Carmen y Lola: La película más polémica del año

La historia: Lola es una joven gitana que reside en una humilde barriada periférica de Madrid junto a sus padres y a su hermano pequeño. Ella está a punto de cumplir los 17 años y su orientación sexual comienza a decantarse por las personas de su mismo sexo. Es entonces, cuando conoce a otra joven gitana llamada Carmen de su misma edad, que está prometida y a punto de casarse con su novio. Pero antes de llevarse a cabo el enlace matrimonial de está ultima, surge una fuerte amistad entre las dos chicas en lo que será la semilla de un romance que revolucionará la vida de sus familias y hará que la situación comience a ser insostenible. ¿Triunfará el amor?

La crítica: Tras su luminoso paso por la emblemática Quincena de Realizadores del Festival Internacional de Cine de Cannes, la estupenda ópera prima de la cineasta Arantxa Echevarría se ha convertido en la película del escándalo en parte de la comunidad gitana en España, llegando a ser denunciada en un artículo por la Asociación de Gitanas Feministas por la Diversidad.

De hecho, llegó a suspenderse el pase de la cinta en La Muestra de Cine y Mujeres de Pamplona con una fuerte polémica entre la directora y parte de este colectivo en cuanto a la estereotipación racial. Pero aparte de polémicas estériles que sin duda se ven amplificadas por el rechazo homófobo de otros sectores hacia el amor lésbico, lo que encontramos en Carmen y Lola es un tipo de cine independiente y con coraje, que hace algo tan sencillo como narrar una buena historia. Además, está guionizada a través de un excelente libreto redactado por la propia directora del film que llega ahora a los cines españoles con una expectación siempre bienvenida.

La cinta hay que analizarla desde dos prismas distintos, y a la vez complementarios. Por un lado habría que fijar la mirada en el retrato que Echevarría nos trata de trasladar como mensaje de fondo y por otro lado, tendríamos que fijarnos en el virtuosismo técnico en el manejo de la cámara que es absolutamente poético.

La historia en sí misma afronta el tema de la homosexualidad y la búsqueda de la orientación sexual en el despertar de la vida, como ya lo hicieron en este año 2018 las estupendas Call Me by Your Name y Disobedience. Pero en este caso se sube la apuesta a máximos, y además de introducir el lesbianismo que aún causa estupor en los sectores ultra-conservadores, hay que sumar el tabú que este tema produce en la comunidad gitana según nos hace ver la cineasta. Todo en la historia y desde una perspectiva valiente, gira en como dicha comunidad se debate entre no querer dejar morir lo viejo para dar paso a lo nuevo en forma de libertades individuales.

Pero en mi opinión y fuera de debates estériles y obsoletos, lo mejor de la película pasa por una sinfonía en el manejo de la cámara que nos regala unos encuadres con una composición de escenas que se asemejan a lienzos en movimiento. Sencillamente y sin adjetivarla más en este aspecto, podemos hablar de una obra de arte que conseguirá emocionar a todo aquel que esté interesado en el arte visual y en la forma pictórica de componer una obra cinematográfica. Todo ello además, supone un fuerte contraste, pues el lenguaje utilizado por los personajes tiende a la vulgarización del mismo, por lo que habrá que saber distinguir entre la locución puesta en boca de los personajes y el propio prisma óptico desde el que se enfoca a dichos personajes. De hecho, la mezcla de ternura con los  exabruptos presenciados en pantalla, conllevan rasgos de parte del cine del Buñuel más polémico. También podemos encontrar semejanzas con el cine de Berlanga e incluso visualmente aspectos que el mismísimo Fellini hubiera firmado en una especie de nuevo y afortunado neorrelismo mágico español. Con ello, Arantxa Echevarría, deja el listón muy alto para su siguiente proyecto que va a ser mirado y examinado con lupa.

Respecto al reparto de la película está compuesto por actores y actrices no profesionales que lejos de menoscabar la producción, otorgan una mayor fuerza narrativa a pesar de contar con alguna carencia técnica propias de esta circunstancia. Básicamente hay que citar en el reparto a las dos protagonistas del romance que son Rosy Rodriguez y Zaira Morales que ofrecen una actuación compacta, fresca y con una sensualidad desbordante acorde a la sexualidad que requieren los papeles encomendados. Pero no quisiera olvidarme del papel del padre de la joven Lola, interpretado por un debutante Moreno Borja que está absolutamente impresionante y en estado de gracia. Atención a este actor porque si no está nominado a mejor actor revelación del año en los próximos Premios Goya es para que cierren la Academía por unos cuantos años. De hecho, este trabajo le ha valido al actor malagueño para que Paco León le haya dado un papel en la serie ‘Arde Madrid’ que se estrenará próximamente en la plataforma Movistar Plus.

La dirección artística de la película actúa como sujeto narrativo en la historia con localizaciones exteriores en la ya deteriorada UVA de Hortaleza, el horripilante edificio de viviendas conocido como “La carcel” en Moratalaz o sobrevolando con vistas cenitales la carretera de circunvalación M-30 de Madrid, sumergiéndonos con ello, en zonas muy deprimidas con un recurso muy almodovariano para acercar el contexto social mediante imágenes que hablan por sí mismas. Una vez más, los espacios en el cine son utilizados como medio para expresar en este caso la desolación de los personajes representados. Respecto a la fotografía dirigida por Pilar Sánchez Díaz es un festival de luminosidad con una densidad cromática espectacular. Con ello, sitúa en mi opinión, al cine digital muy por delante ya del celuloide tradicional, que debería quedar para las películas de época o para las cintas que sitúen la acción en el siglo pasado. También a destacar en la producción, el festival de planos cinematográficos con una composición geométrica de bellísima factura. En especial, quisiera hacer hincapié en algunos planos picados y dorsales que harán las delicias de los más cinéfilos siendo un gran ejemplo para las escuelas de cine.

Reacapitulando ya, la cinta trata de reflejar cómo el amor y el deseo sexual actúan como movimientos rupturistas en sociedades cerradas y patriarcales como la reflejada en la historia. Me gustaría recordar antes de concluir la crítica, una secuencia en la que una de las protagonistas dice textualmente que las gitanas por no tener, no tienen ni sueños, en una frase lapidaria y demoledora ante la situación por la que que está transitando en un camino sin retorno.

Carmen y Lola es en definitiva, una filmación poética en su mirada visual y profunda en sus texturas narrativas, haciendo del cine un vehículo perfecto para transmitir emociones a través de los afectos universales.

Nota: 9/10.

Nacionalidad: España.

Dirección y guión: Arancha Echevarría.

Reparto: Rosy Rodriguez, Zaira Morales, Moreno Borja, Carolina Yuste.

Fotografía: Pilar Sánchez Díaz.

Música: Nino Aranda.

Duración: 103 minutos.

Estreno España: 7 de septiembre de 2018.


Miguel Pina



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