Por Eva Fraile
No es muy frecuente encontrar títulos sobre realismo mágico en el mercado que hayan sido escritos en la actualidad. Pero eso no es todo lo que se sale de lo común en la vida y obra de Marta de la Fuente Soler (Bilbao, 1990), una mujer que disfruta del humor y la espiritualidad y que encuentra en la música la mejor forma de saborear la libertad.
¿Escribir sobre realismo mágico en la actualidad es complicado? ¿Hay que tirar mucho de referentes o sigue habiendo margen para la inventiva?
A mí lo que me parece complicado, o más bien tedioso, es escribir sobre lo que no se quiere escribir. Galernas la escribí por puro placer, por lo que no diría que me resultó complicado, sino todo lo contrario, más bien natural. No creo que se trate de una apuesta ni más fácil ni más difícil, de lo que sí me he dado cuenta es de que escribo más lento cuando abordo este género, pero, a la vez, mi predisposición para el humor es más ágil porque este surrealismo permite situaciones más estrambóticas, y eso me divierte muchísimo, personalmente, siempre me ha gustado reír y hacer reír. Es un deleite el que un libro te haga soltar una carcajada, ni qué decir reírse como un niño releyendo una broma que tú mismo has parido. Ese es uno de los grandes placeres que me trae el escritorio.
¿Qué papel ocupa la magia en tu vida? ¿Y la espiritualidad?
Me paso todo el día haciendo pociones.
(Broma).
A grandes rasgos, estrechar la creencia de que hay algo más allá de lo que percibimos con cinco sentidos a mí me ha servido, me ha hecho más feliz y me ha hecho conocerme mejor.
Tengo entendido que Galernas es un homenaje a tu padre.
Sí, él es mi Manuel Abelardo; más bien, Manuel Abelardo es él.
Para muchos autores, su primera obra es siempre más experimental, o no se identifican mucho con ella cuando pasa el tiempo y echan la vista atrás. ¿Tú te sigues viendo en Historias de una generación?
Sí, sí, me sigo viendo. Más cría, pero, sí, claro que me reconozco.
¿Cuál es tu más fértil fuente de inspiración?
Las personas y los viajes.
Como artista multidisciplinar que eres, te desenvuelves en el mundo de la literatura, la música o el cine. ¿Hay alguno que sientas más tuyo que el resto?
Ando desencantada del cine y de su industria. Me encuentro más en mi elemento en la literatura y en la música, aunque, ya que estamos siendo del todo sinceros, para mí la música es la más maravillosa de las artes. También me parece la más espiritual y la que antes te llega al corazón. Además, la sensación de libertad que puedo experimentar con la música es bien diferente a la que me da la literatura. Quizás se la podría llamar más pura o más directa. En cualquier caso, sobre cómo incide cada una en mi vida, no pondero ninguna sobre otra, cada cual me aporta cosas distintas.
¿Cuál ha sido la crítica que más ilusión te ha hecho recibir?
La de mi amiga Lola Monterreal, que también es escritora y una artista muy dotada. La entendió como nadie. Y a Manuel Abelardo lo captó absolutamente, y eso, entre otros comentarios muy atinados, me emocionó.
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