Más allá de recursos como los tests de antígenos y las pruebas PCR, junto con los rastreadores, en los que se vienen apoyando las autoridades sanitarias y gubernamentales de toda España y de buen parte del resto del mundo, especialmente en Europa, para hacer un seguimiento y contener los contagios por Covid-19 y luchar así contra la pandemia, hay otras piezas fundamentales para saber con detalle cómo está evolucionando la misma y el nivel de afectación por coronavirus de la población en general.
Los instrumentos tecnológicos de gestión y control del agua (medición de caudal, temperatura, presión) que ofrecen las empresas como, por ejemplo Endress and Hauser España pueden ser útiles no sólo en el sector de la industria. El análisis de líquidos que hacen muchas empresas del sector resulta ser especialmente útil también durante la pandemia.
El principal objetivo de estos análisis es la detección temprana de posibles brotes de coronavirus en distintos territorios, zonas y municipios, pudiéndose vigilar la capacidad que tienen dicha labor con las aguas residuales para detectar inclusive casos leves o asintomáticos. De este modo, la actividad rastreadora descrita se ha erigido en una herramienta epidemiológica estratégica muy importante para identificar precozmente la presencia del SARS-CoV-2, ya sea en pequeñas o grandes proporciones, y prevenir con ello posibles brotes del virus y hasta nuevas oleadas de la epidemia.
De este modo, a la vigilancia de la situación epidemiológica que se efectúa por parte de las distintas autoridades autonómicas en el caso concreto de España, se suma el análisis molecular de sus aguas residuales no depuradas, que posibilita diseñar al detalle un mapa con las zonas y municipios donde se detecta que hay coronavirus. Dicho análisis puede evidenciar la existencia de trazas del virus en la red de saneamiento tanto en la red de alcantarillado como en las estaciones de depuración, donde se establecen cientos puntos de muestreo, ubicados idóneamente a lo largo y ancho de los territorios con el fin de que el rastreo resulte lo más eficaz posible. De esta forma se han seleccionado puntos intermedios, alejados entre sí de modo suficiente para comprender zonas íntegras y con la cercanía necesaria a los lugares de vertido de aguas para que las muestras con SARS-CoV-2 no se deterioren y el virus, ya inactivo, sea claramente detectado.
Los tomadores de muestras las recogen de manera habitual siempre a la misma hora en cada punto con el fin de garantizar la homogeneidad de la información que arrojen las aguas residuales recogidas para que puedan establecerse las correspondientes comparaciones.
Estos análisis en busca de fragmentos de coronavirus en las heces de personas infectadas, inclusive las asintomáticas, se efectúan en laboratorios especializados y con instrumentos tecnológicos adecuados, siendo puestos los resultados a disposición de las autoridades sanitarias en un plazo máximo de 24 horas. Los datos recogidos y extraídos durante este procedimiento se consultan e interpretan a partir de aplicaciones creadas específicamente a tal fin.
Con estas técnicas se ha podido valorar y evaluar la presencia del virus en un volumen de población de muchos millones de personas, pudiéndose detallar la incidencia del coronavirus incluso, en el ámbito territorial, segmentando por zonas de salud y, dentro de éstas, por barrios de los diferentes municipios y hasta por distritos de las grandes ciudades.
Los rastreos que vienen llevándose a cabo en las aguas residuales y no residuales de redes de saneamiento y abastecimiento del preciado líquido tanto en España como en diferentes países de Europa, abren la opción de establecer un sistema de vigilancia epidemiológica común y permanente, y que esta tarea se convierta en habitual y constante. Será posible de esta forma realizar una labor de prevención ante posibles nuevas futuras crisis sanitarias y controlar mejor la pandemia que nos afecta para erradicarla cuanto antes.
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