Los zombis tomarán la plaza de Galapagar el próximo 17 de junio a las 12 horas en un acto festivo reivindicativo al que están convocados todos los vecinos y en el que están invitados a darse un baño simbólico en una piscina de papel que la Asociación Cultural Social y Ambiental Ítaca va a montar en la Plaza de la Constitución. Performance, música y batucada servirán para recordarle una vez más al actual equipo de gobierno que éste será ya el noveno año sin piscina de verano en el municipio.
Probablemente Galapagar sea la única localidad de la sierra oeste sin piscina de verano, a pesar de contar nada más y nada menos que con más de 32.000 habitantes. Una simple avería de la pileta existente hasta 2010 fue la excusa para que el entonces equipo de gobierno del Partido Popular decidiera sustituir las instalaciones existentes hasta entonces por pistas de padel, que entonces se habían puesto tan de moda. Las reclamaciones vecinales y de los diferentes partidos de la oposición no consiguieron evitar esta decisión, ni tampoco lograron que el consistorio cumpliera su promesa de habilitar otras instalaciones nuevas.
Cinco años más tarde, en 2015, parecía que el nuevo equipo de gobierno, también del Partido Popular, cumpliría su promesa. Unos meses antes del comienzo de la temporada estival aprobó la construcción de un nuevo emplazamiento para los baños de verano y encargó su construcción a una empresa que debía tenerla finalizada en dos meses. Los trabajos comenzaron y la constructora excavó un gran agujero que seis meses después abandonó sin terminar. La “broma” de esta compañía -como se expresan los vecinos-, que está siendo investigada por su vinculación con el caso Pokemon, le costó 47.000 euros al pueblo. El Ayuntamiento no rescindió el contrato por incumplimiento hasta el 30 de noviembre de 2016. Desde entonces mantiene pleitos y reclamaciones a la empresa.
Así se ha llegado hasta 2018 en la misma situación, los vecinos que no tienen piscina privada en sus urbanizaciones, especialmente los del núcleo urbano, tienen que desplazarse a los pueblos vecinos en verano a darse un chapuzón, especialmente a Colmenarejo, que tiene una población tres veces menor.
“Desde Ítaca hemos querido recoger esta reclamación vecinal antes de que caiga en el olvido que Galapagar una vez tuvo piscina de verano, que muchos de sus habitantes aprendieron a nadar en ella y que pasaron tardes y días enteros refrescándose de los calores de julio y agosto”, concluyen en un comunicado los responsables de la Asociación Ítaca, impulsora de esta iniciativa reivindicativa.
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