Inmaculada Nocete Priego, autora de «Germinación»: «En mi novela juego mucho con el lector»

Inmaculada Nocete

Por Eva Fraile
www.lareinalectora.com

Sumergirse en una novela es una expresión que, en la mayoría de casos, se reduce a una frase hecha, una metáfora. Sin embargo, esto no es así cuando hablamos de la primera novela de la escritora jerezana Inmaculada Nocete Priego (1990), que nos propone un juego de sombras para ir descubriendo la realidad de este Germinación, que solo es el principio del «juego», ya que la autora planea que llegue a convertirse en una trilogía bajo el título de Apología del deseo.

– Germinación es una historia bastante compleja, muy difícil de sintetizar, pero vamos a intentarlo: ¿de qué trata tu libro?

Entiendo que la obra trata bastantes problemáticas, enlaza las vidas de una amalgama amplia de personajes y se desarrolla en dos líneas temporales que, tal vez, podrían formar un argumento más extenso o más arduo de explicar.

Soy profesora, y mi objetivo didáctico es expresar los contenidos desde la pragmática e intentando una primera recepción más sencilla. ¡Voy a ello contando su sinopsis en forma de cuento!:

Érase una vez una joven llamada Europa, gran apasionada de la mitología clásica, que con veinte años de edad tenía verdaderos motivos para entender la vida desde la complejidad y las sombras. No hacía ni dos años que había perdido a sus padres, unos misteriosos profesores de lenguas clásicas y estudios filosóficos, e intentaba ahogar su vacío existencial metiéndose en problemas con una especie de novio al que le decía cariñosamente Nachito. A esta desesperanza se le sumaba el hecho de que se había peleado con su mejor amigo del instituto, un muchacho llamado Juan y que actualmente era el fichaje estrella como becario de una compañía neurotecnológica llamada Gorej. Aunque ya no se trataban como los verdaderos amigos que fueron, ella estaba muy orgullosa de él; Europa siempre había creído en su potencial intelectual, que lo había diferenciado del resto. Por otro lado, no es que ella fuera muy diferente; a la muchacha le había costado bastante encajar en el pueblo que la acogió en edad de instituto por su aura repelente y obsesión por darle una explicación a la vida gracias a los mitos griegos. También tenía otra preocupación: desde el interior de su psique, fuera corazón o fuese la mente, su propia voz había tomado el protagonismo de su historia, como si de una consejera espiritual se tratase.

Una noche de malas intenciones, Nacho y ella sufrieron un accidente de motocicleta que casi les cuesta la vida. En un estado de coma onírico, la chica empezó a rememorar su pasado desde una narración en tercera persona. Enfrentándose a sus propios monstruos y a personalidades del mundo clásico, rememoró, además, los tiempos más dichosos y turbios junto a Juan.

Los recuerdos se suceden: esos encuentros con el muchacho de alborotado cabello, la aceptación en un grupo social estudiantil, los episodios de acoso infligidos por una chica a la que le decían Mávida y por Edipo, la simpatía que empieza a sentir por un profesor llamado Roberto, los primeros sentimientos de amor con Jorge o Juan… Llegados a este punto, el pasado se conecta con el presente y, una vez que Europa ha salido del coma, continúan los sucesos extraños.

Para concluir, esta historia trata de la defensa del amor entendida como el sentimiento a los demás y de la defensa de nuestras propias pasiones que nos hacen ser lo que somos en el presente.

– ¿Qué puntos fuertes dirías que tiene la obra?

Germinación es una novela original y trabajada que ha tardado muchos años en ver la luz por la particularidad del proceso creativo. Véase que nació en el foro literario de Laura Gallego García, siendo escrita cuando yo tenía dieciséis o diecisiete años y que por falta de medios el manuscrito no pudo corregirse ni transformarse en el libro que es en la actualidad.

Este primer volumen de Apología del deseo es como la montaña que se ha formado sumando granos de arena; la totalidad de la trama es única y entendible sólo por la insólita conexión entre las pequeñas historias de amor, venganza y deseo.

Los lectores han confesado sentirse suspendidos con determinadas partes de misterio, experimentando sorpresa y más ganas para continuar la lectura. A su vez, se han sorprendido con la agilidad de la lectura y por la transición de las partes del presente y del pasado que nos sumergen en capítulos que dan la sensación de estar, más que leyendo, viendo una serie.

A diferencia de la mayoría de obras, esta novela es guiada por una conciencia o voz en segunda persona en ese presente en el que Europa, la protagonista, sufre un accidente de motocicleta. A través de un viaje iniciático por medio del coma, lo ocurrido en esa trama lo vivimos a la vez que los personajes. La narrativa que conjuga dos líneas temporales, ese presente que he expuesto, y el recuerdo de las aventuras infantiles en tercera persona, hace que estemos hablando de una narrativa cercana a la «metanovela».

Creo que es una obra que tiene muchos puntos fuertes. Nos adentra en una literatura inesperada, sensorial y para nada idílica. Juego mucho, a propósito, con el lector para que descubra poco a poco la verdad de Germinación.

– ¿Cuál te parece el personaje más logrado que has conseguido?

La perfecta simbiosis entre Juan y Europa nos hace cuestionarnos incluso si esa voz del presente, el demiurgo que todo lo sabe, más que ser la conciencia de Europa podría ser la de Juan. Fue precisamente el locutor de Granada FM, David Jiménez-Muriel, el que en una entrevista radiofónica me planteó la cuestión. Asimismo, Juan tiene muchos más matices desarrollados que Europa, aun siendo esta la protagonista de la historia. Mi propósito era desvelar a un Juan desnudo para que el lector no se esperase ciertos giros en la trama, frente a una Europa que vamos conociendo progresivamente en cada capítulo. Ambos son los personajes más redondos de la novela y la conexión real de los protagonistas es la que da pie al tratamiento de distintos temas por los que pasa cualquier persona. Juntos se enfrentarán a episodios de acoso escolar, experimentarán los primeros sentimientos de amor y celos, buscarán su identidad dentro de ese horizonte de expectativas y exteriorizarán los primeros impulsos sexuales. Una vez que son adultos, el verdadero trasfondo de la obra se vislumbra mejor. El lector va entendiendo la apología del deseo que enarbola cada personaje como si fuera una propia filosofía de vida y del corazón.

– ¿Qué tipo de público crees que va a disfrutar especialmente de Germinación?

Esta no es una novela que represente una literatura simplona por muy entrañables que nos parezcan las escenas de ese pasado juvenil. Tampoco es un libro difícil si al verdadero buen lector le gusta desentrañar sentidos y enfrentarse, de vez en cuando, a alguna palabra más compleja cuyo significado desconozca. A mi parecer, este libro se podría recomendar al verdadero buen lector de mayor edad juvenil dentro de la catalogación Young Adult. Por otro lado, considero que a una edad de dieciséis o diecisiete años se podría también leer a la perfección si el  público que se sumergiera en la aventura tuviera cierto nivel y habilidades lectoras más desarrolladas. Para mí, dada las temáticas que se denuncian, el grupo perfecto que encajaría mejor con Germinación sería el conocido como New Adult. En este grupo estarían aquellos lectores con una edad más mayor, puesto que disfrutaría recordando etapas juveniles y estaría afín por edad a los protagonistas.

– Germinación forma parte de una trilogía llamada Apología del deseo. ¿Qué líneas argumentales piensas desarrollar en próximos libros?

No recuerdo con claridad si por aquel 2006 o 2007 yo hablaba de trilogía y solo tenía claro la trama que habéis leído en Germinación. En una edad más madura, en la que me moría por encontrar la obra perdida en el foro y por revisarla, sí tenía claro que yo quería ver crecer a Juan y a Europa. De esta forma pensé en Germinación con la veintena de los personajes y la mirada retrospectiva en la adolescencia, en un segundo volumen casi en la treintena y con la vista atrás a la etapa universitaria, y con el último volumen, que se culminaría con la plenitud personal hasta la vejez. Por ahora, solo puedo contaros que el prefacio del segundo volumen comienza en un psiquiátrico…

– Apología del deseo reflexiona sobre la forma de gestionar aquello que deseamos. ¿Es posible domesticar nuestro sentido del deseo para que no nos acabe dominando?

Mis personajes guerrean simplemente impulsados por las consecuencias de un primer impulso. Más que gestionar aquello que desean, estos seres literarios se enfrentan a la terrible decisión de aceptar lo inalcanzable o de dejarse llevar por sentimientos positivos o negativos dependiendo de lo que nos aporte aquello anhelado. Como es lógico, cualquier persona quiere un mundo personal perfecto y en un primer momento no debe de reprimir los deseos de su corazón porque estaría negando parte de su forma de ser. La filosofía antigua de los griegos nos explica, precisamente, que si posteriormente no reflexionamos acerca de la elección vital o postura que hayamos adoptado, podemos deformar nuestro propio camino personal y ético. Es la resignación y la meditación la más madura decisión ante cualquier impulso irracional que no nos lleve hasta la plenitud amorosa.

– ¿Qué te dicen los lectores de tu libro?

Hay opiniones de todo tipo dependiendo de la edad o del tipo de público, pero suelen destacar el estilo cautivador que te atrapa en sus personajes y pasiones, queriendo avanzar en los sucesos sin darle un final a la obra.

Además, el libro ha nacido en tiempos difíciles para la literatura por la economía del lenguaje y por la velocidad de nuestras vidas, así que nadie se espera de primeras la calidad y belleza de sus reflexiones.

Si bien también llama la atención la cuidada edición, la voz del presente en segunda persona, los dos tipos de letras que se suceden y las ilustraciones, siempre destacan la profundización de los sentimientos, que a veces cuesta creer que hayan sido creados en un imaginario ficticio. Las alegorías y el empleo de elementos helenísticos que interpreta Europa nos destapan un mundo lleno de luces y sombras.

Dado que se quedan abiertas alguna que otra trama o misterio en el hilo de acción, los lectores están deseando conocer sobre el devenir de los protagonistas y sobre la suerte de los personajes secundarios.

– ¿Cómo ha sido la experiencia de publicar con Caligrama?

La experiencia de publicar con Caligrama ha sido gratificante, planteándome un nuevo reto personal que he vivido como una primera vez. El proceso literario del escritor no finaliza con el punto final en su manuscrito; después le espera un camino lleno de aventuras y en el que te tienes que coordinar a la perfección con especialistas de distintos departamentos. En este estado, te das cuenta de que continúas creciendo y aprendiendo sobre la edición, publicación, marketing o sobre cómo moverte en el mercado editorial.

Tus deseos, el cómo te imaginabas la obra, germinan poco a poco, y es gracias a los consejos y a la oportunidad que te da la editorial, en este caso Caligrama. Y si algo no es de tu agrado o acorde a lo esperado, lo vuelven a trabajar desde cero de manera infatigable hasta obtener un producto pulido y perfecto.

Destaco también cómo han organizado para Germinación carteles promocionales, entrevistas, un maravilloso booktrailer o cómo constantemente difunden en sus redes sociales la novela y organizan eventos en las principales ferias del libro.

En resumidas cuentas, apuesto por ellos para la publicación del segundo volumen de Apología del deseo.

– ¿Ves a Germinación entre los favoritos para los Premios Talento de Caligrama?

Si no entre los favoritos, Germinación es merecedora de una mención o galardón en los Premios Talento de Caligrama por su propio espíritu de lucha. En el poco tiempo que tiene de vida, ha sido alabada en diferentes periódicos como La Vanguardia, El diario de Sevilla o ABC y por profesionales del sector editorial. Consiguió el Sello Talento y fue definida como «un relato de iniciación de largo aliento».

Este proyecto tan ambicioso nos cuenta las historias de sujetos agónicos que sufren como las personas reales. Las dos líneas temporales, conjugando diferentes tiempos y voces, es otra novedad de la que no pueden presumir demasiadas obras, y la empatía que llegamos a sentir por sus personajes se hilvana con el saber clásico que desprenden en cada interpretación de una problemática. A esto le sumamos el extraordinario resultado final del libro físico, a saber: la portada con la casi treintena de ilustraciones, la originalidad del empleo de dos tipografías y la organización interna en tres partes con su propia simbología (Catábasis, Anábasis y Anagnórisis).

Dicho esto, los Premios Talento de Caligrama son un referente editorial que abre múltiples puertas. Doy gracias por participar en ellos y, aunque en la cantera de Caligrama tengo extraordinarios compañeros con geniales obras, creo fielmente en el potencial de la mía.

– Si tuvieras que hacer una analogía para quien no conozca tu libro, ¿a qué novela famosa dirías que se parece?

No me gustaría hacer ninguna analogía de Germinación con otra obra por ese ego propio de los padres escritores que ven a sus hijos literarios como perfectos y únicos. Para quien no conozca el libro Apología del deseo I. Germinación, se puede acercar al mismo gracias al extraordinario booktrailer de Yotube, leyendo artículos como este en medios especializados, buscando opiniones de los lectores, animándose a mirar en su interior o leyendo su argumento.

Aunque yo no establezca semejanzas con otras obras, sí te comento referentes que los lectores han tenido en cuenta para comparar Germinación. El título nos podría hacer pensar en una trama erótica-amorosa como en Cincuenta sombras de Grey, su estilo filosófico nos transportaría a novelas como El árbol de la ciencia, los pasajes más poéticos y simbólicos al surrealismo de la generación del 27, su clasificación en metanovela a El cuarto de atrás y su sentido de libro de autoayuda a Todas las cosas que te diré mañana.



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