Cocinar con golosinas, gastronomía de chefs y de aficionados

La alimentación es una de las mayores preocupaciones de nuestro día a día. Concienciados de que tenemos que cuidar nuestra salud y llevar una dieta equilibrada, solemos privarnos de algunos caprichos que nos encantaría probar, entre ellos, las golosinas. Sin embargo, éstas empiezan a estar incluidas, cada vez más, en la gastronomía contemporánea, convirtiéndose en protagonistas, con sus colores y sabores, de las recetas de los mejores chefs o de los hogares qué más disfrutan elaborando menús especiales.

Todos recordamos los dulces de nuestra infancia, acomodados a las tardes de los fines de semana o en algún día especial en el que solíamos ir con los amigos a la tienda y elegir las mejores chucherías con la paga semanal. Ahora esos recuerdos siguen formando parte de nuestro día a día porque el arte culinario ha ido cambiando y desarrollando tantas combinaciones que las golosinas ya forman parte de diferentes y originales platos culinarios.

La restauración avanza a pasos agigantados, adaptándose a las nuevas tecnologías en los fogones y a la hora de presentar modernos bocados. Es por ello que la innovación es una pieza clave para seducir a nuevos paladares pero también para seguir conquistando a los más selectos. Un claro ejemplo de ello es el Candy Project, con el que Adoni Aduriz e Iñaki Martínez, chef y sociólogo respectivamente, han defendido la importancia, cultural y culinaria, de estos dulces y los han relacionado directamente con nuestra infancia pero también con lo que somos y comemos ahora.

Parece que este tipo de gastronomía de alta gama nos queda lejos pero, en el fondo, sigue guiado con colores llamativos y rememora los sabores de nuestros mejores caprichos. Encontrar el rato idóneo para ponerse a cocinar no debería costarnos nada si el resultado es un apetecible postre hacia el que se nos va la vista y la cuchara. Las opciones son variadas y la más destacada y socorrida es el típico bizcocho casero que todos sabemos meter en el horno, hecho a base de harina, huevos y aceite. Una buena decoración entra por los ojos así que por qué no añadirle una cubierta de golosinas y hacer algo más vistoso el picoteo final.

Para los más pequeños de la casa, hace falta más imaginación pero esto tampoco es problema. Después de una costosa comida verde, la prometida recompensa puede ayudar; unas galletas adornadas con pequeños trocitos golosos o unos ricos crepes rellenos de fruta pero con alguna sorpresa dulce entremedias para dar color y sabor a los caprichos más deseados.

Y para los que no quieran entretenerse contando las calorías anteriores también hay una solución muy saludable; endulzar cualquier momento del día con Yummeat, para todos aquellos que se quieren cuidar y que son, además, las perfectas golosinas para diabéticos gracias a su apuesta por el 0%.  Si queremos que la comida desaparezca rápidamente de la mesa, una original propuesta es una tarta de chucherías, cuya preparación es bastante fácil; bajo una lámina de corcho blanco, se van colocando los dulces sobre palillos anclados a la base. Otra alternativa para impresionar a alguien es preparar, de igual manera, un bonito ramo y enmarcar un momento importante o una cita especial.

Yummeat es un novedoso producto con el que se puede aprender a trastear entre cacerolas y sorprender con una receta dulce. Y el postre es una de las mejores opciones para empezar. Ese bizcocho que tanto nos ha costado hacer es la mejor excusa para aderezar con unas formas del mar o con unos llamativos corazones rojos con los que no tengamos que arrepentirnos si queremos repetir. Los dulces más tradicionales están presentes en forma de refresco de cola, corazones de fresa y de ositos con una gran ventaja; nos permiten dejar de preocuparnos por grasas y azúcares gracias al maltitol, sustancia sustitutiva con la que se mantienen el sabor y la textura de las de toda la vida, pero sin los perjuicios de éstas.

Ahora que los alimentos son tan examinados por su valor calórico y por las sustancias perjudiciales que contienen, es el momento oportuno para innovar. Para ello, la clave está en seguir descubriendo productos que no perjudiquen nuestra salud y que, además, configuren unos platos atractivos a la vista y que combinen a la perfección con nuestro día a día para que la rutina no invada también nuestras cocinas.



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