Expertos médicos y profesionales sanitarios coinciden en que fortalecer el suelo pélvico de la mujer reporta múltiples beneficios, entre ellos facilitar el parto y el postparto, prevenir la incontinencia urinaria, que padece un 45% de la población femenina en algún momento de su vida, y contribuir a potenciar la calidad de las relaciones sexuales, además de disminuir las disfunciones que se producen en este ámbito.
Por todo ello resultan necesarios y recomendables los ejercicios de suelo pélvico, a la par que la utilización de dilatadores vaginales cuyo objetivo es favorecer que los músculos de suelo pélvico guarden un adecuado equilibrio para mantenerse sanos, ya que no deben estar ni excesivamente tonificados ni demasiado débiles.
Asimismo fisioterapeutas especializados en suelo pélvico aseguran que el buen estado del mismo influye en gran medida en la calidad de vida de las mujeres. Y es que hay etapas en la vida en las que el suelo pélvico se ve afectado y sufre muy especialmente, sobre todo durante las etapas del embarazo, el parto y el post-parto, así como durante el período de la menopausia.
Mantener el buen estado de la musculatura del suelo pélvico facilita el parto y la recuperación posterior de la mujer que da a luz. El trabajo consciente y supervisado para mejorar la flexibilidad y lograr más elasticidad y movilidad es fundamental para disminuir el dolor y evitar la debilidad de la musculatura del suelo pélvico. De este modo se evitarán además descensos de vísceras abdominales, así como las disfunciones sexuales anteriormente aludidas.
No obstante, no todos los problemas fruto de las disfunciones de esa zona corporal, como dolores pélvicos, dolores en la zona lumbar, dolores en la zona de las caderas, vaginismos y dolores en las relaciones sexuales, entre otros, se solucionan con ejercicios físicos ni con trabajo de fisioterapia. En muchas ocasiones es necesario utilizar dilatadores vaginales, que son dispositivos de terapia progresiva complementarios a las prescripciones de los médicos (ginecólogos, sexólogos…) para prevenir o mejorar problemas como pérdida de elasticidad vaginal o acortamientos de la vagina como consecuencia de tratamientos de radioterapia, histerectomías u otras cirugías.
Los mismos dispositivos ayudan a evitar espasmos musculares en el suelo pélvico causados por tensión excesiva, entre otras razones, y a mitigar el dolor en las relaciones sexuales, ya que la inserción de dilatadores vaginales , junto con ejercicios de contracción-relajación a realizar guiados por un especialista experto, facilitará un mejor control de la mujer sobre los músculos de su suelo pélvico ya que se obtendrá de manera progresiva una respuesta psicológica y corporal adecuada a la sensación de tener algo en la vagina.
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