España no ha continuado con el ritmo de creación de empleo durante el primer trimestre de 2022 y se ha visto frenado en medio de un delicado contexto que suponen el alza de precios y la incertidumbre bélica. Así, según los datos de la Encuesta de Población Activa publicados a finales de abril por el INE, de enero a marzo la ocupación se redujo un 0,5 % respecto al trimestre anterior. Por su parte, el número de desempleados ha crecido en 70.900 personas.
Durante el primer trimestre de 2022, disminuyó el total de ocupados en 100.200 personas, por lo que el mercado de trabajo albergó entre enero y marzo a 20.084.700 ocupados, manteniéndose por encima de la barrera psicológica de los 20 millones y obteniendo posiciones de empleo similares a 2008, cuando estalló la crisis financiera. En términos desestacionalizados, la variación trimestral en el número de ocupados fue positiva: de 1,08 %.
La cifra de desempleados fue de 3.174.700 en el primer trimestre del año, situándose la tasa de paro en el 13,65 %. A pesar de los datos, si comparamos con las cifras del mismo trimestre de hace un año, el empleo ha crecido en 878.000 personas (variación interanual del 4,57 %). En resumen: los datos del primer parcial de 2022 muestran que la velocidad de creación de empleo del mercado se ha reducido, aunque siguen siendo mejores que hace un año.
Es importante señalar que este trimestre corresponde a los primeros meses de aplicación de la nueva reforma laboral, que dio un periodo de transición a los nuevos modelos laborales.
La productividad de la economía española supera la prepandemia
Además de la creación de empleo, la otra gran cifra que debemos observar es el número total de horas efectivas trabajadas. El INE pregunta a los encuestados por el volumen de tiempo que trabajan a la semana. Este indicador permite saber si el empleo que se está creando es de mayor o menor calidad al contar con jornadas extensas de trabajo, y, por tanto, si la productividad por trabajador está aumentando o no.
En el primer trimestre de 2022, el promedio semanal de horas trabajadas por el conjunto de la población activa fue de 646,8 millones de horas. Esto supone un incremento del 5 % con respecto a los datos del trimestre anterior. Ya supera el máximo visto en el segundo trimestre de 2019 (646,3 millones de horas) y es el mayor pico desde 2010.
Si analizamos la evolución histórica, observamos que el número de horas trabajadas semanales fue descendiendo desde el máximo histórico de 2008 (722 millones) hasta mediados de 2014, cuando comenzó a remontar. En el segundo trimestre de 2019 se registraron 646,3 millones de horas efectivas trabajadas semanales. Después llegó la gran caída por las restricciones sanitarias y la entrada en ERTE de millones de ocupados hasta llegar al mínimo visto en el segundo trimestre de 2020 de 474,3 millones de horas trabajadas.
Fuente: EPA
La productividad de la economía española supera la prepandemia
Además de la creación de empleo, la otra gran cifra que debemos observar es el número total de horas efectivas trabajadas. El INE pregunta a los encuestados por el volumen de tiempo que trabajan a la semana. Este indicador permite saber si el empleo que se está creando es de mayor o menor calidad al contar con jornadas extensas de trabajo, y, por tanto, si la productividad por trabajador está aumentando o no.
En el primer trimestre de 2022, el promedio semanal de horas trabajadas por el conjunto de la población activa fue de 646,8 millones de horas. Esto supone un incremento del 5 % con respecto a los datos del trimestre anterior. Ya supera el máximo visto en el segundo trimestre de 2019 (646,3 millones de horas) y es el mayor pico desde 2010.
Si analizamos la evolución histórica, observamos que el número de horas trabajadas semanales fue descendiendo desde el máximo histórico de 2008 (722 millones) hasta mediados de 2014, cuando comenzó a remontar. En el segundo trimestre de 2019 se registraron 646,3 millones de horas efectivas trabajadas semanales. Después llegó la gran caída por las restricciones sanitarias y la entrada en ERTE de millones de ocupados hasta llegar al mínimo visto en el segundo trimestre de 2020 de 474,3 millones de horas trabajadas.
Fuente: EPA
Ante crisis económicas o situaciones imprevistas, los empleos más precarios son los primeros en ser destruidos (contratos temporales, jornadas reducidas frente a completas, horas pagadas en B, etc.). Si estos son ocupados en mayor proporción por mujeres que hombres, la vulnerabilidad laboral que sufren ellas es mayor en contextos de fuertes contracciones económicas, lo que puede lastrar el desempeño laboral a lo largo de la vida.
Por otra parte, los datos indican que esta brecha en el número de horas efectivas trabajadas semanales se redujo desde los 171,2 millones que había en 2008 hasta los 92,5 millones en 2013, coincidente con los años de mayor destrucción de empleo. A partir de ese punto, con la recuperación económica vista en el periodo 2013-2019, la caída del empleo en 2020 y el incremento en 2021, la diferencia se ha estancado en la horquilla aproximada de los 90-100 millones de horas entre hombre y mujeres, es decir, la brecha de género no se está reduciendo en España.
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