Con referencia a la exposición de acuarelas de Annita Reim en la Concejalía de Cultura de Mataelpino, debo confesar que estoy impactado. Es la primera vez que veo algo así, y no hablo de la espectacular sala de exposiciones o el montaje profesional de obras que se ha realizado gracias a las ideas de Astarloa y el comisariado de Charo.
Annita presentó 43 obras suyas, la mayoría acuarelas y algún dibujo. En la mañana del sábado día 8 de octubre, durante la inauguración, se vendieron 37 obras, un 86% de la obra expuesta.
Llevo haciendo exposiciones desde 1994 y nunca había visto un éxito de ventas como este. Vender ese elevado número de piezas es algo excepcional, y hay que pararse a estudiar los motivos, especialmente en una época de incertidumbre como la que estamos viviendo.
En mi opinión, la pintura de Annita es dulce, atractiva y de calidad, eso podría ser uno de los motivos. La otra reflexión, es que Annita tiene muchos y muy buenos amigos que desean tener una obra suya.
No sé qué es más importante, si tener buenas dotes artísticas o tener el cariño y la admiración de un montón de amigos… yo prefiero lo segundo. El caso es que Annita ha encontrado la piedra filosofal de la pintura y la ha convertido en oro, en su municipio de Mataelpino.
Como el corazón de Annita además de arte, emana bondad, la recaudación irá destinada a una Asociación de lucha contra el cáncer.
Esta exposición emana algo especial… emana magia. La magia que todavía queda en los seres humanos y que en esta exposición se ha manifestado.
Gracias Annita por permitirnos participar de este maravilloso sueño realizado en el ojo del huracán, en Mataelpino, el municipio del arte donde pusiste tus emociones, talento polifacético y sabiduría.
Por Armando Saez
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