Autoquererse y autoestimase correctamente

Nadie es el hombre cien, nadie es la mujer cien. Nadie es perfecto en todo, nadie es imperfecto en todo.

De las decenas de valores y funciones y ponderaciones y factores, psicológicos, morales, sociales, culturales, económicas, etc., la mayoría y en la mayoría estamos y somos como en la media/mitad de la población, en algunos factores por encima, y, en otros, también en algunos, por debajo…

Quizás, una de las asignaturas más difíciles que cada ser humano tiene, es irse haciéndose a sí mismo, es siguiendo los viejos maestros clásicos griegos, hacer de si mismo una buena escultura, una buena escultura en verdad y veracidad y bondad y bien y racionalidad y prudencia y sentido común y eficiencia, con un grado de belleza –entendiendo por belleza, no solo física, sino belleza también psicológica, belleza moral…-.

De las decenas de factores que forman y conforman nuestro ser. No negamos que somos una unidad substancial, siguiente el camino recorrido desde los griegos, Aristóteles, Tomás de Aquino, Agustín de Hipona y otros cientos. Somos una unidad substancial indivisible, de cuerpo y alma, o de cuerpo-carne, psique-mente, alma-espíritu inmortal. Diríamos las dos grandes concepciones psicoantropológicas del ser humano, según Occidente.

Pues somos una unidad, unidad en sí, formada y conformado por decenas de factores. Nadie es en todos los factores o variables, está al nivel de cien, ni nadie tiene todo al nivel de cero, sino que como hemos indicado, en la mayoría de factores y variables, estamos y somos como la media y en la media social, en algunos estamos por encima o sobresalimos y en otros, estamos por debajo. Saber y conocer, este concepto es esencial. Porque esta idea es la que nos puede permitir, sobrellevar lo menos bueno, y valorar lo más bueno –bueno, en los varios sentidos de la vida y de la existencia-.

Alguien en lo físico, puede disponer de un bello rostro, de unas buenas piernas, de unos buenos brazos, de unas buenas tetas, pero quizás la nariz sea un poco demasiado grande, las orejas también lo sean, quizás le falte un dedo de una de las manos, quizás, camine un poco torcido, etc. Nos hemos fijado en aspectos físicos, podríamos hacer lo mismo, en variables psicológicas o en morales o en culturales o en sociales o en económicas o en familiares o en… se decía, que Abderrahman, I, el primer emir de Al-Andalus, al final de su vida y existencia, declaró que solo había sido feliz, catorce días en toda su vida.

Todos arrastramos dolores y penas y angustias y sufrimientos y tristezas y traumas y heridas profundas, pero todos también sobrellevamos alegrías, gozos, felicidades, esperanzas… No podemos fijarnos solo en lo malo, ni solo en lo bueno, sino en ambas realidades. Así, podremos sobrevivir y vivir mejor.

Lo bueno, lo que consideramos que es bueno, siempre que sea legal y moral, pues lo vamos aumentando, y, lo que consideramos que es malo o negativo o inferior, intentamos perfeccionarlo. Esta es la realidad de la vida. Alguien sabe que su oreja, piensa o es, de una manera no adecuada, pues, se la tapa y la camufla con algún tipo de peinado. Alguien sabe que tiene unas piernas excelentes, según la moda del momento, pues resalta con unos buenos pantalones, o, quién sabe lo que inventen los modistos y modistas y diseñadores y diseñadoras, -los considerados verdaderos artistas plásticos de hoy-.

Dicen algunos antropólogos y biólogos de la conducta, que el ser humano ha tenido que ir evolucionando y sobreviviendo. Y, que hemos pasado, dos millones de años, pasando de una especie a otra, hasta que hemos llegado hasta nosotros. Y, que durante cientos de miles de años. El cerebro se ha preparado para ver y percibir en el paisaje, lo raro o lo singular. Dicho de otro modo, por mucha belleza del paisaje tenías que fijarte en una sombra que se movía o en una obscuridad, porque podría ser un león sable o tigre o grupo de hienas que te devorarían.

Entonces, el cerebro se ha preparado para fijarse más y mejor, en lo que puede ser, potencialmente un peligro para uno mismo. Y, dicen esos antropólogos evolucionistas, que ese modo de ver y percibir y sentir y consentir y resentir en el mundo ha continuado. Alguien tiene un labio un poco demasiado grande o demasiado pequeño, y se fija, en ese supuesto “defecto”, y, está dándole vueltas cada día, a esa realidad pequeña y que nadie se fija, y, no valora los otros cien aspectos físicos que están y dispone sobre la media de la población o que son correctos o normales…

No estamos indicando o expresando que alguien, si tiene un pequeño defecto físico o psicológico o moral o del tipo que sea, no lo aborde, pero siempre de forma racional, prudente, con el saber ortodoxo y no con mentiras y pseudosaberes. Es decir, que si alguien, ha caído en un defecto moral, pongamos por caso, tiene que combatirlo, tiene que ser consciente de él, tiene que valorarlo, ponderarlo, etc., e, irlo superando y curando y curándose…

Pero al mismo, tiempo no deje de valorar todo lo positivo que tiene. Así, conseguirá una correcta autoestima, un correcto autoquererse, de forma moral, de forma psicológica correcta, de forma conceptual o cultural correcta…

Nadie es el hombre cien, nadie es la mujer cien, pero nadie debe dejar que sus defectos morales o psicológico morales sigan venciéndole y adueñándose de su ser, si alguien, ha caído en un defecto moral debe combatirlo, porque esa es la manera de autoestimarse y autoquererse de forma correcta. Pero también, al mismo tiempo, debe valorar todo lo bueno y verdadero que tiene, todos los valores psicológicos y morales y de otro tipo que tiene…

Alguien puede estar por debajo de la media, en la capacidad psicomotriz a la hora de conducir, pero puede estar por encima de la media, a la hora de prever y de prudencia y de saber las normas de la conducción. Con el tiempo y el saber y la paciencia y la templanza puede ir que ese pequeño defecto de menor capacidad psicomotriz irlo superando y perfeccionando, y, en lo que está por encima de la media, la prudencia y el análisis de la conducción conceptual, también irlo mejorando..

Autoquererse y autoestimarse de forma correcta y adecuada y en verdad y en bondad –las dos asignaturas quizás más difíciles que tenemos en la vida…-. No caer en uno de los siete errores morales graves o pecados capitales, criar y regar los actos y hábitos y virtudes naturales buenas y verdaderas… No dejarse engañar y mentir y manipular por personas, que exageran nuestros defectos, y, no valoran nuestras virtudes.

Saber que no todo el mundo, tiene el suficiente nivel moral correcto, sin obviar, que si alguien es de tu máxima confianza, te indica algún error, al menos lo pienses. Que pienses en silencio y sosiego y tranquilidad. Que antes de tomar una decisión, pondera y valora y busca la explicación más ortodoxa y verdadera sobre esa cuestión o ese tema. Hoy, los móviles no dejan que tu pensamiento y tu cerebro te hablen. No dejas a tu gran máquina interior que te hable, no tienes que ir a Oriente, solo sentarte, solo mirar los caminos por donde vas, no siempre metido/a en esos artilugios mecánicos electrónicos.

La vida es un equilibrio como las olas del mar, como la mar, cada vida es una inmensidad en un enorme misterio y en un enorme enigma. Hay que vivir y existir y sobrevivir y sobreexistir con prudencia, con moralidad correcta, con un saber ortodoxo correcto… ¡Y, saber que la noche no dura eternamente, la noche también se termina…! ¡Paz y bien y racionalidad y pensar…! ¡Think…! ¡Think…! ¡Think…!


Jesús Millán Muñoz – http://filosliterarte.blogspot.com.es  © jmm caminero (13-19 julio 2023 cr)



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