Dos proyectos de GREFA centrados en Castilla y León, finalistas de los Premios Natura 2000

Dos proyectos de la asociación medioambiental GREFA, con sede en Majadahonda, han resultado finalistas en la edición de este año de los prestigiosos Premios Natura 2000 (Natura 2000 Awards). Se trata del Proyecto de Control Biológico del Topillo Campesino y del Proyecto Monachus para la recuperación de las poblaciones de buitre negro, cuyas acciones se centran mayoritariamente en Castilla y León

En total han sido 27 proyectos, en los que están involucradas más de un centenar de entidades y organizaciones, los que han resultado finalistas en la edición de este año de los Premios Natura 2000, auspiciados por la Comisión Europea. Este certamen de gran renombre internacional tiene como objetivo reconocer las iniciativas más ejemplares por su contribución a la conservación y la recuperación de la biodiversidad y a la gestión sostenible de los recursos naturales en el ámbito de Natura 2000, nombre con el que se conoce a la gran red de espacios protegidos de la Unión Europea.

GREFA puso en marcha el Proyecto de Control Biológico del Topillo Campesino en 2009 y desde entonces han sido más de 3.000 las cajas nido para aves rapaces depredadoras de roedores (lechuzas, cernícalos y mochuelos) las que ha instalado esta ONG, la mayoría de ellas en más de sesenta municipios de casi todas las provincias de Castilla y León.

En cuanto al Proyecto Monachus, iniciado por GREFA hace casi veinte años, está contribuyendo a recuperar la población europea de buitre negro creando colonias reproductoras de esta especie amenazada en zonas donde se había extinguido, como los Pirineos y, desde 2017, la Sierra de la Demanda, de manera que la provincia de Burgos es en la actualidad la principal beneficiaria de las acciones desarrolladas por esta iniciativa.

El pasado 29 de mayo se celebró en Bruselas la ceremonia de entrega de los Premios Natura 2000, a la que acudió una representación de GREFA. El Proyecto de Control Biológico del Topillo Campesino competía en la categoría “Working together for nature”, mientras que el Proyecto Monachus lo hacía en la categoría “Conservation on land”.

“Aunque ninguno de nuestros dos proyectos pudo resultar ganador en sus respectivas categorías, el hecho de haber quedado entre los 27 finalistas entre casi un centenar de iniciativas previamente seleccionadas por un comité de expertos es un orgullo para nosotros y supone todo un reconocimiento a Castilla y León por el valor de su biodiversidad y el trabajo que se está llevando a cabo en esta región española para recuperar sus especies y hábitats”, afirma Fernando Garcés, secretario general de GREFA.

Convenios con administraciones

El trabajo de GREFA para fomentar la presencia de aves rapaces autóctonas de cara a combatir las plagas de topillo campesino en cultivos agrícolas, como alternativa al uso de otros métodos perjudiciales para la fauna silvestre como los rodenticidas químicos, tiene como objetivo ayudar a los agricultores a la vez que se pone en valor la función fundamental de la biodiversidad en el equilibrio de los ecosistemas.

GREFA ha reforzado esta línea de acción gracias a la firma de dos convenios, uno de ellos bajo la cobertura del proyecto GESINTTOP (Estrategia de Gestión Integrada del Topillo Campesino en Castilla y León) suscrito con el Instituto Tecnológico Agrario de la Junta de Castilla y León (ITACyL), las Diputaciones Provinciales de Palencia y Valladolid, la Universidad de Valladolid y la Universidad de Salamanca. El otro convenio se ejecuta con el apoyo tanto del Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico como de Tragsatec.

Más de veinte parejas

El buitre negro figura en la categoría de “Vulnerable” dentro del Catálogo Español de Especies Amenazadas y para recuperar su población GREFA ha creado una población de esta rapaz carroñera en los sectores burgalés y riojano de la Sierra de la Demanda y otros espacios naturales cercanos gracias a la liberación de más de cien ejemplares en los últimos siete años.

El Proyecto Monachus ha conseguido que en la actualidad existan más de veinte parejas de buitre negro asentadas en el sector del norte del Sistema Ibérico y la especie ha vuelto a criar en la provincia de Burgos, donde había desaparecido como reproductora desde hace más de medio siglo. Para ello GREFA ha contado con la colaboración de la Junta de Castilla y León, entre otras entidades y organismos.

La eficacia de la colaboración

“La trayectoria de nuestra ONG en Castilla y León es la prueba de que las prioridades ambientales de la región es mucho más eficaz abordarlas colaborando con administraciones, entidades, empresas y sectores clave como son los agricultores y los ganaderos, una filosofía de trabajo que desde nuestra ONG vamos a seguir fomentando”, declara Garcés.



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