‘¿Te bajas?’ Cuando los niños jugaban en la calle

El Portal de archivos de la Comunidad de Madrid muestra una exposición virtual con una selección de imágenes del fondo fotográfico Martín Santos Yubero, custodiado en el Archivo Regional, que nos traslada a aquella época en la que los niños jugaban libres por las calles, parques y descampados de Madrid. Tiempos de antaño en los que el juguete más importante era la imaginación.

Los niños que crecieron en el siglo XX se divertían compitiendo en fuerza y destreza o compartiendo su creatividad con otros compañeros de aventuras. En esta exposición virtual vemos divertidas imágenes donde hileras de chavales lanzan al unísono sus peonzas, retándose durante toda una tarde, haciéndolas rodar en la palma de su mano y alzándolas con el cordel.

También encontramos otras instantáneas que nos recuerdan uno de los juegos que reinaron en el siglo pasado: las canicas. No había calle o barrio donde no se encontrara a un grupo de niños agachados en el suelo, enfrascados, apostando y perdiendo, jugando a verdad o a mentira, apuntando con atención al ‘gua’ para no perder la ‘canica china’, que era de vidrio blanco, o una de ‘agüita’ transparente, muy exótica, que era la preferida de todos.

Santos Yubero nos regala también tiernas imágenes con los más pequeños, que juegan ensimismados con la arena del parque en el Paseo de Recoletos y de otros que montan en sus triciclos y bicicletas, imaginando ser héroes de la ‘Vuelta a España’ o que iban montados a lomos de un caballo en una batalla donde eran indios o vaqueros.

Cualquier actividad es buena cuando la pandilla está junta y, así, nos lo muestra el reportero con fotografías como la de un grupo de niños leyendo al sol, en una tarde de primavera, en las Bibliotecas del Retiro o de otras pequeñas, que juegan a ser mamás, paseando a sus muñecas en un cochecito por las nuevas barriadas de un Madrid en expansión.

Los niños del siglo XX eran los reyes del asfalto, aunque también invadían los parques y jardines de la capital, vestidos o en bañador, asaltando sus fuentes para aliviar el calor estival con refrescantes batallas de agua. Los mozalbetes, más intrépidos, jugaban a batallas, trepando por las fuentes y los árboles centenarios del Parque de la Encarnación, haciendo alarde de destreza y equilibrio. Las chicas también tenían sus propios juegos y además de la goma o la cuerda, encontramos imágenes donde las jovencitas se divierten jugando al ‘tijébolo’, una variante del conocido diábolo, que hizo furor en el verano de 1972.

Finalmente, los juegos en los columpios constituyen otro divertido grupo de imágenes en las que niños de todas las edades abarrotan los parques y esperan cola para disfrutar del columpio, subir al laberinto, lanzarse por los toboganes, o balancearse al ritmo del martillo mientras desarrollan su fantasía y agilidad.



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