Desde el Taller de Escritura Creativa que realizamos en el Centro de Día de Majadahonda, gestionado por Grupo 5, denominado como El elenco de la imaginación, nos gustaría compartir los siguientes relatos que escribimos, esta vez diferentes temas de los que hemos tratado en el pasado mes de junio.
Mi padre
Que rareza
La tristeza.
Sigo en duelo por amor
Pero tengo temor
De no verte más, primor,
Y además me da pereza.
Ana Team
Amor
¿Eres Cupido?
Sí, tiro flechas,
Pero eso era antes,
¿y ahora?
Bueno,
Ahora están solamente en el carcaj.
Las tengo todas para mí.
Una de ellas, como el rayo le dio en el corazón.
Esa flecha no mata y es muy lenta para dar en el blanco,
Se mueve como un pez en el agua
Pero ya desistí de clavar flechas, ya solo quiero una.
Clacufo-vagavun-david
Amistad
Para ser feliz hay que tener empatía con los demás.
Las risas dan felicidad.
Con los amigos hay que comprometerse para lo bueno y para lo malo.
En el verano está uno en modo aventura.
En la infancia es todo diversión y risas.
Hay que enseñar a los niños a compartir.
Sangomo
A tan solo una flecha
Apuntaba desde más de un kilómetro de distancia, no era un objetivo fácil, pero el disparo debía ser certero: aquella flecha tendría que hacer diana o el destino del reino estaría más que comprometido. NO solo supondría el inicio de un triunfo especialmente necesario, sino que, por encima de todo, el tiempo del que disponía estaba a punto de agotarse. Las manos le temblaban por el esfuerzo, necesitaba una concentración perfecta, y entonces… el cerrojo que mantenía la verja bloqueada tras ella chirrió, de repente, anunciando la llegada inoportuna de alguien. Como un rayo, se apresuró a ocultarse tras la columna central que sostenía el balcón de la torre: no podían verla, o todo estaría perdido. Se quedó en silencio, casi sin respirar conteniendo el aliento y suplicando que, quien fuera, se marchase rápido. ¡No había tiempo! Se asomó fugazmente, agazapada, y alcanzó a ver dos figuras: una de ellas portaba un escudo reforzado con el caparazón de una tortuga de las Islas de Gobbis. No podía ser… ¿Se trataba de…? ¿Lo habían encontrado? Quedó petrificada, necesitaba salir de allí. Mientras buscaba, fatigada, una salida con la mirada, los escuchó hablar en un idioma siseante, peliagudo, uno que no entendía, pero conocía muy bien. Y cada vez quedaba menos tiempo. Parecía que su objetivo se le escurría entre los dedos de las manos como un pez huidizo fuera del agua. Tendría que arriesgarlo todo, su vida si era necesario, para salvar el destino de todos. Y allá fue.
TaSaa
Escribir
Descubrí la escritura hace no mucho, durante un curso que realicé, que, aparentemente, no tenía nada que ver. Escribíamos acerca de las imágenes de los periódicos y sobre lugares que entre todos los alumnos recreábamos.
Pronto me di cuenta que escribir no era mi punto fuerte y que me costaba mucho más de lo que me imaginaba.
Retomé la escritura justo hace un año, cuando propusimos empezar en el centro de día este grupo. Desde entonces, me he dado cuenta de que la práctica hace al maestro, y me ha encantado poder ver tanta evolución en los textos de todos nosotros.
También me ha servido para conocerme mejor, me he dado cuenta de que lo metafórico y abstracto no es lo mío, pero me resulta muy sencillo comunicar mis pensamientos, experiencias y sensaciones.
He descubierto estos meses que escribir me relaja, me apetece, y, en muchas ocasiones, me ayuda a desenredar nudos en mi cabeza.
Odana
Be the first to comment