En Torrejón de Ardoz, Casa Museo de Gigantes y Cabezudos

Actualmente este museo y la comparsa que lo apoya está formada por siete gigantes y cinco cabezudos, en una exposición permanente, casa-museo, y, con diversas actividades, exposición fotográfica, videos…

En el Museo de la Ciudad de Torrejón de Ardoz han decidido dedicar el sótano a este museo de Gigantes y cabezudos, pienso que esta solución es originaria y sugeridora, es decir, existen multitud de figuras de gigantes y cabezudos por toda la península, que por lo general, suelen estar en depósitos de los ayuntamientos, quizás, podrían copiar-plagiar esta idea, y en una pequeña sala de la biblioteca de la ciudad, o en una sala de alguno de sus museos, podrían poner, una representación y exhibición, por lo cual, podría ser el origen de un museo, una especie de micromuseo dentro de otro museo o una biblioteca municipal. De tal forma, que fuesen expuestos permanentemente, y abriendo dichas salas de vez en cuando, sea el origen seminal de algo mayor. Añadan a ese micromuseo una Web con multitud de datos, y ya tendrían un museo real y virtual.

Todo lo que acontece al ser humano y en el ser humano va cambiando y se va modificando, es decir, todo está “in fieri”, todo se está haciendo-deshaciendo, en movimiento, por lo cual, aplicado ese principio, a este museo y a esta realidad de los gigantes y cabezudos, es una fiesta cultural y actividad popular, pero puede tener un desarrollo y evolución, más complejo de lo que pensamos. O, dicho de otro modo, aunque sea una actividad cultural, que apenas se ha estudiado y analizado, desde los bancos académicos y universitarios, quizás, sea hora, la hora histórica, de empezar a realizarlo. Es decir, invitar a la diversidad de departamentos universitarios, y por tanto, a diversidad de saberes, a que estudien y analicen este fenómeno, no solo desde la etnología, historia, antropología, sino desde las artes, las artes plásticas, desde la sociología, la economía y turismo, etc.

Para todo lo anterior, es necesario, que cambiemos un poco de mentalidad, pondré un ejemplo, demasiado presente, dicen, no sé si es cierto, que este virus que nos está acribillando, estaba con nosotros ya en el año 2019, y que hubo personas que fueron a urgencias porque se sentían mal, pero fueron diagnosticadas de gripes graves y otros fenómenos similares, pero cómo no se sabía que existía este coronavirus específico, no lo encontraron o hallaron porque no lo buscaron, porque no creía que existía.

Pienso que salvando las diferencias, por analogía, en muchos fenómenos sociales y humanos sucede lo mismo, “si no buscamos algo específico, no lo encontramos”. Por tanto, si no nos planteamos, que este fenómeno-actividad cultural y festiva y lúdica, puede ser más compleja, o al menos, por su simplificación puede decirnos mucho más de lo que pensamos al ser humano, no haremos o moveremos las fichas del ajedrez, para acumular información y documentación y, potenciales desarrollos…

Si empezamos a buscar, si se empiezan a realizar estudios, análisis, artículos periodísticos, artículos científicos, y si soñamos en TFG, Trabajos Fin de Grado, o si aún soñamos más, Tesis doctorales, entonces, nos daremos cuenta, que existen en los archivos y bibliotecas, de una diversidad de temática, multitud de documentos, fotografías, referencias, hechos, datos que pueden darnos, no solo contarnos nuestra historia, algo de nuestra pequeña microhistoria de nuestra localidad, sino algo de la micro y macrohistoria del ser humano. Nos daremos cuenta, que quizás este fenómeno tiene un desarrollo, no solo que llega hasta la Edad Media, sino que posiblemente, de siglos anteriores…

La humanidad, aunque para algunos, no le gusta que se utilice este concepto, lo sustituimos, por la especie humana, y dirán que tampoco les agrada este concepto, diríamos, el hombre, y se levantarán voces, también quejándose, pues, pongan ustedes la palabra que quieran, decíamos, la humanidad ha llegado a un nivel de desarrollo sociohistórico y económico y cultural, que quizás, ha tocado la campana, de fijarse, no solo enológicamente, en todos estos fenómenos pequeños, estudiados, como si fuesen segregaciones culturales, solo festivas y populares, sino que hay que verlos, desde otros puntos de vista. Es decir, mirar la nube como un espejo que nos refleja mucho o algo de nosotros mismos. Por tanto, que pueden decirnos algo de lo que somos, quizás, dirán algunos, no tiene los elementos significativos, para convertirse, en un gran espejo, como son las otras artes, es decir, la enorme capacidad de diversidad de la novela, el teatro, la poesía, la pintura, etc.

Quizás, no tenga, en principio, tal diversidad de crecimiento, pero yo les expongo, qué sucedería, si con figuras de gigantes y cabezudos, se representarán obras de teatro, sea adaptaciones del teatro clásico, antiguo o moderno, o sea de representaciones del teatro de marionetas-títeres. Es decir, si en una plaza del pueblo, los diversos gigantes y cabezudos, no solo desfilarán y moviéndose, con mejor o peor elasticidad, siguiendo una música o comparsa popular, si además de eso, cuándo llegasen a una plaza, a un escenario, con una escenografía, empezasen, con altavoces, a hablar, y a formar diálogos-monólogos, representasen, una escena. Entonces, en ese momento, si narramos un cuenta o un relato o un trozo de Shakespeare o de Calderón o de Carroll o de los hermanos Grimm, nos encontraríamos, con que el género gigantes y cabezudos habría dado un salto cualitativo.

Aquí dejo este guante, para que alguna comparsa de cabezudos y gigantes, de tantas como existen por esta Piel de Toro, alguna, empiece a representar una pequeña obra de teatro, quizás, empiece por cinco minutos, al año siguiente de diez, y quizás, dentro de diez o veinte años, ya estará, no solo en una localidad, esta evolución, sino en diez o en cincuenta… Entonces, nos daríamos cuenta, que con los Gigantes y cabezudos, es un instrumento cultural humano, que no hemos valorado sus potencialidades y posibilidades. A ustedes les queda mover ficha…


Jesús Millán Muñoz – http://personal.cim.es/filosofia/  © jmm caminero



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