Una candidatura estudiantil contra las leyes de Castells arrasa en la Universidad Autónoma de Madrid

La resistencia a las Leyes de Castells se sigue multiplicando. Por una parte rectores y catedráticos muestran su descontento, por otro movilizaciones y comunicados de estudiantes que rechazan la reforma. Y en la Universidad Autónoma de Madrid, un grupo de estudiantes organizados arrasan en las elecciones estudiantiles con una candidatura en contra de las leyes Castells

Estudiante de la UAM procediendo a votar

El pasado 17 de noviembre tuvieron lugar las elecciones a Junta de Facultad y Claustro en la Universidad Autónoma de Madrid. A pesar de la poca difusión de las elecciones por parte de la institución, este año ha habido un elemento disruptivo: un grupo de estudiantes organizados impulsaron una lista bajo el nombre “Contracorriente e independientes: no a las leyes Castells” para mostrar su rechazo público a la reforma universitaria del ministro de Unidas Podemos.

La lista impulsada por las agrupaciones Contracorriente y Pan y Rosas ganó las elecciones en las facultades de Ciencias y Filosofía constituyendo más de la mitad de los votos totales y consiguió dos claustrales en Derecho, conquistando 18 integrantes a las Juntas y 19 a Claustro. Ahora las elegidas llevarán al Claustro y a las juntas de facultad las reivindicaciones estudiantiles, y seguirán peleando contra las leyes de Castells dentro y fuera de los órganos de gobierno universitarios.

Según los estudiantes, la Ley Orgánica del Sistema Universitario (LOSU) supone un avance en la neoliberalización de la universidad, dando aún más espacio a las empresas y consolidando el carácter antidemocrático de la universidad en la que el voto está ponderado por estamento.

Por otra parte, afirman que la recién aprobada Ley de Convivencia Universitaria, que prefieren denominar “Ley Mordaza Universitaria” constituye “todo un ataque al movimiento estudiantil”, ya que persigue la movilización estudiantil, dejando a discreción del rectorado las sanciones, que pueden llegar a ser expulsiones de hasta tres años por todo aquello que consideren constituye una interrupción del normal funcionamiento de la universidad. Es decir, cualquier acto de protesta o actividad de ocio”. Y añaden, “no nos sorprende que este gobierno instaure una nueva mordaza, al fin y al cabo no ha derogado la Ley Mordaza y ahora mismo está enviando policía y tanquetas a reprimir la huelga de Cádiz”.

Los estudiantes han conseguido cientos de votos con una campaña en la que dejaban clara esta firme oposición a las leyes de Castells, su denuncia a la falta de democracia en la universidad y en la que apostaban por expulsar a las empresas de la universidad.

Su promesa ahora es “poner todas y todos nuestros representantes a disposición de desarrollar la autoorganización estudiantil y la lucha contra las políticas de privatización como la que lleva adelante Castells y la casta universitaria en complicidad con la derecha de Ayuso que nos impone las tasas de matrícula más caras de todo el país”.

Como siguientes pasos plantean la convocatoria de asambleas en la universidad para convocar próximas movilizaciones contra la reforma de Castells.



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