Agua que no has de beber déjala correr

Ángel Gabilondo e Isabel Díaz Ayuso
Carlos Machado

Este refrán cuyo significado es que, cuando un asunto no es de la incumbencia del individuo, lo mejor es no involucrarse y dejar que el agua siga su curso natural. En este sentido, se puede decir que está relacionado con la intromisión en asuntos ajenos. En esta cruzada, lo mejor que podrían hacer algunos, es ver correr el agua y mantenerse al margen.

Ángel Gabilondo, portavoz en la Asamblea de Madrid por el grupo socialista, después de haber ganado las últimas elecciones en la Comunidad de Madrid, parece no ser bien visto en Moncloa. La situación generada por la crisis de las residencias de mayores, en buena parte culpable de la situación entre PP y CDs, en esta Comunidad, ha provocado que Sánchez “tome un café” con Gabilondo en su residencia presidencial. Parece ser que la postura moderada y bastante menos revolucionaria, del portavoz del PSOE en Madrid, no está gustando mucho a sus jefes de partido.

Sánchez, entiende que es un buen momento para intentar romper los pactos madrileños y con ello poder hacerse con la gobernabilidad de la capital de España. Pero, aunque Ciudadanos, con Inés Arrimadas al frente, tras la salida de Albert Rivera poco antes de iniciarse la crisis del coronavirus, intente dejar en el olvido, la famosa frase de su antecesor “No es No” a Pedro Sánchez, y por mucho que la formación naranja, haya estado al lado del Gobierno en los momentos más difíciles de esta crisis, dudo muchísimo, que esta, apoyase a Gabilondo, ya que, para que este gobernase en Madrid, necesitaría también los votos de UP y Más País. Antes muerta que sencilla. La suma está clara, PSOE+UP+Más País: 17. PP+Vox+Cs: 20. Son esos tres votos de Ciudadanos, los que deciden el gobierno madrileño. Pero, no menospreciemos la política y formas de Gabilondo, que con nostalgia, nos recuerdan una época muy distinta de pactar, negociar y gobernar, y que nada tiene que ver con la que actualmente tenemos; pero tampoco se hagan muchas ilusiones de que Arrimadas pase por alto, los pactos a nivel nacional por los que Sánchez, gobierna España.

El primer paso de grupo unificado de la izquierda en Madrid, ya ha sido dado. La “petición” del cese del consejero de Sanidad, Enrique Ruiz Escudero, por la gestión de las residencias de ancianos durante la crisis del coronavirus y el amago con presentar una moción de censura, aunque este “ataque”, en principio, sea inofensivo, ha sido el “pistoletazo” de salida.

La buena sintonía, que últimamente vemos, entre el PSOE y Ciudadanos, podría dar paso al apoyo de los naranjas a los presupuestos generales de este año, que incluirán drásticas medidas para atajar la crisis económica que el coronavirus ha dejado a su paso. Con ello, podríamos encontrarnos ante la posibilidad, de que, ese círculo de desavenencias entre los dos partidos, fuese cerrándose.

Madrid, sigue siendo un punto y aparte en la política española. Creer que los intereses de otras comunidades, comparados con la madrileña, entre PP y Ciudadanos, en otros territorios en los que también son socios, como Andalucía, la Región de Murcia o Castilla y León, incluso, y sin ir más lejos, en el Ayuntamiento de Madrid, es un error. Parece ser que las “guerras” en esos otros sitios, no son tan importantes y mientras en otras comunidades si se ponen de acuerdo, el trampolín político que parece ser Madrid, genera conflictos muy distintos y más difíciles de solucionar.

Ninguno de los dos partidos, intentan disimular la tensión que, se ha venido canalizado hasta la fecha, en retirada de competencias, desautorizaciones en público y amenazas de ceses. Si antes de todo lo acaecido por la situación de la pandemia, existían desavenencias, en estos momentos la lucha por el poder es tan vergonzosa, que incluso, hace recapacitar a sus propios votantes.

Los casi 6.000 muertos en las residencias de mayores de la Comunidad de Madrid, aunque para las estadísticas oficiales del Gobierno, y a la espera de que ofrezcan los datos reales, solo hayan sido 1.253, por tener una PCR realizada, ha sido quizá el mayor detonante para esa crisis política, en la que día a día nos vamos adentrando los madrileños.

Parece ser que en la actualidad que nos está tocando vivir, muchos “subordinados” se han sacado el carnet de autónomos, haciendo caso omiso, de las directrices de partido y prefieren trabajar por libre. Con lo difícil que es ser autónomo en estos días.


Carlos Machado
Periodista



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