parte de los cuales se ven influenciados negativamente. En definitiva, un adolescente que sufre ludopatía verá afectados todos sus contextos de pertenencia. Finalmente, sus malos hábitos, si no trata de repararlos cuanto antes, le llevarán a un grave aislamiento, según hemos señalado, pues al tiempo que deja de interactuar con su familia, a la que destruye, rechazará las actividades sociales características de su edad.
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