Los cigarrillos electrónicos como ayuda para dejar de fumar

Aproximadamente el 22% de la población española consume tabaco habitualmente, prácticamente cada día, según se puso de manifiesto con motivo del Día Mundial sin Tabaco, de manera que ese consumo constituye de hecho una adicción, pese a que a nadie se le esconden hoy día las múltiples patologías que el tabaco causa, siendo probablemente las más graves la enfermedad pulmonar obstructiva crónica (EPOC) y el cáncer de pulmón, el segundo cáncer más común entre la población, que ocasiona el 25% del total de fallecimientos que se registran por causas tumorales.

Dejar de fumar es posible, siempre que exista una firme decisión o determinación al respecto del fumador, si bien se requiere una notable fuerza de voluntad y, en muchos casos, ayudarse con diversas estrategias, técnicas y/o prácticas, entre ellas las sustitutivas de la nicotina presente en el tabaco, que es la sustancia que causa la adicción, según los expertos.

Investigaciones para la toma de decisiones para mejorar la salud

Sin embargo, apenas se conoce que el consumo de vapers desechables y/o cigarrillos electrónicos es probablemente la forma más eficaz para dejar el hábito del tabaco, entre diversos métodos, según reflejan estudios realizados recientemente por Cochrane, una red internacional activa desde hace casi 30 años que es miembro del National Council for Voluntary Organizations del Reino Unido, dedicada a realizar investigaciones y a generar informaciones veraces y de calidad para facilitar la toma de decisiones relacionadas con la salud.

Sus conclusiones están dirigidas tanto a profesionales médicos y clínicos como a pacientes, cuidadores, otros investigadores e incluso personas que toman decisiones respecto a políticas sanitarias, formando parte de esta red miembros de más de 190 países del mundo, a la vez profesionales sanitarios e investigadores, pacientes, cuidadores y ciudadanos en general interesados en la mejora de la salud de todas las personas.

Las últimas investigaciones y revisiones de estudios llevadas a cabo por Cochrane, en concreto 61 estudios en total en los que participaron más de 16.000 fumadores, mayoritariamente de EE.UU., Reino Unido e Italia, señalan que existe una certeza moderada de que los cigarrillos electrónicos con nicotina aumentan las tasas de abandono del hábito de fumar por encima del resto de iniciativas, sobre todo la Terapia de Reemplazo de la Nicotina y los cigarrillos electrónicos sin nicotina.

Aunque se necesitan más estudios para asegurarse del tamaño o volumen de este efecto, según los autores de las investigaciones, “no se detectó evidencia de efectos perjudiciales de los cigarrillos electrónicos con nicotina, aunque el seguimiento más largo fue de dos años”, concluyeron asimismo los investigadores de Cochrane.

Estudios comparativos

Sus estudios compararon los cigarrillos electrónicos con tratamientos de reemplazo de nicotina, como por ejemplo chicles o parches; con medicamentos específicos para ayudar a dejar de fumar, como la vareniclina; con cigarrillos electrónicos sin nicotina; con otros cigarrillos más nuevos equivalentes a cigarrillos electrónicos con sales de nicotina y con terapias conductuales aplicadas con el apoyo y asesoramiento de profesionales, sin descartar comparativas con prácticas para dejar el hábito de fumar sin ningún apoyo o ayuda.

Los cigarrillos electrónicos son dispositivos electrónicos manuales para vapear que producen un aerosol formado por el calentamiento de un líquido, denominado e-líquido. Se trata de mecanismos que sustituyen el humo del tabaco por vapor, siendo uno de los formatos más utilizados el del vape desechable, esto es, un vaper de un solo uso, cuya duración oscilaría entre las 400 y 600 caladas, y con líquidos de sales de nicotina que cuentan entre sus principales ventajas su comodidad y facilidad de uso.

En cualquier caso, junto con el consumo de vapers desechables, es aconsejable poner en práctica en paralelo técnicas que contribuyan a frenar o resistirse a los antojos o ansias de fumar, como evitar factores desencadenantes del consumo y éstos serían los lugares donde habitualmente se fumaba: determinados bares, cafeterías o eventos, o también los momentos o circunstancias en las que se sentía más estresado o nervioso.

Actividades y estrategias alternativas

Realizar actividad física es otra práctica beneficiosa para la salud que ayuda a disminuir el hábito de fumar y que contribuye a la vez a distraerse y a no pensar en consumir tabaco, ya sea su duración más larga (correr, caminar, andar en bicicleta) o más corta, como por ejemplo subir o bajar escaleras.

Cualquier tarea con la que estemos entretenidos, inclusive las domésticas o las relacionadas con hobbies (dibujar, pintar, coleccionar cosas) pueden servir para no recurrir al tabaco, siendo otras interesantes propuestas al respecto la puesta en práctica de técnicas de relajación, ya que reducen el estrés que en muchas ocasiones conduce al tabaquismo. Así, la respiración profunda, el yoga, la relajación muscular, visualizaciones, masajes, escuchar música relajante que nos proporcione calma son técnicas que sin duda ayudarán igualmente a dejar de fumar.



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