Fin de siglo: los recuerdos del primer amor

Dos hombres, Gustavo y Javier, se encuentran en la ciudad de Barcelona durante un periodo vacacional. Tras pasar un día juntos, se percatan de que ya se conocían. Fue hace veinte años cuando Javier vivía junto a su novia en Alemania. En la actualidad comparten la misma orientación sexual y comienzan un romance con consecuencias inesperadas.

El cineasta y guionista argentino Lucio Castro indaga con su ópera prima en la eterna búsqueda del amor. Para ello y desde un singular proyecto independiente presenta una narración dividida en tres partes. Dichos segmentos podrían titularse como: el silencio, el amor y el giro. Castro opta por narrar a través de la realidad y los recuerdos. La vivencia de su primer encuentro (inexacto y subjetivo como son todos los recuerdos) empuja al personaje principal a imaginar una vida vivida juntos, colocando la memoria, el presente y la posibilidad en el mismo reino de lo intangible. Hablamos de cine casi experimental.

El comienzo del filme es lo más brillante del mismo y en cierta manera supone una vuelta al cine mudo con ciertos matices. Son quince minutos donde el sujeto narrativo es la ciudad de Barcelona. Sus calles, las olas del mar y el silencio de Gustavo conforman la presentación de la película. Él: mira, oye, deambula y por fin encuentra. El silencio queda roto.

Lo que parece un encuentro de una noche entre dos extraños se convierte en una relación atemporal que abarca décadas. El amor está en el aire o eso dicen. La parte central del filme es universal y se asemeja a un cuento urbano en el que se mezclan la pasión, el deseo carnal, los celos, las nuevas formas de familia, la monogamia o por el contrario los pactos de pareja para tener una relación abierta. El núcleo central de la película es un flasback que nos lleva a ver quiénes eran los personajes principales veinte años atrás. De ahí, el título de la película. El filme nos lleva de la época actual a la Barcelona de 1999. En el último capítulo, que no es presentado como tal, volvemos al 2019 para buscar el final de la historia.

La resolución del largometraje es lo más polémico del mismo. Ni puedo, ni debo desvelar lo que ocurre, pero sí puedo matizar algunas cosas. En la parte final del filme entran en juego ciertos bucles temporales donde se mezclan ficción, realidad y sueños. En esta parte el cineasta juega a narrar de manera existencial. Intenta, con ello, justificar la trama a través de una meta-ficción que no solo deja el final abierto, sino que propone de manera metafórica que sea el espectador el que cierre la historia a su antojo. Las películas deberían explicarse por sí mismas. Aquí se pasa la pelota al público. En cualquier caso prefiero a un cineasta que arriesgue y no a uno que se rija por patrones comerciales o conservadores. Si pedimos guiones originales debemos ser consecuentes y alabar a Lucio Castro por atreverse a romper las reglas establecidas. Además, acierta con un metraje que no llega a los noventa minutos de duración.

El reparto está encabezado por el actor argentino Juan Barberini (El incendio). Nos deja una rotunda interpretación con un personaje bastante complejo. Tras 20 años de relación de pareja se queda solo y busca en otros brazos recomponer su pasado. Complejo también es el personaje de Javier. Está interpretado con asepsia por el actor español Ramón Pujol (Doctor Mateo). Éste ha roto con su pareja heterosexual y está ahora casado con otro hombre. Al conocer a Gustavo duda entre ser fiel o comenzar una nueva vida. En la parte femenina del reparto aparece la estupenda actriz bonaerense Mia Maestro (Diarios de motocicleta). Su personaje está bien creado pero también se mueve en la delgada linea entre la ficción y la realidad. Ella fue la mujer que enamoró a Javier y con la que tuvo una hija. Corría por aquel entonces el año 1999 y habrá que esperar hasta la resolución del filme para comprobar como acaba este triangulo amoroso.

En conclusión, Fin de Siglo es una obra bastante original aunque confusa por momentos. Lucio Castro nos habla de temas tan universales como son el amor, la sexualidad y la amistad. También establece un fuerte debate en torno a la soledad. Acertada en su fondo y compleja en su narrativa la película argentina nace para ser digerida a fuego lento.

Autor: Miguel Pina – Fotos: Filmin


Nacionalidad: Argentina

Dirección: Lucio Castro

Guión: Lucio Castro

Música: Robert Lombardo

Estreno España: 13 de diciembre

Duración: 85 minutos

Reparto: Juan Barberini, Ramon Pujol, Mia Maestro, Mariano Lopez Seoane, Helen Celia Castro-Wood



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