Las residencias de ancianos en Madrid, espacios para vivir donde los mayores se sienten en casa

En apenas más de 25 años, en concreto en 2050, una de cada seis personas en el mundo tendrá más de 65 años, según se ha puesto de manifiesto recientemente en el ciclo de seminarios ‘Los retos del envejecimiento: una mirada interdisciplinaria a la vejez” celebrados en el marco de los Estudios de Ciencias de la Salud de la Universitat Oberta de Cataluña (UOC) en coordinación con eHealth Center.

A su vez, el Instituto Nacional de Estadística (INE) estima que el porcentaje de población mayor de 70 años en España, que en el pasado año 2020 representó el 14,4% del total de la población, alcanzará un máximo histórico del 25,3% hacia el año 2055, esto es, uno de cada cuatro españoles.

Este acelerado envejecimiento de la población en el mundo y en España va a plantear relevantes desafíos en múltiples ámbitos de nuestra sociedad de cara a asegurar el bienestar de las personas mayores (servicios, medicina, vivienda, protección social, familias, etc.), retos para los que hay que prepararse y a los que hay que dar respuestas satisfactorias.

Para garantizar dicho bienestar, y entre otros recursos, “necesitamos espacios como las residencias, donde las personas puedan disponer de atención continua y de una coordinación social y asistencial profesional, interdisciplinaria e intensa”, sostiene por su parte el investigador de la UOC Daniel López, miembro del grupo de investigación CareNet del Internet Interdisciplinary Institute de la dicha universidad, que está centrando sus estudios y exploraciones en la vejez y el papel que desempeña la tecnología, tan vertiginosamente cambiante, en cómo se definen los cuidados de las personas mayores e incluso en cómo se define la vejez.

López pone el énfasis en que “hay que repensar el concepto de hogar” para dejar de “patologizar la vejez”. En este sentido las residencias de ancianos en Madrid se caracterizan por ser espacios para vivir, donde los mayores que las habitan pueden sentirse como en casa y/o percibirlas como su hogar.

Ahora bien, ¿a qué edad nos consideramos mayores? ¿Estamos preparados para afrontar la vejez y vivir activamente el envejecimiento?

Estudios como el elaborado por la Fundación Mutua de Propietarios bajo el título “Preocupaciones ante una próxima vejez”, hecho público en fechas pasados, reflejan que en España consideramos que los 74 años constituyen la edad de inicio del período vital que sigue a la madurez y que denominamos vejez o ancianidad. No obstante, la percepción de la edad de inicio de dicha etapa depende de la perspectiva de vida que se tenga. Así, para los menores de 25 años, la vejez comienza a los 69 años, mientras que para los mayores de 65 años, la vejez se inicia a los 78 años, según recoge el citado estudio.

Sea como fuere, es una evidencia que cada vez somos más longevos, realidad ante la que hemos de prepararnos y, aunque hoy día hay una conciencia generalizada respecto a la importancia de cuidarse para llegar a la vejez con una mayor calidad de vida, el progresivo deterioro físico y mental es inevitable. Por ello, la principal preocupación de los españoles en relación con su propio envejecimiento es llegar a tener problemas de movilidad, así como padecer enfermedades crónicas, según el mismo estudio de la citada Fundación.

La clave para tener una “buena vejez” o “envejecer bien” está, tal como subrayan los investigadores y expertos en envejecimiento de la UOC, en frenar el ritmo de dicho envejecimiento, en revertir la fragilidad de las personas mayores y retrasar todo lo posible la discapacidad. En este sentido, Marco Inzitari, experto en geriatría y profesor de los Estudios de Ciencias de la Salud de la UOC, señala que la forma de hacerlo es practicando ejercicio físico, manteniendo una dieta saludable, cuidando el sueño y procurar que sea de calidad, revisando que la medicación sea la adecuada y promoviendo las relaciones sociales.

Las residencias de ancianos en Madrid son espacios idóneos para implementar todas estas intervenciones, de manera que sea posible lograr una mejora sostenida de la función física de las personas mayores. De hecho, aunque un porcentaje elevado de españoles mayores piensan que donde mejor pueden envejecer es en su vivienda de toda la vida, “en muchos casos quedarse en casa no es una solución, porque las viviendas no se adaptan a las necesidades de los cuidados de la gente mayor o pueden acabar transformándose en “jaulas de oro” de las que no pueden salir y, por lo tanto, desvincularse de la comunidad. El propio hogar puede convertirse en sinónimo de aislamiento y soledad no deseada”, sostiene por su lado el investigador del grupo CareNet del IN3 de la UOC Lluvi Farré.

En dicho contexto, sin duda las residencias de ancianos son óptimas alternativas que permiten a los mayores seguir llamando hogar al lugar donde viven, es decir, su propia residencia, su casa, donde pueden disfrutar con servicios compartidos y apoyos entre iguales, además de contar con calidad asistencial, instalaciones acogedoras, servicios adaptados y atención personalizada con la que potenciar la capacidad de cada persona y su autonomía desde el respeto a su dignidad e individualidad.



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