
Con la llegada de la primavera, los niveles de polen aumentan de forma significativa y, con ellos, los casos de alergias respiratorias, que afectan ya a más del 20 por ciento de la población. En zonas como la Sierra de Guadarrama, donde la vegetación es especialmente abundante, este fenómeno se intensifica notablemente, tal y como explica el Dr. Ignacio Esteban Gorgojo, jefe del Servicio de Alergología del Hospital Universitario General de Villalba -hospital público de la Comunidad de Madrid.
“El inicio y la intensidad de la temporada dependen de dos factores: la lluvia invernal, que favorece el crecimiento de la vegetación, y las temperaturas de primavera que, si se mantienen entre 20 y 30 grados, activan la polinización”, apunta el especialista, advirtiendo que “este año, con una vegetación muy desarrollada, podemos tener niveles elevados de polen si se dan las condiciones térmicas adecuadas”.
Las alergias respiratorias primaverales, provocadas principalmente por gramíneas y olivo, se presentan con síntomas como picor de ojos, nariz paladar u oídos, mucosidad, estornudos, congestión nasal, o incluso manifestaciones asmáticas, como tos, sensación de falta de aire o pitos al respirar. “Muchas veces se confunden con un catarro, pero si estos síntomas se repiten año tras año en la misma época, probablemente estamos ante una alergia al polen”, aclara el especialista. Además, pueden agravar patologías respiratorias previas como el asma: “Hasta un 70 por ciento del asma es de origen alérgica; evitando o trabajando sobre los desencadenantes alérgicos podemos controlar el asma”, asegura.
Aunque los niños y adolescentes son el grupo más afectado, cualquier persona puede desarrollar una alergia respiratoria, incluso en la edad adulta. “Nadie nace alérgico. Todos los alérgicos lo son a partir de un momento determinado. Es el entorno el que nos condiciona”, puntualiza el Dr. Esteban.
El diagnóstico, clave para iniciar el tratamiento adecuado
El primer paso para abordar correctamente una alergia es identificar el alérgeno que la desencadena. A través de pruebas específicas, los especialistas determinan la sustancia responsable y pueden establecer un tratamiento adaptado a cada caso. Este puede incluir antihistamínicos, corticoides tópicos, broncodilatadores y, en determinadas situaciones, inmunoterapia.
“La inmunoterapia, comúnmente conocida como ‘vacunas’, es el único tratamiento que actúa sobre la causa de la alergia y no solo sobre sus síntomas. Más del 90 por ciento de los pacientes que la reciben experimentan mejoría”, subraya el jefe del Servicio de Alergología del hospital villalbino. Y añade: “Como no todos los alérgicos son iguales, estudiamos cada caso de forma individualizada para valorar si es candidato a vacunarse”.
Prevención y control: recomendaciones prácticas
Las alergias primaverales pueden interferir notablemente en el bienestar y las actividades cotidianas. Sin embargo, existen estrategias eficaces para minimizar su impacto y mantener una buena calidad de vida.
Además del tratamiento farmacológico, el uso de mascarillas FFP2 o FFP3 durante los días con mayor concentración de polen se ha consolidado como una medida especialmente útil. “Antes costaba que los pacientes aceptaran su uso, pero tras la pandemia todos las conocemos y hemos usado”, apunta el Dr. Esteban. En este sentido, otras recomendaciones básicas incluyen ventilar la vivienda a primera hora de la mañana, evitar salir al campo en días secos y ventosos, y ducharse al llegar a casa tras haber estado al aire libre.
Por último, el especialista lanza un mensaje claro: las personas con alergia no deben resignarse. “Las alergias son comunes, pero no deben limitarnos. Contamos con herramientas eficaces para que quienes las padecen puedan mantener su actividad habitual, incluido el deporte, sin que la alergia defina su vida”, apostilla.
Hospital Universitario General de Villalba
El Hospital Universitario General de Villalba es un centro sanitario público integrado en el Servicio Madrileño de Salud (SERMAS) que ofrece atención sanitaria en más de 30 especialidades médicas y quirúrgicas, y con equipamiento de la más alta tecnología sanitaria, a unos 124.000 habitantes del noroeste de la Comunidad de Madrid. En concreto, a los vecinos de Collado Villalba, Alpedrete, Moralzarzal, Cercedilla, Navacerrada, Los Molinos, Becerril de la Sierra y Collado Mediano, aunque cualquier madrileño que lo desee puede escoger este hospital a través de la Libre Elección.
Su infraestructura sanitaria ofrece más de 200 habitaciones individuales y equipamiento de la más alta tecnología sanitaria como un TAC, dos resonancias magnéticas, una sala de hemodinámica, una sala de medicina nuclear con gammacámara y 12 equipos para las salas de radiología digital e imagen médica (con, entre otros, dos mamógrafos y cuatro ecógrafos). El hospital está dotado asimismo con 12 puestos de UCI, 85 de urgencias, 47 puestos de Hospital de Día, nueve quirófanos, dos salas de dilatación, cuatro paritorios, 94 consultas y gabinetes de exploración y 18 puestos de hemodiálisis, entre otros.
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