Greenpeace pide a la clase política madrileña en la pradera de San Isidro una acción transformadora en favor de las personas y el planeta

La organización exige dejar de talar árboles en la capital y un plan urbanístico urgente de respuesta a la emergencia climática

Frente a las políticas devastadoras que arrasan la naturaleza, la salud y la cohesión social, en el día de San Isidro y de cara a las elecciones autonómicas y municipales, Greenpeace ha presentado sendos documentos con sus propuestas para transformar la Comunidad de Madrid, por un lado, y la ciudad de Madrid, por otro, en favor de las personas y el planeta.

Un grupo de voluntariado de la organización estuvo desde las 11h de ayer en la pradera de San Isidro, junto con un “oso” embajador del emblemático oso y madroño, para entregar a las candidatas y candidatos a las elecciones municipales de Madrid las propuestas de Greenpeace.

Las propuestas de la organización para la comunidad se centran en ocho claves dirigidas a cambiar el modelo energético, el de movilidad, el de producción y el de consumo. Así mismo estas medidas pretenden impulsar la protección del agua y los recursos naturales, fomentando un cambio en las políticas forestales y una revolución en el sistema agrícola y ganadero. Greenpeace también propone una serie de medidas en favor de la economía social y circular y la democratización de las instituciones.

“Chimpún, se acabó” es el mensaje principal del vídeo que Greenpeace presentó el pasado jueves 11 de mayo, víspera del Día del Sobreconsumo y del comienzo de la campaña electoral local. La ciudad de Madrid es uno de los grandes sumideros de recursos naturales en España, por lo que la organización medioambiental llama a hacer “chimpún” a esas políticas que ignoran que el cambio climático agrava la sequía y los incendios; que desperdician el agua, abandonan el campo y a sus habitantes y explotan irracionalmente el territorio, en lugar de cuidar y gestionar bien el agua y nuestros bosques.

También a hacer “chimpún” a las políticas que especulan con la vivienda y la convierten en un bien inaccesible, de mala calidad y de gran derroche energético; a las políticas que incentivan el uso del petróleo, el gas y el carbón, en vez de apostar por el ahorro, la eficiencia energética y las energías renovables en manos de la gente. “Chimpún” a una movilidad insostenible, perjudicial para la salud y el clima y que tensiona la vida de ciudades y pueblos; a seguir a merced de una economía que especula en favor de una minoría y a costa de la mayoría; a no contar con los servicios básicos necesarios por cuenta de una fiscalidad injusta y irresponsable, y a seguir en la espiral destructiva del consumismo, en lugar de apostar por modelos más saludables y sostenibles. Y a hacer “chimpún”, en definitiva, a esa sensación de impotencia, de que no se puede cambiar nada. Porque se puede.



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