Cómo mejorar el rendimiento deportivo para conseguir mayores logros

Si practicas ejercicio físico intenso con regularidad y deseas mejorar tus marcas y resultados, puedes recurrir a potenciadores de rendimiento deportivo con los que podrás obtener más energía y, con ello, aumentar tu eficiencia en los entrenamientos y la calidad de los mismos, pudiendo conseguir así mayores logros sin tener que duplicar esfuerzos ni incrementar el cansancio.

Más allá de cómo puede afectar la genética de cada uno al ejercitarse en una u otra disciplina física, en el rendimiento deportivo influye de manera fundamental la nutrición, siendo importantes asimismo un descanso adecuado y la motivación y fortaleza mental del deportista para el logro de los objetivos.

Según los profesionales de la salud, nutricionistas y entrenadores, además de una alimentación equilibrada, variada y saludable que tenga en cuenta, además el aporte de calorías suficiente que cubra las necesidades del deportista en función del tipo de actividad que desempeñe, se requerirán para mejorar el rendimiento determinados suplementos. Entre las sustancias que contribuyen a ello figuran la cafeína, la creatina, el glicerol, la beta-alanina, el zumo de remolacha y el bicarbonato, entre otras.

Hay además otros suplementos que pueden ayudar, cuya prescripción y dosificación debe estar supervisada por médicos, como el hierro, el calcio, las vitaminas y minerales, siempre y cuando se constate que hay déficit al respecto.

Adicionalmente se pueden ingerir alimentos específicos para deportistas: bebidas energéticas y otros estimulantes, barritas y suplementos de proteína o de creatina (ácido nucleico), esteroides anabólicos, etc.

Junto con una buena nutrición y los suplementos dietéticos y energéticos correspondientes, es indispensable para la mejora del rendimiento deportivo hidratarse adecuadamente; adaptar bien los horarios de entrenamiento y de comidas; disciplinarse en cuanto a los hábitos diarios de cara a la práctica de ejercicio de modo que estos hábitos ayuden a evitar la pereza y a fomentar la fuerza de voluntad y la constancia; prestar atención a las señales del cuerpo para prevenir lesiones (dolor, molestias…), y descansar bien y recuperar el organismo tras el esfuerzo. De hecho, es esencial hacer una buena recuperación para poder continuar con los entrenamientos y evitar igualmente las lesiones.

La hidratación adecuada, citada anteriormente, ayuda también a disminuir el riesgo de lesiones, debiendo hidratarse el deportista antes de la actividad y, si ésta va a tener una duración mayor a una hora, asimismo ha de reponer líquidos durante la práctica del ejercicio físico, pero no solo ha de beberse agua sino que deben restituirse al organismo las sales minerales que se pierden con el sudor.

En cuanto a la adaptación de los horarios de las comidas a los de los entrenamientos, es relevante porque la digestión no ha de interferir con la práctica deportiva, pues mermaría el rendimiento. Así, lo ideal es espaciar la comida unas 3 horas del inicio del ejercicio físico.

Generar hábitos y marcarse objetivos a un corto-medio plazo previos a los objetivos a largo plazo y más importantes, ayuda a ser contantes en los entrenamientos y no caer en el desánimo, así como pensar positivamente y actuar con confianza en lo que se refiere a la consecución de las metas deportivas.

Escuchar a nuestro cuerpo en todo momento durante la práctica deportiva, estando atento a molestias y dolores para prevenir lesiones y progresar adecuadamente, reconociendo los estados de sobrecarga muscular y los diferentes grados de fatiga, son fundamentales para la prevención de las lesiones. No obstante, lo más acertado al respecto es hacerse reconocimientos médicos periódicos y ponerse en manos de un fisioterapeuta y un entrenador y/o de un preparador físico, expertos que valorarán en cada fase el estado físico del deportista y dosificarán adecuadamente su esfuerzo y ejercicios a realizar.



Be the first to comment

Leave a Reply

Tu dirección de correo no será publicada.


*