Arreglo de los caminos en el Monte del Pilar y control biológico de la procesionaria

El Ayuntamiento de Majadahonda, a través del Patronato del Monte del Pilar, ha comenzado a reparar los caminos más transitados del parque forestal y de la zona de disuasión y ha iniciado una campaña de control biológico de la procesionaria de forma experimental con la instalación de trampas de feromonas en una amplia zona del pinar.

Bajo las directrices técnicas del Patronato, la empresa que el pasado agosto se hizo cargo del Servicio de Mantenimiento y Conservación del Monte y del Gran Parque Felipe VI (INDITEC), reconstruirá cunetas y arreglará unos 13 Kilómetros de caminos a los que se dotará de la pendiente necesaria para garantizar un buen drenaje y evitar así la formación de cárcavas.

En las últimas semanas, el servicio ha llevado a cabo un trabajo intensivo de prevención de incendios centrado en dos frentes. Por un lado, la apertura de cortafuegos (20.500 metros cuadrados), perimetrales y secundarios y, por otro, el desbroce y la siega de una superficie cercana a los 600.000 metros cuadrados. Esta tarea tendrá continuidad a lo largo de la época estival siempre que el Patronato lo considere necesario.

El objetivo de estas labores es disminuir el combustible natural en las áreas más vulnerables de iniciarse un incendio forestal así como romper la continuidad, tanto horizontal como vertical del mismo.

En esta ocasión, se ha puesto especial cuidado en compaginar la realización de estas tareas con el respeto por el ecosistema del Monte. El labrado de la tierra ha sido más superficial y se ha llevado a cabo una eliminación selectiva del matorral, pero manteniendo corrales e incluso ejemplares aislados para que sirvan de refugio o apoyo a la reproducción de la fauna.

Por otra parte, el Patronato del Monte del Pilar ha acometido en los últimos meses proyectos que han supuesto mejoras para los usuarios y paseantes del Monte, como la construcción de una nueva caseta de vigilancia, la colocación de una barrera para controlar el acceso de vehículos y la construcción de un paso para peatones y bicicletas.

La remodelación del Mirador de Cotoblanco, con la recuperación del mobiliario original y la restauración de los carteles informativos, la reparación de la estructura del puente del Arroyo de Valgrande y la limpieza del recinto donde se ubica una antigua bomba de agua, que data 1929, han sido otras reformas destacadas.

Los retos para los próximos meses serán el arreglo o sustitución de la señalización que se encuentre en mal estado, la colocación de nuevos carteles y la finalización del estudio fisiológico de los árboles.

Por otra parte, se ha incrementado el servicio de seguridad, con vigilancia continua las 24 horas en el interior del Monte y todas las noches, desde abril a noviembre, en el Gran Parque y zona de disuasión.

En un año especialmente seco como este hay que destacar que en abril se reanudó la vigilancia en la torreta contra incendios, un servicio que se mantendrá hasta el otoño.



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