¿Lentillas diarias o mensuales? ¿Qué es mejor?

El uso de lentes de contacto o lentillas tiene muchas ventajas. Además de la comodidad que su utilización aporta, ofrecen una imagen que para algunos de sus usuarios resulta más estética en cuanto a sí mismos, ya que no les gusta usar gafas o no se ven bien con ellas. También puede ocurrir al contrario, para los partidarios de las gafas, las lentes de contacto constituyen una alternativa para las ocasiones en las que las gafas no pueden ponerse o no conviene hacerlo, como por ejemplo durante la práctica de actividades deportivas.

Las lentillas, además, ayudan a corregir trastornos de la vista, como la hipermetropía, la miopía, el astigmatismo o la presbicia, si bien entre sus inconvenientes figura la sequedad en los ojos que puede generar su uso o la existencia de un mayor riesgo de contraer infecciones si no se realiza un correcto mantenimiento de las lentes.

Una vez que se toma la decisión de usarlas, la siguiente duda a despejar es si decantarse por las de utilización diaria o si optar por las de frecuencia mensual. Ambos tipos tienen en común que son desechables pero, ¿cuáles son mejores para el cuidado de los ojos y el desempeño de la vida cotidiana?

En realidad se trata de una decisión muy personal y, en función de cada usuario, para unos serán mejores unas y, para los restantes, otras.

Las lentillas de duración más corta, es decir, las lentillas diarias, ofrecen la ventaja de que, al desecharse cada día, se encontrarán siempre en excelente estado. Además, no requieren mantenimiento, esto es, no hay que limpiarlas, por lo que son muy cómodas y prácticas.

En paralelo, disminuyen considerablemente los riesgos de contraer infecciones respecto a las lentes de contacto de uso mensual, al haber menos posibilidades de que se expongan a bacterias.

En cuanto a las lentillas mensuales, uno de sus principales beneficios es de índole económica, ya que, al necesitarse solamente doce pares al año, resultan más económicas que las diarias. No obstante, las mensuales requieren un mantenimiento concreto y constante. Hay que limpiarlas y cuidarlas adecuadamente a lo largo de su mes de vida para evitar contaminaciones y, por ende, impedir que los ojos se infecten.

Dicho cuidado diario conlleva el uso de los denominados líquidos de lentillas, en los que se sumergen hasta el siguiente uso, pudiendo llevarse a cabo limpiezas exhaustivas con pastillas enzimáticas.

Por otra parte, debe tenerse en cuenta el tiempo que se pueden llevar unas lentillas u otras. Así, las de utilización diaria no conviene usarlas durante más de ocho horas y, en lo que respecta a las mensuales, hay diferentes situaciones, dependiendo del material del que estén hechas.

Por ejemplo, las realizadas con materiales como la silicona hidrogel, son muy transpirables, por lo que pueden utilizarse a lo largo de varios días, debiendo ser conscientes de que solamente en dichos casos, en los que existe una alta transpirabilidad, es conveniente dormir con lentillas puestas, ya que, si no, los ojos no se oxigenarán, lo cual puede ocasionar múltiples problemas en los mismos.

Ahora bien, pese a la información expuesta, no hay una respuesta clara a la pregunta de qué tipo de lentes de contacto es mejor usar. Las de uso diario parecen más recomendables para los usuarios que prefieren predominantemente las gafas y ponerse lentillas de vez en cuando, o para aquellos que padezcan alergias, supuesto en el que es mejor evitar “estrenar” lentillas todos los días.

El uso de lentillas mensuales parece más propicio para quienes apuestan por ponerse lentes y olvidarse de las mismas por mucho tiempo, a la vez que apuestan por ahorrar a medio o largo plazo.

No obstante, para tomar la decisión más acertada, resulta conveniente consultar con un especialista, el cual, en función de las características de cada paciente, le ayudará a despejar dudas y podrá recomendarle el tipo de lentilla que le irá mejor.



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