El viajero o aventurero al que le apasionen los lugares del Planeta de grandes contrastes y exuberante naturaleza, practicante de ecoturismo, tiene numerosos destinos donde elegir, inclusive de distintos continentes. Hay en concreto países que reúnen dichas características y comparten enormes similitudes, pese a sus ubicaciones muy distantes entre sí, y que vale mucho la pena conocer no solo por su riqueza natural sino también por su espectacular belleza, sus parajes mágicos e impactante exotismo, entre ellos por ejemplo Costa Rica (Centroamérica) y Vietnam (sudeste asiático), distintos en muchas cosas pero a la vez bastante parecidos.
El viaje a Costa Rica es sinónimo sin duda de ‘experiencia inolvidable’ para cualquier visitante que se adentre en sus parques naturales, sus cálidas y románticas costas y su naturaleza cuasi virgen, repleta de flora y fauna en estado puro que hacen las delicias de todo amante de la vida natural y de los animales.
Los parques Monteverde, Manuel Antonio o Cahuita, los cafetales de Alajuela, las zonas caribeñas de Tortuguero y Puerto Viejo, Volcán Arenal o Volcán Poás, recorridos por plena selva y por ríos, actividades deportivas como canopy, snorkel o rafting, visitas a playas del Caribe o del Pacífico, una rica gastronomía, excursiones a caballo, baños en cascadas, gentes simpáticas y hospitalarias, tours de avistamientos de ballenas y delfines, el refugio indígena Bribrí, el Cerro Chirripó (montaña más alta de Costa Rica), ecosistemas como el Bosque Nuboso de Monteverde, Isla del Coco y su riqueza marina… Son parte de la infinidad de atractivos con que cuenta este asombroso país americano, “Pura Vida”, epígrafe bajo el que también se le conoce.
Viajar por Vietnam, el país asiático “que nunca descansa”, tal y como algunos autores lo definen, y recorrer sus zonas rurales, disfrutar de su también exuberante naturaleza, de sus paisajes sobrecogedores y del “ordenado caos” de sus principales ciudades y en concreto de Hanói, su capital, donde las motocicletas y las bicis campan a sus anchas, supone un gratificante y deslumbrante descubrimiento no solo por los grandes contrastes que dichos lugares albergan sino también por muchos otros aspectos divertidos y gratificantes: el rico colorido de las callejuelas y mercados de las urbes; sus gentes variopintas y amables, reflejos a la vez de una multiplicidad de etnias; una impresionante historia; templos religiosos de visita insoslayable; palacios coloniales e infinidad de encantos sencillos, originales y auténticos, muy característicos de una cultura única, costumbres singulares y creencias antiguas.
El Hoàn Kiếm Lake, el Mausoleo de Ho Chi Minh, el Templo de la Literatura o la Catedral de San José de Hanói deben formar parte obligatoriamente de todo itinerario turístico que se diseñe para conocer a fondo la capital de “el país de la sonrisa”, como igualmente se denomina a Vietnam.
Las playas y fondos marinos de Nha Trang; la alucinante Bahía de Ha-Long, con actividades de kayak y trekking y visitas a cuevas incluidas; los espectaculares arrozales de Sa Pa; la preciosa y pequeña ciudad de Hôi An, declarada por la Unesco Patrimonio de la Humanidad; o la idílica isla de Phú Quôc han de formar parte ineludiblemente de toda agenda de viaje por este maravilloso país asiático, a completar con visitas al Delta del Mekong o la zona interior de Dà Lat, y sin olvidar los increíbles paisajes de Ninh Binh o Tam Coc y sus mercados flotantes.
Costa Rica y Vietnam o Vietnam y Costa Rica… Se mire como se mire ambos destinos son en conclusión paraísos turísticos que no se pueden dejar de ver y/o de los cuales hay que disfrutar por lo menos una vez en la vida.
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