«La palabra del año 2024 no va a ser la misma que la del 2023, polarización, sino que van a ser varias: rigor, respeto, fraternidad, unión, diversidad, diálogo, perdón, reconciliación, bien común, derechos humanos, sostenibilidad, futuro…». Este es el deseo que mostró el coordinador de la sede de Madrid del Partido Político Por Un Mundo Más Justo (M+J), Álvaro Galera, este sábado, 13 de enero, en la asamblea anual de la formación.
En el encuentro, celebrado en el Espacio Ronda con el lema Hacia una política del encuentro, Galera recordó que M+J cumple 20 años y que eso «no es nada para construir un partido realmente diferente» que es «como el junco», pues es «flexible» y «gracias a sus profundas raíces, profundo y resistente». Según remarcó, ahora hay varias citas electorales por delante —entre las que sobresalen las elecciones europeas— y «tenemos una gran oportunidad, quizás la mayor de todos nuestra historia, para vencer la polarización, el tacticismo político que busca interés personal y particular, la indiferencia, el “y tú más”, el miedo, el voto útil, la abstención o las desigualdades».
En esta línea, Jorge Serrano, coordinador general de M+J a nivel nacional y recientemente elegido candidato a las próximas europeas en un proceso de primarias, rememoró los orígenes la formación con la convicción de que «acabar con la pobreza es una decisión política» y repasó algunos de los momentos clave de estos años. Entre los más recientes, destacó el liderazgo en la campaña Esenciales, que logró presentar más de 610.000 firmas válidas en el Congreso para que se debata la regularización de 500.000 migrantes.
Los empobrecidos en el centro
En la jornada hubo tiempo para conocer el trabajo que están realizando los distintos equipos de la sede de Madrid de M+J y tuvo lugar una mesa redonda en la que se expusieron algunas de las medidas que proponen. «La política del encuentro es la solución de muchísimos males que estamos padeciendo. […] Tenemos que ir a lo esencial, poniendo a los empobrecidos en el centro», aseguró Augustin Ndour, que fue el primer candidato africano a la Presidencia del Gobierno en 2019.
A su lado estuvieron Ángel Castiblanque, voluntario desde hace años en la Cañada Real, y María Seco, que coordina un centro para personas recién llegadas del Sahel. Castiblanque denunció que ya está aquí «el crudo invierno», «el cuarto en el que están sin luz», y aludió a la experiencia de «diálogo, fraternidad y encuentro» entre las distintas confesiones religiosas presentes en la Cañada para pedir a la Administración que busque soluciones. «Insisto: es necesario otra manera de trabajar los márgenes que hay en Madrid y llegar a acuerdos que continúen en el tiempo», aseveró.
Por su parte, Seco quiso poner una nota de optimismo incidiendo en que «como sociedad estamos de acuerdo en lo esencial» frente a «lo que nos hacen creer» los medios o las redes. Y, fruto de su experiencia junto a personas vulnerables, pidió la puesta en marcha de una mesa en la que estén presentes «entidades religiosas y culturales, familias, asociaciones, voluntariado» para buscar soluciones al sinhogarismo de emergencia y empezar a pensar soluciones para el cronificado. «A mucha gente le frena el miedo», lamentó.
En el encuentro también estuvieron la signataria de la sede de Madrid de M+J, Raquel Torrejón; políticos con recorrido en otras formaciones como Marta Higueras —ex primera teniente de alcaldesa de Madrid—, Enrique Normand —exdiputado de la Asamblea y miembro fundador de Nexo—, Marc Luque —uno de los fundadores y líderes del think tank El Jacobino y de Izquierda Española—, Dolores López Gutiérrez —delegada en Madrid del partido Unión Europea de Pensionistas—; José David Belén, de las Hermandades del Trabajo; los profesores Fernando Vidal y Rafael Ruiz Andrés, y numerosos afiliados y simpatizantes.
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