SAE exige mejorar la formación de los profesionales y una mayor inversión para dignificar la salud mental

10 de octubre: Día Mundial de la Salud Mental

El Sindicato de Técnicos de Enfermería (SAE) se une al Día Mundial de la Salud Mental con una demanda a las Administraciones: la implementación de herramientas destinadas a mejorar la formación de los profesionales Técnicos en Cuidados de Enfermería para poder atender adecuadamente a las personas afectadas por alguna enfermedad mental.

“Entre los puntos que recoge el Plan de Acción Integral sobre Salud Mental 2013-2020 de la OMS, destaca, junto a una mayor inversión en la investigación y en los servicios de asistencia social y salud mental, la urgencia de poner en práctica estrategias de promoción y prevención en el campo de la salud mental. Y para conseguirlo es necesario contar con profesionales sanitarios capacitados y formados en estas patologías desde un enfoque integrado que permita fomentar la detección y, en su caso, la prevención. En este sentido, los TCE somos quienes más cerca estamos de los pacientes, quienes los recibimos, por ejemplo, en las Urgencias y, por lo tanto, debemos contar con una formación adecuada que nos permita tanto detectar estas patologías como saber enfrentarnos a ellas para garantizar la calidad en la atención y el cuidado. Por ello, desde SAE queremos sumarnos a este día reivindicando mayor formación e inversión en salud mental. Sólo así conseguiremos dignificar a los pacientes”, explica Daniel Torres, secretario de acción social y formación de SAE.

La depresión afecta a más de 300 millones de personas en todo el mundo; alrededor de 60 millones de individuos a nivel mundial conviven con el trastorno afectivo bipolar; y la esquizofrenia está presente en la vida de 21 millones de personas. Estos son sólo tres ejemplos de la prevalencia, que va en aumento, de las enfermedades mentales en nuestra sociedad.

Sin embargo, aún hay un abismo entre la necesidad de tratamiento de estos pacientes y la prestación del mismo. Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), entre un 35 y un 50% de las personas con enfermedad mental no reciben tratamiento en los países de ingresos elevados; una cifra que se incrementa significativamente en países de ingresos bajos y medios.

Ante estas cifras, y siendo conscientes que la atención en nuestro país a las personas con enfermedad mental ha evolucionado considerablemente, es evidente que aún queda un importante trabajo que hacer por parte de los sistemas sanitarios, incluido el español, por ello consideramos urgente que la Administración lleve a cabo una inversión, tanto desde el punto de vista económico como humano, para continuar avanzando en este sentido y dotar a los pacientes de una atención más especializada y más humana, garantizando así su dignidad y su autoestima.



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