La Comunidad identifica cinco nuevos casos en menores con hepatitis aguda de origen desconocido, atendidos desde enero en hospitales públicos de la región

De los ocho detectados hasta el momento, seis ya han recibido el alta hospitalaria por su evolución favorable y dos permanecen ingresados

Hospital Universitario General de Villalba

La Consejería de Sanidad de la Comunidad de Madrid ha identificado otros cinco casos en menores –con edades entre 1 y 15 años– afectados por hepatitis no A-E aguda grave, de origen desconocido, en el marco de la investigación que realiza la Dirección General de Salud Pública para para detectar, desde el pasado mes de enero, aquellos que cumplen los criterios de la alerta sanitaria.

La Comunidad de Madrid ha comunicado al Ministerio de Sanidad un total de ocho niños diagnosticados en los primeros cuatro meses de este año, habiendo sido atendidos en hospitales públicos de la región. Seis han recibido hasta el momento el alta médica, de los que tres han precisado ingreso en UCI y uno trasplante hepático, mientras que otros dos, de más reciente diagnóstico, permanecen ingresados. Todos ellos evolucionan de forma favorable.

La investigación se realiza ante la alerta sanitaria internacional de mediados de abril por parte de la Organización Mundial de la Salud (OMS), a raíz del volumen de población infantil afectada en Reino Unido. Según el último criterio actualizado de este organismo, se considera caso al paciente de 0 a 16 años, con hepatitis grave aguda (ingreso hospitalario) y con clínica del laboratorio negativa a los virus de la hepatitis (A, B, C, D y E) y/o con elevación de transaminasas. Con la actualización es previsible detectar nuevos enfermos.

En virtud del Reglamento Sanitario Internacional, la Dirección General de Salud Pública alertó al sistema sanitario madrileño, en especial a las unidades de cuidados intensivos pediátricas, con objeto de identificar posibles casos, con carácter retrospectivo desde el pasado mes de enero, y se les ha comunicado los nuevos criterios.

Las primeras investigaciones en el ámbito internacional indican que esta enfermedad no está relacionada con la vacunación del COVID-19 ni con casos de infección. La hipótesis más plausible es un origen infeccioso. Los principales síntomas son dolor abdominal, vómitos o ictericia (coloración amarilla en la piel).
Sanidad indica que las principales medidas preventivas son el lavado de manos y las higiénicas generales. Además, recomienda consultar con el pediatra si el menor comienza con síntomas que se agravan en pocos días. También recuerda que los niños solo deben recibir los medicamentos o las dosis prescritas por su médico o pediatra.



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