Hubo magia. El sábado llovió, granizó, hubo tormenta, se fue la electricidad, y aún así los seguidores de Yungchen Lhamo no faltaron a la cita. Conocí algunos casos que habían venido desde Ibiza o Valencia, solo para ver actuar a Yungchen Lhamo. Las actuaciones de Yungchen no son normales, en los primeros cinco minutos tenía a todo el auditorio hipnotizado, en trance. Consiguió que todos cantaran con ella, creando una profunda transmisión de energía. Fue una larga meditación comunitaria, solo interrumpida por los aplausos.
El Boalo vibró y generó unos sentimientos elevados esa noche. Su voz enamoró y su elegancia y suavidad cautivaron a todos los presentes.
Jorge, el fotógrafo que cubría el evento, exclamó “Es flipante, esta mujer no es de este mundo”.
Lo que sí pudimos comprobar es que tiene una calidad y calidez fuera de lo común. Su voz extraordinaria la utiliza como medio para abrir las mentes y transmitir su energía y buenos deseos, es una medicina espiritual.
A los 3 minutos de abrir las puertas no había ni una silla libre, se superaron todas las expectativas y hubo que cerrar las puertas exteriores para evitar problemas de aforo. El auditorío de El Boalo nunca había estado así de lleno, cerca de 240 personas tuvieron la suerte de presenciar la mágica actuación de Yungchen Lhamo, que tras 3 años de ausencia en nuestro país, quiso colaborar con la Ong de nueva creación “One drop of kindness Spain – Una gota de bondad” que inicia su andadura en Mataelpino.
Agradecemos al Ayuntamiento de El Boalo y a su Concejalía de Cultura su disposición e inteligencia por facilitar la celebración un concierto de este nivel, y esperamos que Yungchen nos visite más a menudo.
El próximo jueves día 17 de noviembre actuará de forma benéfica en una Residencia de ancianos de Alcobendas, y el día 19, cantará en Becerril de la Sierra algunas canciones a capella, con motivo de la inauguración de una exposición de pintura de artistas solidarios, además de la presentación pública de la nueva Ong. Será en la Sala de Exposiciones del Centro Cristo del Buen Consejo.
Por Armando Sáez
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